La verdad es que sería injusto que pelara este libro. Sería injusto porque lo he maltratado durante tres meses, le he puesto los cuernos entre otros con Frank Bascombe, avanzaba unas páginas, se veía envuelto entre cerdos, vacas y brujas de Harris, se iba a la playa, volvía de la montaña y avanzaba unas páginas más, y se encontraba entre los Bartlebys de Vila-matas y los muertos de García Andrade. Así no hay manera de convertir al bueno de Sancho Bordaberri en un personaje de Chandler. Pero sobre todo sería injusto pelarlo, porque el librillo se deja leer con comodidad, sin engañar y sin pretensiones.
Bordaberri es Alonso Quijano en Getxo, que de tanto leer novelas policíacas, decide que el debe ser un detective privado como el Sam Spade de Chandler, se convierte en Samuel Esparta. Adopta a koldobike, su vendedora en la tienda, de Dulcinea particular, bueno mejor de Sancho Panza y se lanza a resolver entuertos contra castillos de viento.
Pero el libro es algo más: es la dualidad entre dos estilos (como la dualidad de los gemelos Altube): la narración de florilegios y la narración fría de los hechos, es un libro de metaliteratura, un libro que habla del oficio de escribir y además lo hace sin darse la nota de listillo como un Vila-matas cualquiera.
Es cortito, rápido y equilibrado, no se hace cansino. Hay cosas que a mi me sobran pero bueno…ubicarlo en la postguerra por ejemplo, a mi me sobraba, no me aporta nada y no sirve sino para dar alguna colleja al franquismo incipiente. Alguna pincelada de vasquismo, pero sinceramente me sonaba más a ironía de las que abunda el libro, que a posicionamiento del escritor… y esa es otra característica, la dualidad que se convierte en unidad entre escritor y personaje, la dualidad de los gemelos que se van haciendo uno… al fin el protagonista real único es la novela que todo lo aglutina entre sus hojas: lo que se ve y lo que debe quedar oculto para siempre.
El argumento es fácil: librero, lector abundante de novela policiaca, decide que dado que nadie publica sus libros, él se convertirá en el detective protagonista de su próxima novela. Desvelará el secreto que oculta su pueblo (Getxo): la muerte ahogado y amarrado a una peña de uno de los gemelos Altube. Los Altube eran unos tipos indeseables y cualquiera del pueblo lo ha podido hacer y hubiera tenido además razones para ello. Por eso Esparta va husmeando de sospechoso en sospechoso.
Mientras tanto, un matón franquista que también quiere ser escritor desea igualmente descubrir el crimen y establece una carrera con Bondaberri (perdón Esparta) para descubrir al asesino. No solo una carrera entre detectives, sino también una lucha a veces a guantazos entre dos estilos de escritura. Esta parte de metaliteratura es la que más me ha gustado. Bordaberrri defensor de la narración realista sin guirnaldas y el franquista defendiendo el lenguaje engolado del régimen.
Pinceladas de la vida en un pueblo, donde hay cosas que se ven y cosas que se ocultan en el colectivo popular. De mis premisas policíacas hay pocas, de nuevo la misma escasez de sexualidad que Dora exploradora, sin mucha carga social más allá de un olorcillo antifranquista y un suspense tan sólo moderado. Sin embargo si que borda la característica de la doble verdad, que aquí se lleva muy bien.
Nunca se sabe donde termina el escritor y empieza el personaje, donde empieza un gemelo y termina el otro, donde se habla de la novela policíaca como marco o cuando esta asume el papel de protagonista. En definitiva cuando la novela de caballería deja paso al tratado de psicología, cuando Alonso Quijano deja paso a D.Quijote, cuando Esparta deja paso a Bordaberri o lo que es más interesante, al mismo Ramiro Pinilla.
P.D-. El Autor: Ramiro Pinilla. Nada conocía de este autor. Sin embargo, me atrae su historia. Ganar el Nadal, finalista del Planeta y pasa a esconderse montando su pequeña editorial para cuando supera los 70 renacer con una gran trilogía que vuelve a ganar todos los premios. Me lo dejo apuntado y si alguno sabe más de otros libros de este hombre se agradece la aportación.
Bueno, pues ahora ya puedes dedicarte a la playa de los ahogados.
ResponderEliminarNo desvelaré nada, pero diré que está bastante bien y señalaré sólo un diálogo:
"-Lo sé -afirmó Caldas, y dio dos golpecitos en el capó-. Hasta mañana. Y no te preocupes por mí. Ya maduraré.
-No se madura, Leo -replicó su padre antes de acelerar y dejarlo de pie en el aparcamiento-. Sólo se envejece. "
Edc..yo tengo la trilogia a la espera..no me acordaba, pero lo mismo me engancho a ella cuando termine con Judt. ya te diré..ya sabes que si a mi me gusta tú lo odiarás..pero eso es lo que mola.
ResponderEliminarNd pues la verdad es que voy a empezar con Villar, pero me he quedado asombrado de que lo supieras porque no recuerdo donde lo dije... Llevo una vida blogueramente disipada.
