La
ventana a la noche desde el día, la ventana a los sueños desde el otro lado de
la televisión, la visión de nuestra película desde detrás de la cámara, el
narrador con una cámara en travelling sobre nuestras andanzas secretas, la
ventana al pasado desde el presente.
La
frágil línea que nos separa de lo delictivo con esa puerta atractiva que
deslinda la rutina ordinaria y la maldad que siempre estamos a medio paso de
abrir. La fina frontera entre de lo cotidiano y lo excepcional. Las fronteras
inexistentes de Shengen y el muro palpable de vergüenza en un Mediterraneo hecho foso
lleno de cocodrilos para segregar nuestra burbuja elitista de otros mundos. Fronteras,
todo lleno de fronteras oníricas. La China llena de putas al otro lado del
Japón de neón.
Lo
venial de un encuentro callejero que desemboca en un torrente desmedido. Jo que
noche pero sin risas. After Hours de Scorsese, After dark de murakami, ¿Quién
no ha caído alguna noche en un pozo oscuro? Los ojos de las Vacas de Medem Alicia
al otro lado del cristal. La cordura y la locura compartiendo medianil.
Nuestras vidas de misionero rodeadas de paredes de tul donde intuimos vidas peligrosas
sin nombres para los pecados que soñamos cometer.
Lospersonajes de Murakami siempre están en el anden de la estación que les lleva
lejos, que les saca de la pesadilla o les introduce en ella. El viaje de ida y
vuelta entre ser una luchadora famosa y el olvido de ser portera de puticlub.
El sexo efimero, el encuentro eventual, la vida misma.
Las
ganas de saltar al otro lado aunque solo sea una noche. La frontera del
suicidio paseando borracho por el alfeizar de la planta diez. La noche de
Datrebil de Pedro Andreu, los poetas muertos abiertos en canal. Las imágenes
cautivadoras, hirientes y ajenas de la ciudad tras el sol. ¿Somos una vida o el
relato de un dios caprichoso y cachondo que nos recrea?
¿Quien
está en coma, la doncella que alimenta onanismos ajenos o quienes viven de
forma aletargada los días por pasar? Blancanieves a la espera del principe
azul, luchar contra los elementos, naufragar en la vida contra el muro del tiempo, lo mejor de
sus vidas ha quedado yendo detrás del maldito El Dorado. Que cantaba Goñicuando todavía le quedaban balas en la recamara de su revolver.
Un
parentesis en la zona oscura de las madrugadas insomnes. Todos huimos aun sin
saberlo de alguien que ha puesto precio a nuestra cabeza y que tenemos en la
moto de al lado mientras regresamos borrachos a casa en taxi. Que raros somos
todos, quizá como esa mujer de Hopper en la cafetería de una noche cualquiera
esperando a sus sueños en una ciudad por despertar Dejémoslo aquí Haruki no me conviene leerte
más.
Murakami , su estilo inconfundible y sus neuras
ResponderEliminarMuy bien traído las inquietas miradas de Medem
Saludos
Soy un forofo de Medem y sus saltos al interior.
EliminarDe Murakami, después del atracón de cinco libros de este año, ya me reservo para mi jubilación cuando lea 1Q84.
Abrazos y nos iremos viendo en tu casa o en la mia.
De Medem me gusta todo a excepción quizás de la de su hermana Ana.
EliminarMurakami lo dejo para cuando no tenga nada para leer (mi hermana los tiene todos)y estoy empezando a obsesionarme con las localizaciones exactas de Hopper.
ResponderEliminarPues dile que se pase y nos haga un comentario de sus impresiones.
EliminarEntre todos igual me quedo con Tokio Blues, el del chico sin color y algunos cuentos (no todos) de hombres sin mujeres.
Ahora bien si lees algo de él y no te gusta, no sigas porque si no terminas odiándolo
Besicos.
Ya se lo digo que comente pero es muuuuuuy vaga
Eliminar¿tu hermana la del blog de la gata?
EliminarLlegué a adorar a Murakami, después me enfadé con él, tuve la sensación de que me timó en un par de libros, después le perdoné y más tarde decidí no leer nada más de él.
ResponderEliminarSí, ya... él está sufriendo mucho por todo esto...