Recuerdo aquella noche hace años cuando, tras follarnos como animales de madrugada, jugamos desnudos a deconstruirnos los versos de Lorca con ritmo de Camarón. La vida consistía en poner las palabras en otro orden, en poner los sentimientos en verso; en hacer frases como sueños invertidos y en darle a nuestros jadeos argumento:
Qué miedo me da el azul del yelo
parece el filo que corta el tiempo
el grito que despierta el sueño
Qué miedo me da el azul del yelo
qué miedo me da el azul del cielo
qué esconde entre el infinito
las semillas de tu cuerpo
qué miedo me da el azul del cielo
Quien sutura la cicatriz del agua
quien rellena los huecos de tu miedo
quien siembra el campo de anemonas
quien rompe el fanal del duelo
Qué espesura de gemidos al alba
cuando me adentro tras los muros
de tu desaliento
cuando robas el silencio a la noche
qué espesura de gemidos al alba
cuando te deshaces entre mis dedos
flotando como un velero.
Pues la vida consistía en posibilidades de lo mas interesantes.
ResponderEliminarHubo tiempos en los que jugar a ser poeta
Eliminarera el cigarrillo tras el amor
otros en cambio, la poesía tomó el papel
de arma en la guerra.
Abrazos y bienvenido
Miedo a la escarcha atrapada en tu cuerpo, miedo al silencio. Nos encontrará la vida, esta madrugada, arropados de palabras
ResponderEliminarpalabras, muchas palabras
Eliminarel silencio
es el vertigo al pozo de tu abismo.
Abrazos
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