Vale, lo sé, soy un tipo de juicio rápido, impulsivo: me gusta no me gusta, que buena está (o que fea es) antes de verle de frente y cosas parecidas. Saco conclusiones generales a bote pronto que no hay por donde cogerlas. Mi problema es que, modestia aparte, argumento medianamente bien e incluso soy convincente y entonces confundo el que no me sepan llevar la contraria con que tenga razón.
Tengo afirmaciones que pasarán a los anales de la brillantez predictiva: Tales como “en España es imposible que la gente vaya hablando por la calle con un teléfono” que solté cuando mi amigo JC volvió de su Erasmus en Dinamarca en el 93 contando con asombro que los dinamarqueses andaban frenéticos charloteando por la calle. O que en Zaragoza nadie iría en bicicleta o viviría más allá del Stadium Casablanca que pa los que no son de aquí es tanto como decir que en Madrid nadie viviría más allá de Arturo Soria. Tengo varias más que conforme me vayan viniendo a la cabeza las iré añadiendo.
Al menos, tengo la virtud de saberlo y de rectificar y chotearme de mi mismo. ¿Quien ha dicho que sea una virtud el ser coherente y tener razón siempre?. (Breve excursus) cuando fuimos jóvenes, con mi amiguito N jugábamos a defender vehementemente algo, cada uno una posición contraria , nos peleábamos verbalmente delante de terceros con verdadera ira, cada uno defendiendo nuestras posiciones con duras imprecaciones al contrario ante la mirada estupefacta de los espectadores. De repente parábamos el debate y nos cambiábamos los papeles discutiendo con la misma agresividad pero defendiendo las posiciones cambiadas, ante el cabreo de los que nos miraban, que ya habían tomando postura y que casi siempre nos mandaban en ese momento a la puta mierda.
Pues esto viene, a que me estoy bebiendo una cervecita Cruzcampo (disculpen el oximorón) escuchando a Arboleda en mi tablet nueva, mientras me miro una gramática que me acabo de mercar en un ataque compulsivo de consumismo bibliofilo cuando he ido a comprarme la funda pal cacharrico gugueliano. Y yo que decía que en mi vida bebería una mierda de Cruzcampo, parece que la Gran Reserva me gusta; yo que decía que la tablet era un instrumento de pijos vagos burgueses que se la compraban pa no levantar su culo apoltronado e ir al PC, ahora me veo más feliz que una perdiz con mi Nexus. Así que me toca una vez más tragarme mis palabras.
Y como hacía tiempo que solo escribía en plan gafotas cultureta y poquico de mi vida cotidiana, pues me he lanzado al teclado a soltaros esta pequeña chapa vespertina… que seamos sinceros, no es sino una manera de procastinar para no ocuparme de una presentación que tengo entregar mañana sobre la chapuza legislativo-normativa de D.Mariano y sus secuaces, que van legislando, permítanme el vómito, a golpe de decreto de viernes según les sale de las pelotas (la cosa no es si el contenido está bien o mal, sino que es absolutamente imposible saberlo porque, con el chapucerismo desordenado en el que se mueven, no hay Dios quien sepa que cosa se modifica y cual está vigente).
Pues nada les adjunto foto y me despido tras una semana de curro descontrolado en donde me he hecho un mogollón de kilometros visitando pueblos y villorrios de este mi bendito Aragón con complejo de charlatán vendealfombras…. aunque sea dicho de paso y sin falsas humildades…con bastante éxito, como no podía ser menos.