¿Pero qué cojones pasa con Murakami? Vas a un
pueblo por primera vez, conoces a alguien, te lo pasas bien con él y luego lo
cuentas y todos te ponen a parir ¿pero qué dices chaval, tú no sabes quien es
ese? Es un plasta, un pedante, se cree que es muy listo por hablar de música y
libros europeos, se cree que le van a dar un premio. No sé igual tenéis razón,
igual es una tabarra como decís, igual el tipo es insoportable pero a mi me ha
gustado en lo poco que le he conocido. Lo mismo pasa con Murakami que puede ser que el conjunto
de su obra sea un bodrio infumable pero a mi lo que me he leído (cuatro libros de tirón) me
ha gustado mucho.
Empecé por Tokio Blues (muy bueno), seguí a la vez
con Hombres sin mujeres (varios cuentos unos mejores, otros peores y algunos
muy muy buenos) De qué hablo cuando hablo de escribir (autobiografia) y he
acabado con Los años de peregrinación del chico sin color (me ha encantado).
¿De qué habla Murakami? De japoneses deprimidos con
mucho sexo y alguna paja mental (y alguna no mental). Sí japoneses, esos
señores raros simpaticos y bajitos que pueblan nuestras calles turísticas
haciendo fotos a todo lo que se mueve, sí esos que hacen coches feos pero
eficaces como el mio. Pues esos señores tan raros son los protas de las novelas
del amigo Haruki. Es que Japón no es así. Seguro, pero como no conozco Japón me
creo lo que me cuentan como si fuera un país imaginario y ya está. Ya lo decía
No me pises que llevo chanclas Japón mia que esta lejos Japón (pues eso).
Hace frases cortas y simples. Correcto. Si te
gustan frases largas y complicadas te lees a Marías y ya compensas, pero es el
estilo de este hombre qué le vamos a hacer. Unos juegan de defensa otros juegan
de delantero, unos meten goles otros encestan canastas pero los dos pueden ser
buenos cada uno en lo suyo.
Otra crítica: es que es un barnizador de libros.
Entiéndase por barnizador el que pinta su novela de citas literarias, históricas y
musicales para barnizarlo de cultureta. A veces se pasa, puede ser, pero creo que
tanto Los Beatles en Tokio Blues, como Listz en el chico sin color tienen y dan
sentido a lo que se cuenta, nada que ver con barnizadores profesionales como
perez reverte. Qué le voy a hacer, a mi me gustan los libros con banda sonora.
Rayuela como ejemplo y me gusta saber lo que leen los personajes porque me
permite saber mejor cómo son.
Otros dicen que es un intenso y que va de profundo
y mágico cuando es un plasta. Es que habla de intimidad y de los sentimientos
íntimos que bordean con los sueños y en esa frontera es fácil caer en lo cursi.
Según dicen los que han leido todo, en estos dos libros (el de Tokio y el del chico sin color), se
mantiene a raya en lo onírico pero que en el resto se desboca. A mi no me gustan
los libros oniricos Pedro Páramo como ejemplo Sin embargo en estos dos libros
no he visto ningún exceso en ese sentido. No sé, si hablamos de realismo
mágico, en estos me parece más realismo que mágico. El resto de libros no lo sé.
Y después de esta introducción general pasemos a lo
concreto. ¿Qué nos cuenta Murakami? Os paso un decálogo que,como su nombre
indica, tiene doce puntos:
1-.Murakami habla de luchas interiores, de
personalidades en conflicto, que en algunos casos derivan en enfermedades
mentales e incluso en suicidios. (Algo que parece que en Japón andan en cabeza)
y lo cuenta desde el yo narrador o de un tercero pero que está dentro del coco
del prota. No mete rollete sino que esa personalidad en conflicto la muestra contando
sensaciones de la vida cotidiana. A veces cosas ridículas a veces cosas
profundas que les pasan.
2-.Los protagonistas de Murakami se chocan contra
la extrañeza de vivir, pero sobre todo se chocan contra el abismo de los demás.
(me ha traido un regusto a mi idolatrado Castilla del Pino) Complicado es saber lo que yo pienso, pero en las novelas del japonés es más
importante el intento de averiguación de por qué los demás piensan como
piensan, hacen lo que hacen, sienten lo que sienten. Por qué se suicidó (en Tokio
Blues) Por qué me negaron la palabra (en El chico sin color) por qué no folló con
su novio y sí conmigo o viceversa (en todos).
3-. Esto es importante en las novelas de Murakami:
la gente folla como conejos. El sexo está presente en cada página. Un sexo
iniciático que luego marca la personalidad adulta. Follan, se pajean, se hacen
mamadicas y todo dándole un punto de trascendencia quizá excesiva pero
constante y bien contada.
4-. Murakami diferencia entre lo que pasó (la
historia) y el recuerdo de lo que pasó (recuerdo). Juega en dos pistas el ahora
y el entonces; el resultado y la causa; los traumas y el descubrimiento del
porqué. Ese periodo entre los 15 y los veintitantos que te hace el resultado en
los treintaypico. (Me viene a la cabeza el libro Eres tu memoria del psiquiatra Rojas Marcos)
5-. Dicen que son novelas corales, yo más bien las
veo como un protagonista o héroe que va encontrando distintas personas en su
camino o en su descubrimiento. Es peculiar como nos presenta y nos hace
entender a los personajes que se van introduciendo en las novelas. Nos cuenta pormenorizadamente
cómo viste la gente, cómo están decoradas sus habitaciones, qué música
escuchan, qué libros leen, el significados de sus nombres y sobre todo cómo les
gusta follar a cada uno de ellos y ellas. Y eso va construyendo nuestra visión
de cada personaje. Personajes que siempre tienen una intriga personal y mental
que el prota intenta descubrir. ¿Por qué piensan como piensan Qué les ha pasado
para ser así?
