lunes, 22 de febrero de 2016

El pueblo elige a Donald Trump


Leo con una mezcla de horror y estupefacción el ascenso de Donald Trump a la candidatura de los eeuu. Y es que, esa cosa etérea y peligrosa a la que se quiere llamar pueblo, esta siempre cargada con varios kilos de goma2. Cuando alguien dice hablar en nombre del pueblo me echo a temblar, no puedo evitarlo. No sé si decir como el poeta ¡Qué lástima, que yo no pueda entonar con una voz engolada, esas brillantes romanzas, a las glorias de la patria!

Y es que después de partirle la cara a Mariano, con no poca razón, pero también con un mucho de inquina a derecha y a izquierda; después de haber desdeñado su estilo sopazas y huidizo de conejillo atemorizado, me da un poco de miedo la acción-reacción involucionista en nombre del pueblo tan propia de este país al que aun llamamos España.

Echamos a Carlos IV cornudo y traidor, pusimos sordina a la revolución de 1812 y adoptamos a Fernando VII con un grito lamentable de “vivan las cadenas” resultando luego ser uno de los reyes más palurdos y tiranos de nuestra historia. Quemamos a los republicanos de derechas que mal que bien aceptaban la constitución del 31, jugamos a la elección anarcosocialista del 36 y de resultas de la contrarrevolución nos llevamos 40 años de caudillo arriba España y curica de pescozón y tocamiento.

Y es que cuando alguien con pocos votos se erige en salvador del pueblo, solo caben dos explicaciones: o el pueblo es tan tonto que no sabe quien lo representa o su representante es tan tonto que se cree que representa a quien no le ha dado mandato. Y eso al pueblo le jode bastante, la verdad.

Y el pueblo, ese ente abstracto y polimorfo, tiene mal perder y malas formas con los usurpadores de representatividad. Y se rebota casi siempre de manera desmedida contra sus falsos representantes y le da el tantarantán y lo mismo eligen a Donald Tremp que a la niña Lepen que a Jesús Gil; lo mismo diputan a Ruiz Mateos que piensan que un tipo como Mas es el defensor de Cataluña per sempre amics.

Así que, queridos políticos, no descarten que ante el cabreo y ridículo que están generando, le de al pueblo por hacer la gracia y votemos a la primer CUP de flequillo a serrucho con la que nos topemos o por el otro lado mandemos a Imperioso al congreso y se haga real la falsa historia de Pavía.

No consideren estas líneas como un posicionamiento antipodemita del firmante (excusatio non petita...), ni me alineen en equipos que no me han fichado (ni me querrían fichar de conocerme); tampoco lean aquí un remake peninsular del poema de los bárbaros de kavafis (que atinadamente me descubrio el sr NaN); solo es un acojone en voz alta, porque no me gustan ni Durruti, ni el caudillo, ni Donald Trump.

martes, 16 de febrero de 2016

Los momentos ridículos

Hay momentos ridículos y sobredimensionados que solo alcanzan la plenitud de su idiotez años más tarde, cuando, sentado frente al pasado, los recuerdas tan minúsculos e injustos como realmente fueron. Injustos por haberte robado tiempo, injustos por regalar a enterradores segundos de tu vida, injustos por haberse enredado sin permiso en tu trasiego de ir viviendo.

Quien no escribe olvida, pero quien recuerda revive aun sin quererlo. A lo mejor los días aciagos no merecen estos tres ripios que escribo hoy y que me permitirán rememorarlos mañana. A lo mejor no merece la pena escribir sobre ello por muy atractivo que sea gritar en anónimo y desaguar la inundación que me ahoga.

Si escribo es por poner las tontadas en su justa medida, porque cuando escribo río y al acabar la frase me hago más fuerte, si no lo era ya antes. Que gran poder representa poder reir a dientes llenos frente a la petulancia efímera, cuanta envidia genera ver jugar al niño con su pelota de trapo, mientras tu te aburres con tu balón de reglamento. Solo la salud nos puede robar las pausas.

Quien no se sabe comparar ignora, quien no mira el entorno solo tiene espejos, quien siempre ha vivido con guardaespaldas nunca sabe de un beso de improviso y vive temeroso de quien se le acerca por si le mata. Hay quien se emborracha tanto de desconfianza que le abruma el abrazo y el contacto cercano y eso es una putada, joder y hasta me dan pena.

Siempre he pensado que hay ricos a los que les jode que no les envidies, mira lo que son las cosas y por eso te envidian a su vez silenciosamente.
Ya estoy más tranquilo, veis. Cuanta libertad poder vestir lo que sientes con palabras.


viernes, 12 de febrero de 2016

Carol Critica de la pelicula. Un power point de postales sepia.

Es muy bonita la cara llorosa de Audrey Hepburn tras el cristal húmedo en una noche de lluvia, pero de verdad a la octava escenita igual la cosa empieza a cansar. ¿He dicho Audrey? perdón quería decir Rooney. Miraditas por aquí, melancolía por allá, pero vamos a ver, la película cuándo empieza de una puñetera vez.

En Carol todo es atrezzo, fotografía de pose, postal en sepia; pero de cine poquico, poquico tirando a nada. No hay historia, ni pasión, ni nada. Blanchett es gélida, a mi ya no me trasmitió nada en Blue Jasmine, me pareció seca, sin sustancia, pero en Carol es que ya directamente ha perdido la vida y la sangre.

