Este blog es
una fuente constante de ideas y propuestas que las sabias mentes que hacen girar
el mundo deberían tener como referencia nada más levantarse, da igual el tema
yo, como buen cuñao que soy, puedo hablar de lo que sea.
Mi santa esposa
siempre me dice que debería tener una empresa de ideas peregrinas (que nadie
haría caso, por supuesto, ni siquiera ella).Quizá tenga que ver su desconfianza
en alguno de mis famosos vaticinios fallidos: uno de los más aclamados fue el
que hice en 1991 cuando pronostiqué que era imposible que en Zaragoza fuera la
gente hablando por teléfono por la calle como en Dinamarca, o aquel otro de que
era imposible un servicio de alquiler de bicicletas en mi ciudad.
Bien, aquellos
fueron pequeños deslices sin importancia fruto de la coyuntura; pero vamos, que
gente más sabia que yo se ha equivocado alguna vez; por ejemplo el señor de los pelos
de la tele que pronosticó que habría un par de contagios en el peor de los casos
y mirad como estamos.
Hoy mis
aportaciones a la humanidad giran en torno a una de las cuestiones
verdaderamente importantes en esta vida: el futbol. ¿Qué cambios en las normas
futboleras propongo para hacerlo más atractivo? Esa es la cuestión:
1. Tiempo parado a la vista de los espectadores cuando lo diga el
árbitro o un mesa. Si hace falta pasar de 45 a 40 minutos o menos se hace,
pero que el tiempo que sea, lo sea de verdad.
Sería bueno por dos cosas: primero para evitar que el árbitro prorrogue lo que quiera (o hasta que marque el Madrid como cuando nos empataron a los atléticos en el minuto 96) Y segundo por lo que hemos visto en La Romareda reiteradamente esta temporada convertirse la última media hora en cinco minutos de juego efectivo con una completa y variopinta obra teatral continuada. En este mismo sentido cuando se demuestra con VAR que un jugador ha fingido, se para el juego y expulsión directa. Tiempo de saque como en futbito para fueras y faltas desde que hay balón en el campo. Hay recogepelotas pues manica arriba y a contar.
2. No solo cinco cambios sino cambios libres y sin parar el juego. Quizá con el límite de cambios a la vez para evitar defensa-ataque general y poner orden. Lo peor es que en categorías formativas que están permitidos todos los cambios sigues viendo a críos jugando tres minutos con suerte, (eso tiene que ver con la cantidad de pseudo entrenadores sin carné del nefasto futbolerismo de barrio). En categorías de críos todas las fichas que se presentan con obligación de jugar veinte minutos al menos.
3. Exclusiones de cinco minutos en lugar de las tarjetas amarillas. Las tarjetas sirven de poco y la acumulación con sanción menos. Se ve a jugadores provocando tarjeta para conseguir la quinta. Una burla. No es necesario parar el juego para excluir, como en el waterpolo, si no se va o se va lento, expulsión definitiva.
4. No se para el juego para entrar las asistencias (salvo peligro grave dictaminado por el médico de campo). Es ridículo parar el juego para asistir una colleja a un tío de metro noventaicinco. Si es grave que entren y exclusión de cinco minutos al agresor y si no que espere. En Rugbi y balonmano se sacuden más y no entran cada vez veinte medicos.
5. Cada equipo tiene derecho a un VAR uno voluntario por cada equipo. Como en el hockey hierba y que se escuche por los altavoces. Como Rafa y Mejuto.
Sería bueno por dos cosas: primero para evitar que el árbitro prorrogue lo que quiera (o hasta que marque el Madrid como cuando nos empataron a los atléticos en el minuto 96) Y segundo por lo que hemos visto en La Romareda reiteradamente esta temporada convertirse la última media hora en cinco minutos de juego efectivo con una completa y variopinta obra teatral continuada. En este mismo sentido cuando se demuestra con VAR que un jugador ha fingido, se para el juego y expulsión directa. Tiempo de saque como en futbito para fueras y faltas desde que hay balón en el campo. Hay recogepelotas pues manica arriba y a contar.
2. No solo cinco cambios sino cambios libres y sin parar el juego. Quizá con el límite de cambios a la vez para evitar defensa-ataque general y poner orden. Lo peor es que en categorías formativas que están permitidos todos los cambios sigues viendo a críos jugando tres minutos con suerte, (eso tiene que ver con la cantidad de pseudo entrenadores sin carné del nefasto futbolerismo de barrio). En categorías de críos todas las fichas que se presentan con obligación de jugar veinte minutos al menos.
3. Exclusiones de cinco minutos en lugar de las tarjetas amarillas. Las tarjetas sirven de poco y la acumulación con sanción menos. Se ve a jugadores provocando tarjeta para conseguir la quinta. Una burla. No es necesario parar el juego para excluir, como en el waterpolo, si no se va o se va lento, expulsión definitiva.
4. No se para el juego para entrar las asistencias (salvo peligro grave dictaminado por el médico de campo). Es ridículo parar el juego para asistir una colleja a un tío de metro noventaicinco. Si es grave que entren y exclusión de cinco minutos al agresor y si no que espere. En Rugbi y balonmano se sacuden más y no entran cada vez veinte medicos.
5. Cada equipo tiene derecho a un VAR uno voluntario por cada equipo. Como en el hockey hierba y que se escuche por los altavoces. Como Rafa y Mejuto.
6. 10 jugadores. Esta la tengo en fase de reflexión. Creo que la gente es muy grande para seguir con tantos jugadores. De hecho, yo creo que cuando hay expulsiones se ve mejor futbol. Pero en esto aun estoy reflexionando.
7. Calificación y clasificación pública de árbitros. Vale del mamoneo de enchufismos, cada equipo designa un calificador y otro neutral del colegio. La federación tiene la posibilidad de vetar si hay calificaciones injustificadas. En esto también estoy en reflexión.
He visto mucho futbol, mis amigos
que son muy malvados, me dicen como le dijo Clemente a un periodista que “también
las vacas de Lezama han visto mucho futbol pero han aprendido poco”. Puede ser,
pero un sabio como yo no puede dejar de intentar aportar al mundo algún gramo
de su sabiduría futbolera. Feliz noche amigos.
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