Cuando alguien me dice con qué dos escritores pasarías una madrugada de tragos hasta ver el reflejo del lunar de la Crawford en el fondo de la mañana, tengo pocas dudas: José Luis Garci y el poeta malagueño Manuel Alcántara. Ya sé que no es posible, pero dejadme que sueñe esta semana que el maestro salta de década (ochenta nada menos) y el poeta se incorpora para siempre a mis recuerdos y mis frases redondas.
Me gustaría hablar (perdón digo escuchar) con ellos de boxeo, de libros, de cine, del Nueva York que no veré jamás, del Atletico en el Manzanares, de copas en bares olvidados en ciudades de cartel y ese Madrid de la transición cuando todavía no lo habían jodido Galván y sus pegamoides.
Leed a Manuel Alcántara, leed a Garci. Alcántara tiene un libro de semblantes que se llama "Cántigas de amigo" que dice Garci en La edad de oro del boxeo que es de lo mejor de las letras en español del último siglo. No tiene razón porque Alcántara todavía escribió más, y si cabe mejor, el prólogo de la joya “Beber de cine” del propio Garci.
“Cantigas de
amigo” es una colección de entradillas, recuerdos y reencuentros sobre escritores, colegas y
famosos. No más allá de cincuenta o sesenta páginas. Genialidad en chupito corto. Hace años
estaba en el blog de la Fundación (que tiene muchísimo colgado generosamente) pero
ahora que os lo quería enlazar no lo he encontrado. (Si alguien sabe donde se ha escondido que lo ponga).
Ya me gustaría regalaros el “Cántigas de amigo” que tengo, pero luego tendría que mataros a todos para que no confesarais mi delito y la sangre queda fatal en los blogs. Si lo veis por cualquier lado compradlo o pirateadlo, si es necesario robadlo; acostaros con quien tengáis que acostaros para conseguirlo, luego ya les daréis explicaciones a vuestros maridos o esposas, me propongo de coartada, pero conseguidlo.
De Garci lo leo todo, hasta los obituarios. Me he visto todo y cuando la impaciencia ha sobrecargado el ansia, he tenidos amigos que me han ido proporcionando pequeños tesoros y regalos (pelis y libros) de los que la eventualidad me había privado y la sgae esconde en el fondo de su avaricia.
De Alcantara me compró recientemente mai guaif La edad de oro del boxeo. Genial, periodismo puro, y tengo rastrilleados sus poemas y artículos por aquí y por allá. Por ejemplo, descubrí hace poco que una canción de Mayte Martín que me encantaba es justo un poema de Alcantará. Os la pongo.
Por la mar chica del puerto
andan buscando los buzos
la llave de mis recuerdos.
(Se le ha borrado a la arena
la huella del pie descalzo
pero le queda la pena.
Y eso no puede borrarlo.)
Por la mar chica del puerto
el agua que era antes clara
se está cansando de serlo.
(A la sombra de una barca
me quiero tumbar un día;
echarme todo a la espalda
y soñar con la alegría.)
Por la mar chica del puerto
el agua se pone triste
con mi naufragio por dentro.
Y en fin leed esta semblanza que hizo Alcántara de Garci en Beber de Cine por la que cualquiera daría media muerte para que figurara en su necrológica.
"A José Luis Garci le gusta todo, pero mucho. Es un vividor, en la mejor acepción de la palabra, que tiene cuatro. Quiere decirse que sabe consumir no solo todas las posibilidades del momento, sino aprovechar los instantes, el minuto que se va, que decía mi electo tío carnal Manuel Machado, Disfruta existiendo, cosa que no está al alcance de todos los mortales porque no ignora que vivir, que es bueno y que es malo, es una experiencia única en la vida.
Dotado de una cualidad sagrada el entusiasmo, se apasiona lo mismo contándote una escena de John Ford, un gol de Di Stéfano, un crochet corto de Tyson un crepúsculo color mandarina o un viaje incómodo, de esos que solo quedan bien en el recuerdo. Garci es un escritor. Un escritor que dirige películas espléndidas."