No sé si os acordáis de La Vida de Adele, allí las protagonistas aportaban historia. Es cierto que como en casi todas las películas lésbicas, el director estaba más atento al morbo que al cuento, pero a mi me gustó. sin contar a la tremenda Exarchopoulos que ya de por sí deja boquiabierto. No es el caso de Carol. Nos la venden como una historia de enamoramiento pero es una historia con poco fundamento. Los personajes aparecen recortados, superficiales como si nos hubiéramos perdido un capitulo antes o nos fuéramos a perder uno después.

Y eso que el principio es bonito. A mi las historias de amor en grandes almacenes siempre me recuerdan Enamorarse con Robert de Niro y Meryl Streep. Pero claro, ahí estamos hablando de grandes de verdad y aquí de sucedaneos. Cada vez que veo Enamorarse me dan mariposillas en la tripa, y en Carol me las repatean.
Las escenas de cama, perdón la escena de cama roza lo patético y lo pordiosero. La actriz nueva (Rooney) enseñando teta, la consagrada (Blachett) como no hay dinero, ni ganas para pagarle la teta solo se revuelca en plano corto. Una pena. Como cuando en las pelis antiguas se envuelven en la sábana tras echar un quiqui.

Pues nada a darle muchos oscars y que la vida sea feliz, estética y superficial. Estamos en una borrachera de cine como colección de postales si no tienes arguemnto mejor haces un power point de salvapantallas.

Si no me creeis a mi, que sepais que la nueradelaconsuelo se echó una siestecilla sobre mi hombro a las mil maravillas que le duró media pelicula. "Tu no vuelves a elegir película hasta que yo te diga" me empentó.

viernes, 5 de febrero de 2016

Entretenimientos de duermevela en el blog



A veces también me gusta
manosear sensaciones sin concepto
ese espacio de duermevela
envuelto en irrealidad
donde las cosas no tienen
nombre
solo impresiones,
emociones
y
estar sin estar











Corre pesimismo por las redes, un pesimismo agorero que predice la muerte de los blogs. Yo creo que nos leemos demasiado, que nos hemos hecho cómodos en los sitios que seguimos y nos quedan pocas ganas (y poco tiempo) de investigar por otros barrios. A veces es bueno perderse por calles desconocidas, callejear a lo loco, tomar una birra en ese bar en el que nunca has entrado aunque lleves cien años pasando por su puerta. A veces es bueno entrar en la biblioteca y pillar un libro al azar. A mi me tientan los libros usados y los post viejos sin comentar.
La otra noche, a eso de la madrugada, me apetecía leer blogs y mis habituales estaban con la lucecita roja del stand by, cuando no en estado de letargo invernal. Anduve zarceando de aqui para allá hasta que se me ocurrio revisar quienes eran esa buena gente que en algún momento le dio por harcese seguidor de este blog y poner su careto en mi rincón. A muchos los conozco y los sigo, de otros solo queda la piel de serpiente de su nombre en la red; pero había otros que me sonaban mucho porque quizá hace años comentaron y ahora se me olvidaba haber entrado en su casa y a ellos haber estado por aquí. 
Y de un sitio navegaba a otro, dejaba un comentario aqui y allá como el que pone una marca con la fecha en un muro perdido indicando que ha estado. A veces me recreaba admirando lo bien que escribe la gente y leía de una tacada cinco o seis post. Y así fui viendo llegar el alba.

PS-.Rescato como verso improvisado un comentario que hice en un blog de los que me quedé http://nadatedigotodotelocuento.blogspot.com.es Esto de importar comentarios hechos en blogs ajenos es una de las cosas que hace mi primo el del otro lado. (El chaval es de natural vago y por eso se plagia a sí mismo cuando le da la creativa.). Y a los de siempre disculpad esta infidelidad postrera. A vosotros os sigo queriendo.

PS-. Si teneis paciencia para bajar hasta abajo vereis que he vuelto a recuperar mi lista de comentaristas mas fecundos (en un formato muy majico que pillé por ahi) y para los espotiferos he actualizado la lista de canciones que suenan en este blog, otras son tan raras que ni el spoty las saca. Y para finalizar arriba he hecho una pestaña de todos los post por etiquetas (que se actualiza automatico) por si en alguna noche os aburris y quereis revisar mi prehistoria.

lunes, 1 de febrero de 2016

La Zagaleta, Savater y el Papa Francisco.

        Cuentan en la revista Papel, que hay un sitio no sé lugar y de nombre La zagaleta, en donde si son las 3 de la mañana estás en la cama y se te antoja que al levantarte haya un pino de una rara especie canadiense plantado delante de tu casa, te lo consiguen. Y cuentan que generalmente ese deseo antecede al del día siguiente en el que en lugar de un pino canadiense optarás por un pino surcoreano.
Leía anoche que el papa francisco habla en una de sus homilías de la mañana (concretamente en la de 27 de mayo de 2013)  sobre las riquezas que nos impiden acercarnos a “su jesus”: Una era la riqueza del bienestar y otra la riqueza de la provisionalidad. Achaqué a ese afán moralista desmedido del argentino la monserga matutina y me acordé de Fernando Savater y su reivindicación del hedonismo bien entendido tan contrario al complejo de culpabilidad cristiano por el placer.
Pensaba, como el progenitor de amador, que optar por el bienestar y por la insoportable levedad de encapricharse de las cosas tampoco era tan malo. Y que no hacia falta estar casándose constantemente in secula seculorum para saber del amor y en fin que los placeres eventuales también tenían su gracia. Pero es que igual Francisco se refería a esto de La zagaleta.