viernes, 3 de diciembre de 2021

Arpegios, lagrimas, algoritmos y silencios.

 

Solo tengo un poco de idea de las cosas que me retan

no puedo hablar de universos, ni de lo que las cosas son en general

sino solo de mi pequeño mundo que me rodea y me perpleja

me asombra cada mañana cuando paso por encima del Ebro 

porque un señor aprendió a construir puentes sin que se caigan.

 

Que deliciosa ingeniería que me deja ver el templo tras la bruma

la religión sedante en sus distintos colores de cielo

cuando la tarde otoña para hibernar hasta mañana.

Que dulce autoengaño

que me permite rezar un padrenuestro en sus diez frases

que me serenan cuando la incertidumbre me zozobra

como si existiera dios. 


Y de repente una canción que paraliza el tiempo

qué ingeniero puede deconstruir la canción

qué sicologo puede unir la emocion 

de un arpegio simple de tres cuerdas y bajo

para que me salten las lágrimas

como a un niño cuando lo escucho.


Qué estupidez embriaga a un adulto

llorando solo en un coche cuando escucha esta canción,

qué algoritmo une los acordes con los recuerdos

la voz intima de Valeria Castro,

que de nada conocía,

con el sentimiento profundo de mi intimidad

incomunicable.


Madres, abuelas guerreras en un feminismo de intimidad

sin conceptos. Amor e invierno

cuantos misterios inexplicables se esconden tras las sumas y los versos

que álgebra por descubrir explicará mis lágrimas

de un jueves cualquiera yendo a currar.

 

Qué preciosidad de canción. Me la ha invitado espotifai a las ocho de la mañana

y ya la he escuchado no menos de veinte veces.


4 comentarios:

  1. Gracias por descubrirme esta canción y a esta chica con esta voz tan bonita.

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    1. Grasaaacias
      Esto son los blogs sentimientos
      de ida y vuelta
      Si me dices donde comentar
      dejaré algún trozo de lo que pienso

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  2. En el puente sobre el Ebro a estas alturas del año las tardes más inviernan que otoñan, ¿no? jajaja. Me ha gustado eso de otoñar.

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    1. Nuestro invierno tiene refejos como guadañas
      que cortan con su frio cualquier expectativa.
      Un invierno sin estética,
      solo frio.
      un frio que amordasza los sueños
      que silencia las palabras
      que yere los pasos
      que regresan a casa.

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