viernes, 18 de diciembre de 2015

Cinco poemas tristes de mi primico el del blog

No sé si conoceis el blog de mi primo, escribe en verso; bueno, no sé si en verso, más bien en vertical o en columna como dice la Dtra Di. Ultimamente está un poco lloricas, dijo la afamada molinos en su última visita a mañilandia y puede ser verdad.
Pero yo que lo conozco bien, sé que volverá en seguida, lleno de energía y entusiasmo a escribir versos chorrones, post-it de libros, comentarios de pelis, que le gustan y gafotadas a cien en cuanto se le pase esta borrachera de niebla que lleva encima.
He recopilado los cinco versículos que más me gustan de todos los que ha escrito este año. Pasaros por su blog y hacerle un arrullo que el mocete lo necesita.

Muakssss



Jugando al ajedrez.

En estas horas de siesta
me miro desde arriba,
y me extraño tanto como me ignoro.
Veo a un hombre maduro
con la paz
de un hombre viejo
sin serlo;
la premura acelerada
de un joven
ya olvidado.
Saltando escaques
eludiendo que me claven
delante de reyes efímeros
en jaque...
y en esa tendencia innata
del peón de gleba
de coronar dama.


Mi sombra insomne

Me quedo solo
salgo al pasillo oscuro
y me encuentro con mi sombra
y la penumbra.
Le cuento que estoy allí
buscando palabras
que endulcen mentiras
y frases de atardecida
que concluyan un día feliz y ágrafo,
pero no me cree.

Piensa que me he rendido
que he abandonado la casa por la ventana
y el soneto por el margen.
Le digo que no,
que no es cierto,
que aún escondo versos guardados en el cajón
recuerdos que puedo pintar de ocres y noviembres
aunque no tengan rima,
y besos pendientes de regar
aunque sepa que ya nunca llegarán a buen termino.

Mi sombra me mira desde abajo
cruel e indefinida
con esa mirada incrédula
de esposa engañada
y me dice que no me reconoce,
que me han robado el alma
que a mi sonrisa le faltan dientes
y le sobran gestos
y enfurecido le doy la espalda
para no verla
ni escucharla,
pero ella me sigue mar adentro.

Porque mi sombra me conoce
de siempre,
ella sabe rellenar
los huecos que no escribo
con insomnios y  esquemas incompletos que me amargan el duermevela.
Y sabe incordiarme lo suficiente
para hacerme levantar a media noche
a teclear en vacio
estos ripios inconexos.

Cosas que me pasan (a mi también)

Las paredes se hacen pequeñas,
el cielo se angosta
y la luz te hiere
como navaja abierta.

El aire cálido de la puta primavera
se cuela entre los poros
como si inhalaras
un ventolín de nubes.

A veces llega a los diecisiete
y te sorprende
como el mendigo disfrazado de invierno
que recitaba el poeta;
otras sin embargo
llega cuando ya zozobras
en el mar adentro de los cuarenta
y arrojado tras la tormenta
en ínsulas extrañas
ves los pecios del naufragio
cuando despiertas,
con el sol fuerte en la cara
la playa desierta,
y los harapos hechos jirones
que a penas te visten.

Es en ese momento, cuando
das gracias al dios ateo
que te guarda,
por haberte dado el don
de saber escribir,
porque no hay mejor medicina
que la escritura
a herida abierta,
sin tema,
una linea tras otra
escribir posesivamente
y en la medida de lo posible dejarse abrazar
arrullado
leyendo lo escrito.

Un abrazo fuerte,
y pa lante
que no hay tormenta que no escampe.

Comentario en el blog de Molinos


Holden Caulfield

Me imagino
de guardian entre el centeno
los niños que corren hacia el abismo,
y no me dan las manos
y no me da la voz
para advertirles del vacio,
al otro lado.

La lucernaria de navidad
pende de un hilo
y abajo
cantan alegres
hacia Belen va una burra
y noche de paz.
Y veo a los terroristas
que se escapan del Corte Inglés
de Callao
sonrientes,
mientras las madres
piden a  la dependienta
la última fragancia
de Chanel.