ResponderEliminarMujer molinos, que el de Bascombe era un poco ladrillete pero me gusto y el de sandor tampoco me pareció mal. En algo coincidimos.
Además en divilandia fuimos los dos que pusimos a Mclean entre las dos favoritas... en fin que no eches al rio nuestra relación que enseguida nos ponemos tremendas.
Hablando de ladrilletes ya me contarás lo de la trilogía porque impresiona un poco.
No te asombres tanto, Chico, lo que pasa es que te escuchamos, nos escuchamos unos a los otros, vaya... Si no mirame a mí, que me acordé de que el Niño tenía que comprar en su próximo viaje una taza nueva a Annie...
ResponderEliminar¿Fui yo quien te recomendó "La Playa..."?
Hablamos de ello en el rincón de la Dra. Anchoa y hubo un par de energúmenos, entre ellos tú, que me amenazásteis con negarme el saludo si decía algo más del libro de Villar.
ResponderEliminarEntiéndase energúmeno en su vertiente simpática, que no quiero malentendidos.
Yo hice un post al respecto hace algunos meses (La playa de los ahogados, de Domingo Villar").
ResponderEliminarUy es verdad... yo fui de esos energúmenos (...y mantengo la amenaza)ahora me acuerdo, pensaba que fue en divilandia y no lo estaba encontrando y me estaba empezando a mosquear.
ResponderEliminarTeresa si que lei ese post tuyo, además debió ser de los primeros que te lei... luego también lei de libros que leo que si no lo conoceis es un blog de libros al que fui rebotado de molinos y leo bastante a menudo.
A mi me gusta porque pone libros menos gafotas que Mo.
:P
ResponderEliminarOye, pues gracias. Porque me habían hablado mucho y muy bien de la trilogía, pero no estoy desde hace tiempo para los 3.000 páginas.
ResponderEliminarEste parece llevadero y me lo apunto.
NaN tu que eres un profesional de la letra (y no te estoy llamando bancario, dios me libre)podías engullirte las 3000 páginas de la trilogia y contarnos si merece la pena...
ResponderEliminarEste es un libro majico,no le van a dar mil premios, pero es sencillo y agradable.
Mo,si me quieres increpar me increpas,pero no me pongas signos extraños que me cuesta un verano descifrarlos. Parece ser que eso significa sacar la lengua a modo de burla ¿no?. ¿Alguien sabe alguna pagina donde haya una tabla de esos simbolos indescifrables... Eso de tener movil con pocas teclas me está dejando fuera de la juventud.
:P :P :P
ResponderEliminarcon las manos en las orejas.
Te contaré un secreto, yo tampoco los entendía hasta que me dijeron que girase la cabeza (ponla sobre el hombro izquierdo).
ResponderEliminarNo sé si hay tabla.
Yo de libros ya no opino, tango tantos en la recámara y sin empezar ninguno...
He encontrado este blog, y esta entrada por casualidad, es de hace casi dos años, y nunca escribo en blogs, pero he visto que por aquí no se había leido mucho a Pinila, y es uno de mis escritores favoritos! Además, estoy bastante de acuerdo con la crítica de Sólo un muerto más.
ResponderEliminarSólo quería animar a que se le conozca y reconozca más, porque es muy cierto que su lío con la editorial tras la publicación de Las ciegas hormigas nos hizo a todos un flaco favor, dejando que su literatura se escondiese en ese reducto de su Getxo.
Primero, por avisar, es verdad que sus historias suceden tras la postguerra, escenario muy manido en nuestra literatura, y en el País Vasco, lo que puede aportar para algunos un toque demasiado localista, pero es que ese es el microcosmos literario que Pinilla ha creado y recreado hasta una perfección de obra de arte, de artesanía afinada hasta altísimo exponente.
Desde Las ciegas hormigas, hasta Verdes Valles, se aprecia como la creación se va perfeccionando, y los personajes, las voces, los lugares, las historias, son los mismos, pero cada vez llegan más directo a la sensibilidad del que los escucha, el que los lee.
Sus historias son de esa emoción que llega en silencio, que te gana con tiempo, como las largas amistades, y son cómicas, y trágicas, y son sencillas y épicas, e irradian el hacer de un escritor que combina una imaginación fabulosa con la narración de su entorno más cercano y diario, viejo y repetido, profundo y duradero.
Getxo y la postguerra son dos personajes más, y el resto de ellos es casi uno sólo. Y yo me he llegado a sentir como otro más.
Recomiendo fervorosamente, no he leído todos, Verdes Valles, Colinas Rojas, La tierra convulsa, y Primeras historias de la guerra interminable. Las ciegas hormigas es una muy buena historia, aunque se nota que es de los primeros.
Espero que en estos dos años haya caído algún título más de Pinilla por este blog, y si no, siempre vale más tarde que …
Me ncantan los comentarios en post viejos, gracias por tu aportación. Hoy no puedo recordar con precisión el argumento pero dos años después lo sigo teniendo como un libro que me dejo buen sabor de boca y eso es bueno...
ResponderEliminarEntre todos podias recomendar el que mas te haya gustado.