domingo, 6 de marzo de 2016

Un findesemana de marzo

Enfoco y desenfoco las luces y las sombras. Intento diferenciar los visionarios de los iluminados y se me apaga el día en el intento. La tarde cae cansina y somnolienta al final del domingo y regresan los fantasmas del lunes con sus salmodias y sus letanías. Camino diblando baldosas, bebiendome las nubes en cada suspiro e imaginandome mañanas en este claroscuro de marzo.Tenía nostalgia de mar, y es que no puedo vivir tanto tiempo sin este horizonte azul y sin sentir esta arena fria en los pies. No puedo vivir sin oir las olas, sin rozar la brisa, sin notar la resaca que me lleva mar adentro como en un sueño templado.
Por la mañana hemos ido caminando con mi hijo pequeño a comprar el periódico y le he cambiado diez besos por una fanta de naranja. Ayer mi mujer me cambió una cena en Sitges por hablar solo de chorradas y chismes sin trascendencia durante un rato. Por la tarde cambiamos la sobremesa por un golportero en la arena y en premio todos, hoy nos hemos regalado una comida de esas de cuina casera con xato, alcachofas, calçots y algún animal acuático.
Quizá haya que robarle finesdesemana al año para que no se nos haga bisiesto, dias al frio para apresurar al verano y darle razones a lo cotidiano para que huya de lo normal, solo eso.





4 comentarios:

  1. ¡Ainsssss!.....se nos ha pasado la cincomarzada.
    La felicidad hay que buscarla...sin duda.
    ¿Salou?

    ResponderEliminar
  2. Siempre he sabido que, si no viviera en la costa, echaría mucho de menos el mar. Aunque lo odie cuando, en verano, se pone tan insoportable...

    ResponderEliminar
  3. Una fanta de naranja 10 besos??? 10!!!?? Tu pequeñajo aún tiene que aprender a negociar. jajaja

    ResponderEliminar