El padre Berriatua
busca desquiciado
al huesped de la suit nupcial
en el hotel Vinci Capitol.
Y los conejos que se escapan
por la boca del metro
de la linea seis, la gris,
y suben por el anuncio de la Schweppes
y cantan una canción de los Nikis
España está ganado a Yugoslavia
por veinte puntos arriba.
Y adolecentes ochenteros reman por el retiro
haciendose ampollas en las manos
antes del partido de mañana
en San Blas.

En una calle estrecha de Gran via
dos amantes sedientos se desvirgan
en una habitación espejada
de un burdel
sin putas
jadeando su amor recienestrenado
a orgasmo en grito,
mañana escribiran poemas de amor y febrero
en una servilleta de papel gastado
en el cafe Gijón.
Y el Hotel Regina,
y el restaurante Triana
en la calle Aduana
y Manuel Becerra
allí donde los bomberos cortaban Atocha
cantando Penny lane.

Y Holden Caulfield
se les descojona
en las Salesas
borracho de carajillos
mientras recitaba temas
de constitucional
justo detrás del Juez Torres
y de una rubia que le pedia polvo a gritos
para desaguar
la pregunta que no se sabía
en un examen sin oportunidad.

Y hace tiempo al tiempo esperando el tren
en Bodegas Rosell
con un arenque ahumado
y cerveza en soledad.
Y hace tiempo al tiempo
en la Cuesta Moyano
buscando libros
de Castilla del Pino
que le desglose
el delirio que le persigue, sediento de suicidio.

Hermanos Noblejas es de color Naranja
y el aeopuerto
es rosa
y le lleva a Ezeiza en Buenos Aires
¿Vos no sabrá cómo se llama
la canción de Rita Pavone?
Las escaleras pueden saltarse de diez en diez.
y la adolescencia
da un salto a la senectud sin solución de continuidad.
Y la facultad de periodismo
parece un bunker
o un edificio de Erfuhrt
antes de caer el muro.
Y en el barrio de Salamanca
aprendices
sin corbata
cantan la internacional
delante de la patronal.

Y suena una canción
de Hilario Camacho
Madrid Amanece
y se casaron en la fuente
que está cerca del Almendro
y se juraron amor eterno
como la extraña pareja.

Y al fin el sueño se fundió en negro
mientras sonaba una canción
de Gloria Lasso
creo que era
Luna de Miel.
en
asignatura pendiente.

Me achacan con justicia...

Me achacan con justicia
que este blog
se está convirtiendo
en un pozo de ponzoña y tristeza.

En un subsuelo
de bodega humeda y lóbrega
que se agazapa tras un caravista
de sonrisas a cien.

Me achacan con justicia
que los adjetivos
se caen al suelo
con un estropicio
de cristales y cuaresmas.
Y los rezos a un dios ateo
suenan a salmodia
de vieja rancia
en un confesionario sin ocupar.

Me dicen que ya no se ve ironía
tras las palabras
que ya no rezuman sarcasmo
los versos que quedan sin escribir
y puede que sea cierto,
demasiado cierto para llevarles la contraria
sin asentir.

Quizá sea más costoso mantener
la sonrisa
que llorar a tiempo;
quizá sea más facil huir
que mantenerse despierto;
quizá sea necesario
sucumbir un rato a la desidia
noches sin sexo
insomnio hasta el alba,
que hacer del vacio apariencia
y de la monotonía dignidad.

Llueve, hace frio afuera
pero no tanto
como para ponerse junto a la chimenea
bufanda.

2 comentarios:

  1. Hola, acabo de conocer tu blog y ya me tienes siguiendote , me gusta mucho como escribes, y te invito a visitar mi blog, besitos;)
    http://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/

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  2. Pues ya verás cuando cumplas cincuenta....
    El de Holden Caulfield es muy bueno( pese a que semejante personaje y el libro creo que están sobrevalorados).

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