La poesía
sirve para adelgazar palabras a los
sermones, para acortar los discursos, para codificar las ideas en un lenguaje propio, para lanzar hacia el
futuro un mensaje de lo que hoy siento y que pueda releerse para volverlo a
sentir en un tiempo.
Será entonces,
cuando un lector lejano, que incluso puedo ser yo mismo otra vez, lo haga suyo.
Será entonces, digo, cuando ese lector lo recree,
pero no leyendo lo mismo, sino inventándose algo nuevo, evocando con lo leído
historias recientes que pueden hacerse propias y actuales.
La poesía
siempre es particular, muchas veces íntima
(entendiendo por intima lo que no puede trasmitirse ni en lo privado). La
poesía no gasta letras en explicar lo obvio, no enseña sino que trasluce; no detalla sino que asigna un nombre a
cada sueño, un adjetivo a cada sentimiento, una preposición amañada que hace
percibir la frase en un escorzo hasta el verbo.
La poesía abre
silencios para respirar con cada
retorno de carro, con cada salto de línea, con cada espacio. Abre distancia
entre palabras y como en una partitura musical, alterna pausas con tiempos
y ritmos. ¿Qué otra cosa es un poema sino acompasar frases y vacíos?
Y hablando del
vacío, la poesía es el arma cargada que permite a los sonámbulos encaramarse al alfeizar que linda con
el averno, retar desde allí a fantasmas, abrir grietas en el cuarto
oscuro donde habita lo indescifrable y la perplejidad de vivir.
Las palabras
de un poema son y prometen, se
escriben y se leen; rescatan recuerdos futuros con futuros recuerdos y
facilitan añoranzas de cuando creías en un mañana. Un poema es la caja secreta que
permite esconder entre metáforas deseos inconfesables
cercanos a eso a lo que algunos llaman pecado.
Un poema es un
orgasmo que estalla de súbito por
más que se le espere, habita lo intimo por más que se le explique, termina en
lo propio por más que se comparta, requiere silencio por más se le grite. Un
poema es un orgasmo que unas veces te atrapa en lo suave, mientras otras te
parte con violencia por dentro.
Que pena,
no
saber explicar todo esto en un poema.
Seguro que si practicas lo consigues, porque para escribir esta definición de la que he disfrutado al leerla, has tenido que escribir más de un poema.
ResponderEliminarDe siempre escribo poesía, es una especie de desagüe cuando la prosa se me hace cuesta arriba. Tengo cuadernos guardados desde mis 12 que son como un diario.
EliminarEn los últimos años escribo versos a capela y sin corregir en este blog escondido de poesía
Y en elchicodela consuelo también de vez en cuando me arranco en verso
Muchas gracias por comentar y abrazos.
He leído poca poesía, leo poca poesía, pero no toda me llega adentro, son pocos los que me han emocionado.
ResponderEliminarA mi modo de ver cada poeta se inventa un lenguaje, su lenguaje con su vocabulario su simbología y sus referentes.
EliminarLa cuestión es pillar el idioma que te gusta,o sea el poeta que te engancha.
Abrazos,
En general todo es más sencillo, más simple. Ya lo descubrirás.
ResponderEliminarUn abrazo
Escribiendo tiendo al barroquismo y al exceso de palabras, creo que una de las tareas más arduas del poeta es aprender a borrar.
EliminarAbrazos.
Leia poesía en mis años jóvenes
ResponderEliminarhoy escribo prosa
leo poco casi nada un placer el haberte leido
sin lugar a dudas
Eliminarme has encantado
Gracias mil, hay quien piensa que la poesía como las revoluciones son cosas de jovenes, en mi opinión cada edad tiene su poeta. La labor del lector de poesía es ser lo suficiente flexible para cambiar según evoluciona.
EliminarMil besos.
A mi me cuesta.
ResponderEliminar¿Te has comprado ya el de Rorschach?
El problema muchas veces es que al editarse poemarios de un poeta se hace un poco reiterativo. Yo compro mucha poesía casi como principio de apoyo y rarisima vez me bajo un libro de poesía sin pagarlo. Pero me gustan más las antologías variadas que poemarios nuevos completos de alguien.
EliminarPues me acabo de dar cuenta gracias a ti de que tenía libro. Me lo mercaré. Te lo has leido tu??
Bss
PS-. Sigo con el reto de Barnes dada la catastrofe del de al otro lado del canal (me quedan ya solo un par de cuentos), me he empezado el de la mesa limón a ver si me quito el mal sabor y soooooolo por tu recomendación del autor, que lo sepas.