martes, 14 de abril de 2015

Hoy quisiera escribir a la vez que leo

Algunas noches quisiera escribir a la vez que leo. Leer me vacía la mente, la deja en punto muerto, me empuja por caminos inhóspitos a ciudades soñadas detrás del espejo. Escribir sin embargo, requiere mi esfuerzo, cuando escribo extrusiono vivencias y las soplo  para hacerlas pompas ingrávidas, luego. Nadie escribe mientras duerme y sin embargo muchas noches sueño que leo.
Escribir requiere de mis dedos como las madrugadas que intento envolver con mis sueños tu cuerpo, escribir requiere inventarme caricias para entretener nuestros días viejos, escribir es buscar en lo oscuro y leer es más como un encuentro.
Leer es miércoles, es tarde de domingo, preferir después al ahora y mañana al luego; escribir es vestirse de lunes y hacerse a veces enero. Hay días para escribir y días en los que sinceramente no puedo, y hay noches como hoy que quisiera escribir a la vez que leo.

3 comentarios:

  1. Debe de ser difícil escribir en la cama. No leo en la cama desde que me prohibieron fumar en ella (después de haberme hecho una quemadura en la barriga, porque soy lento en notar el dolor y cuando me desperté el cigarrillo ya me había quemado; y una segunda vez quemé las sábanas). Me quité la costumbre y ahora solo uso la cama para lo que ya te imaginas y para dormir. Estar despierto en la cama más de 5 minutos me angustia, así que me levanto, sea la hora que sea.

    Escribo paseando solo, entrando a veces a un bar a tomar una copita. Mentalmente, pero con las comas, los puntos y comas y los puntos y aparte. Después, cuando ya está avanzado, lo transcribo a papel y sé en qué me he equivocado. A partir de ahí es corregir, pero no escribir.

    Por eso, para mí, escribir es una actividad gozosa. ¡Levántate de la cama y disfruta!

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