Ahora que nada es lo que parece, que las palabras dicen la mitad de lo que significan, y que la gente ya no escribe una mierda, me da a mi por contar mentiras en directo.
He terminado un libro, el último libro de Plinio y ya no va a haber más, he querido estirarlo leerlo más lento para que durara más rato, pero no se ha dejado. Me doy cuenta de que ya no habrá más historias nuevas, nunca más, para siempre, perdón para nunca. Quizá en eso consista hacerse viejo: en ver la parte de atrás de las puertas cerradas.
Ando por inercia, porque no me apetece dar un paso, pero sé que si me paro me caigo, como los niños cuando empiezan a ir en bici. Y hablando de niños me horrorizan las batas verdes que se acercan esta semana, el hospital de los dormidos, que es la última novela de Pavón, pero también otras cosas que me dan mas miedo .Porque dormir es como no estar un rato. Y yo no quiero estar un rato sin mis hijos.
Hace calor, mucho calor,pero no calor del todo porque a ratos hace frio. La gente no escribe. Descubro nuevos rincones. Este es el último: una hermosa decadencia. Y los de siempre quedan arrumbados en el ladillo, vacios, con la palabra fin como estrambote. Como si tuvieran derecho a irse, o poner termino a la serie sin avisarme, como ha hecho García Pavón muriéndose en los ochenta sin dejar de epitafio diez novelas más de Don Lotario. ¿Quien le ha permitido morirse?
Veo con vergüenza el espejo, me reflejo borracho con ojeras, conduciendo sin carnet de vuelta a casa, esquivando a guardias urbanos y meretrices sin bolso. Leo a escondidas cartas ilusionadas de otoños y primaveras, de tiempos jóvenes, cuando todavía creía que cuando tuviera treinta ya sería viejo y ahora me doy cuenta de que no soy viejo, simplemente soy un jubilado prematuro, un actor desmemoriado, un sietemesino en la reserva.
Ahora que somos expertos en disimulos, que lo más seguro se ha hecho efímero, ahora que se nos van acabando las palabras y se acumulan naufragios sin rescate, ahora que tanta falta me hacían los versos, solo me sale una prosa noctambula y perezosa. Me dan ganas de dormirme tres días, mientras corre el mundo al margen, escribir cuentos de sexo en revistas jurídicas y adecentar las noticias económicas con videos de x-art en horario de máxima audiencia.
No es tristeza, es pesadez esto que me atenaza.
No me gusta tampoco que la gente se vaya sin avisar, ¡que falta de educación!, se puede disculpar a veces que la ausencia sea por causas mayores.
ResponderEliminarEn cuanto a los "ahora", me gustan más los de la canción de Sabina: "ahora que me despido pero me quedo".
Te operan en breve? O ya no entiendo nada?
ResponderEliminarSeguro que es pesadez?
Besos
Edc coño...no te dejes llevar...cabreate..el cabreo mueve.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTienes un regalito másqueperro en nuestro blog ... y no, no es pasta ;-)
ResponderEliminar¡¡¡Arriba los corazones!!! Pero bueno!!! No hay que dejarse llevar por la tristeza (revestida de pesadez)... Un beso animoso!!!
ResponderEliminarLas amigas Masques me han recomendado este espacio y observo que no he sido mal asesorado. Me quedo por aquí.
ResponderEliminarPuffff, lo siento, no estoy yo para animar a nadie :&
ResponderEliminarOuch, por primera vez voy a tener que sacarte yo a tomar unas cañas...
ResponderEliminarEstoy.
Igual te animo ya si eso mañana... hoy tampoco soy yo una alegría andante. Aún así, ánimo y ya estas tardando en ponerte las pilas con la continuación de la historia de los Filipinos!!!
ResponderEliminarSi que dan ganas de irse a dormir 3 días. O 10. Y despertarse cuando las cosas vayan bien. O por lo menos algo mejor, que no es difícil. Pero es verdad lo que dice Moli, no hay que dejarse llevar, porque si te paras, te caes, como los niños en bici. AUPA!
ResponderEliminar¿Se acercan las batas verdes? Una acertada decisión, ponerte bótox. (Si no quieres contar, pues no cuentes).
ResponderEliminarTe dejo los dos últimos versos del segundo libro de Alejandro Simón Partal. Este morirá después que nosotros, así que no hay cuidado:
"Vivir resbalando es una forma
de evitar la caída".
Te iba a decir que te animaras.... de hecho, estaba pensando en escribir algo ingenioso sin suturas para picar un poco, pero creo que estoy igual de ánimo que tú...
ResponderEliminar112, los "ahoras" de Sabina a mí me suenan optimistas, éstos me suenan más a Nube negra.
ResponderEliminarEDC, tengo que dejar de leerte, porque cada vez me veo más reflejada, alternando la medio-depre con la euforia, con periodos de hipocondría y otros más tranquilos, no me digas que todo te aburre pero no te lo quieres perder de todas formas porque entonces ya me asustaré.
En fin...
Gracias amiguicos.
ResponderEliminaracumulación laboral,desequilibrio mental,asfixia ambiental, unido a entrada en quirofano de un heredero.
En principio, nada grave, chapa y pintura...bueno más bien tuneado.
Pero ya sabeis que soy un hipocondriaco (el hipocondriaco) y solo pienso en la cantidad de bichitos desconocidos que deben pulular por los quirofanos, anestesias y demás...y me entran los mil males.
Perrunas os debo agradecimento y post.
Me siento hasta medio avergonzado :(
ResponderEliminarEspero que no sea nada lo del heredero.
Un abrazo
Juanjo
Nada Juanjo, tu sigue con tu vida gasesosa en langostilandia, yo te guardo la ausencia como las novias viejas y espero ansioso cual penelope sentado en la estación, tu regreso al mundo cartaginés. ;)
ResponderEliminarNo es que "gasesosa" sea un neologismo graciosete entre gas y sosa es que se me ha colado la "S"
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