martes, 27 de agosto de 2024

El extranjero Albert Camus Opinión y crítica La moral esperada.

Me contaban, no sé si será cierto, porque la mitad de las cosas que recuerdo (de derecho y de la vida) están derogadas, que una cosa es la antijuridicidad de la conducta y otra el reproche social de la conducta antijurídica. Es decir que algunos delitos aparentemente muy graves son atenuados por la sociedad que los comprende y por el contrario, en otros casos, la sociedad asigna un especial reproche por circunstancias concurrentes que agravan.

En esta sociedad acusadora en la que vivimos; en esta sociedad tan dada a levantar el dedo acusatorio al menor traspiés con el enemigo y al tiempo tan condescendiente con los desvaríos de los propios, El extranjero de Camús adquiere, en lo que yo lo veo, una nueva actualidad. La gente no tiene que actuar tanto como dice la norma sino como el juzgador espera que se comporte. Los buenos no hacen nada malo, los malos no pueden hacer nada bueno. Hablando de franceses me viene a la canción mi querido George Brassens cuando en La mala reputación decía aquello de les braves gens n'aiment pas que, l'on suive une autre route qu'eux.

Al “buen ciudadano” que llora en el entierro de su madre, odia a los enemigos de la patria, cumple como losenanitos buenos que van a trabajar aiho aiho (un recuerdo a La polla record) se les puede comprender todo incluso que descerrajen un tiro entre cejas a un cabrón que les altera la paz dominical. Sin embargo, odio eterno y ley preventiva de vagos y maleantes al que no cumple con los ritos de ciudadano ejemplar y tiene amigos inadecuados. Los ciudadanos tenemos que llorar cuando nos dice el gran hermano y sonreír cuando nos regalan cuarto y mitad de felicidad. El insensible es castigado, mejor dicho, el que no exterioriza correctamente los sentimientos que corren por dentro y agradan a la sociedad.

La sociedad prefiere el arrepentimiento público, que la exigencia de pena. Arrepiéntase por sus actos y vuelva a ser un ciudadano ejemplar. Examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda y ya si eso, cumpliremos una pequeña penitencia. Pero sobre todo golpe en el pecho y acto de contrición. Y eso es lo que no comprende el protagonista, no se revela, sino que su manera de ser feliz es una molesta apatía, una neutralidad emocional que se interpreta como un actuación antisocial. La sociedad no entiende a personajes que no elijan un dios al que rezar, un político al que adorar ni un líder al que seguir; estos elementos son sospechosos. Prefiero que adores a otros dioses y que hagas seguimiento de mi adversario a que no quieras nada y le pegues una patada en el culo al cura que te vende tres nubes de cielo. La gente odia a Bartleby cuando dice aquello de “preferiría no hacerlo”. 

No había leído nada de Camus, suegro putativo del peor presidente de la historia contemporánea de España hasta 2018, Casares Quiroga. Por cierto, que tiene una circunstancia vital muy en la onda de Mersault (protagonista del extranjero) cuando la noche del 17 de julio del 36 le dicen “señor presidente el ejercito se ha levantado” y el dice “si ellos se han levantado yo me voy a acostar” luego vinieron un millón de muertos y cuarenta años de tono gris gracias en parte a su indiferencia y apatía.

Me lo he leído porque mi querida AlmaBaires recabó mi opinión en no sé que extraña confianza en mi crítica. Seguramente le habré desilusionado. El libro deja gotas filosóficas interesantes, se deja leer y es corto, pero a mi entender sin más. Igual en francés aporta matices estéticos que yo no he sabido descubrir en español, pero ni mucho menos para tanta fama. Igual es que me cuesta comprender a Mersault, el protagonista y su particular opción en la vida. Tampoco veo por ningún lado esa filosofía del absurdo vital, más bien una visión propia de la existencia alejada de jueces morales ni obispos.

4 comentarios:

  1. ¿Desilusión? ...qué va, que si pudiese te aplaudiría de pie. Ni cerrando los ojos y deseándolo con todas mis fuerzas lograría escribir una crítica así (lo que me hace reflexionar una vez más en dejarme de vueltas y hacer ese curso de crítica literaria! ...debería quitarme horas de sueño...)
    De verdad, que ya hubiera querido yo escribir algo así, porque es exactamente lo que pensé cuando cerré el libro. Que sí, se deja leer pero no entiendo toda esa fama... he leído otras cosas mucho mejores y que no me parece tengan tanta publicidad.
    En fin, gracias por el honor de ser nombrada y por ese "querida" que me ha hecho sonreír... besotes y los más dulces sueños.

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    1. Gracias a tí por tus palabras y seguimiento.
      Me he propuesto como deber el escribir más, de lo que sea y como sea.
      Me he acabado el cuaderno gris de Josep Pla y me he comprado uno de diarios de Trapiello. Que aprendizaje ir escribiendo día a día.
      Abrazos apretujaos.

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  2. Creo que hay que leerlo en la adolescencia, como prácticas de filosofía, como a Boris Vian Bukowski y tantos otros.(Aunque si ya no se da filosofía no sé cómo).
    ¿No has leído "La peste"?.

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    1. No, solo he leído este de Camus. Tienes razón con lo que es un buen libro de COU para debatir.
      El problema ya no es solo que no se dé filosofía sino que ni siquiera se incorpora como transversal en otras asignaturas. Estamos haciendo chavales a críticos que confunden la opinión argumentada con el "me gusta".
      Abrazos y gracias por comentar

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