6-. Los personajes llenan de simbología interior
chorradas del día a día Dentro de la extrañeza en vivir, hace hincapié en la dicotomía
orden/desorden. Su compañero de habitación ordenado, frente al desorden del
colegio mayor.. El orden que rige el desorden o viceversa en las estaciones de
tren.
7-. Y es que los trenes como metáfora cruzan
constantemente las novelas que he leído. Los personajes viajan mucho en tren,
en metro. Bueno viajan mucho en general. El tren y sus vias como alternativas,
los mundos nuevos que se abren solo con coger un tren e irse a una ciudad que
apenas está a unos kilómetros. El espectador del trasiego de una estación de
metro en hora punta. A los que somos provincianos como un servidor, siempre nos
han generado metáforas de todos los colores las estaciones de metro. ser
espectadores del trasiego cotidiano como espectáculo cuando estás fuera.
8-. Ya lo he dicho pero la muerte, el sexo y la
infidelidad pasean como sombras constantes por los relatos. Es peculiar la
visión de la infidelidad en los cuentos de Hombres sin mujeres. Es una
infidelidad que se permite como una intriga más en el modo de pensar de los
otros, una infidelidad tolerada, en la que tiene más la fuerza el porqué lo
hizo que el dolor del corneado. Quizá también porque la infidelidad se vive
como agente o paciente indistintamente en cada novela.
9-.Política. No tengo ni pajolera idea de la
política japonesa pero a mi me da que a Murakami eso de la iconografía
revolucionaria del 69 le tiene bastante desencantado y se la trae al pairo. Toda
esa gente que lo politiza todo, esa pijiprogresía japonesa o europea que, como canta Sabina, tiene un trozo del muro de Berlín en su despacho de entidad
financiera. Yo creo que le repatea “Ese tipo que va al club de
golf, Si lo hubieras visto ayer, dando gritos de "yankie go home"
Coreando slogans de Fidel. Hoy tiene un adoquín. En su despacho. Del muro de Berlín. Ese
mismo que tanto admiró. La moral estilo soviet, Por un catorce por ciento
cambió. La imaginación al poder.” Pues eso.
10-.Profesiones. En esto que me perdone molinos me
ha traido mucho a la memoria a Ford. Con su periodista deportivo representando
lo efimero e intrascendente y su vendedor de pisos representando la búsqueda de
consolidación en la vida adulta a través de la compra de la casa. Aquí Murakami
repasa un elenco de profesiones de modo simbólico en especial ese constructor
de estaciones de ferrocarril en el chico sin color y el repaso a cada una de
las profesiones de sus amigos con su simbología.
11-.Ya comentaba antes que el realismo mágico de Murakami
tiene en Tokio Blues y en El chico sin color más de realismo que de mágico.
Pero al parecer no es lo normal en este autor. En los cuentos de hombres sin
mujeres ya se ve la tendencia a que se le va un poco más la olla con lo
imaginario. En algunos casos lo encaja bien como en el argumento de Kino y no
tanto en otros cuentos que suenan más a onanismo mental. Los sueños no son
tanto parte del argumento sino una insinuación de lo que piensa y como piensa
el personaje. A mi que no soy muy fantasioso, en estos tres libros no me ha
chirriado, no sé en los demás.
12-. Ya se veía en la biografía de que hablo cuando
hablo de correr que me leí anteriormente y en la de qué hablo cuando hablo de
escribir, pero para Murakami el deporte (mas los deportes individuales como
correr y natación) es fundamental para desarrollar la parte intelectual. Sus
personajes nadan y corren, juegan al rugbi y mira tú qué cosas alguna hace
incluso balonmano.
Pues este es el post tochana que os endilgo a modo
de penitencia de semana santa. A mi me ha gustado el Haruki y coincido con el Sr Di de que “tiene pinta de crecer luego en el interior” (el libro no el sr
di). Que es una frase un poco Disney pero que creo que describe muy bien lo que
es la lectura del afamado compatriota de
Oliver y Benji y constante candidato al nobel.
En fin parece que si se habla de Murakami hay que
posicionarse como si habláramos del Barsa y del Madrid, yo no llego a tanto
pero si a recomendaros Tokio Blues y a deciros que Los años de peregrinación
del chico sin color me ha encantado y le pongo un cinco estrellas a pesar de
las manías en alargar finales y que Hombres sin Mujeres tiene algunos cuentos
estupendos como Drive my car. Los De qué hablo… tanto el de correr, como el de
escribir ya es más para conocer al autor. Sin duda le pega lo que cuenta de sí mismo
con lo que cuenta en las novelas.
PS_: Una posdata blogosferica si a mi me dicen que
me juegue mi disco de los Hombres G y mi patito de goma diciendo si a la afamada molinos y a la Dtra Di les gustaría este autor o no yo me los juego sin duda
a que ambas serían seguidoras acérrimas… y como ya sabéis los hubiera perdido, porque nos les gusta nada.
Pero igualmente si me dicen que apueste por mi
mismo a que yo me iba a leer cuatro libros seguidos de un japones salido que habla de
suicidios y onanismos mentales también los hubiera perdido porque hubiera dicho
que jamás de los jamases y mira tú, me he identificado con esos japonesitos y japonesitas intrigados por
el abismo que supone indagar en la mente propia y en la de los demás y en
encontrar los simbolismos que encierra la rareza de vivir cada día.