martes, 15 de marzo de 2022

Versos sacados de quicio (Poemas completos)

Escribía el otro día apresurado y a destiempo, embriagado de logicas ilógicas apelmazadas por conceptos estadísticos, un post de premura. Y repizcando de aquí y de allá como el conocimiento de los ignorantes, agrupe en algo parecido a un poema, un conjunto de citas.

No eran sobrealientos ni mentiras, no eran recuerdos ni promesas, tan solo un juego de abrir a contramano libros de poemas para subrayar entrelineas el mar de pulsaciones y vacios que es la hoja impresa.

No tenia premisa, solo emergencia, aquello que aflorara para hacerlo singular del todo. Y agarré versos de autores distintos para arracimarlos en un crisol de piceladas dispersas. 

Deshojadas, así como estaban, agrupe sus vestigios en el fanal de mi bitacora y los hice compartidos para ver si a alguien le llamaba el ánimo.

Me comentó Speedy una de esas mujeres con la que estoy seguro que me habré cruzado mil veces sin saberlo por las calles gusaneras de esta ciudad de pecado y me hizo saber que el azar no es menos certero que la varianza primaria y que algo habrá de hermoso en lo incierto cuando te llama a leerlo.

Y rebusqué para encontralo, no de camino de regreso al libro que hubiera sido tortuoso y disperso como un viejo marino que regresa a puerto buscando su pasado, sino directamente a lo facil del control c control v para delegar en guguel mi sobrealiento y mi inquietud.

Y lo fui encontrando poco a poco en enlaces llenos de porcentajes pegados a simbolos y misterios. Y aceptando la incertidumbre de no saber si es plagio o ripio lo que reporto, lo fui copiando en un nuevo post con vocación de perpetuidad como los lazos del amor ilicito y me ha salido un texto lo sufientemente apañado para llenar la nomina escueta de este mes de ausencia.

Leedlos aunque no os gusten los poemas, confiad en el azar y mi intuición.

Y sobre todo leed la historia de amor de Benedetti que es una pasada y la historia de alcohol de Gloria que lo es igual.




Versos sacados de quicio

Cuando no sé qué escribir

cojo al azar libros de poemas

y leo cosas como

"Oxidadas tengo las bisagras de mis ojos"

de Gloria Fuertes

"El silencio, como un enorme color único, parece inmenso"

de Diario de un poeta recien casado

"Los abismos existen también en las distancias cortas"

resumía Garcia Montero

"Diciembre vino silenciosamente estirando las noches hasta casi juntarlas"

decía Angel Gonzalez

"Después de todo qué complicado es el amor breve"

según Benedetti.

No son poemas tan solo versos sacados de quicio. 

 

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

GLORIA FUERTES

INTERIOR CON MARIPOSA MUERTA
Obras Incompletas

Oxidadas tengo las bisagras de mis ojos
de tanto llanto llano;
se me van empequeñeciendo estas niñas.
que ayer me miraban alegres
desde el fondo del espejo;
desde el fondo de la botella
me miran taciturnas
las pasadas horas felices.

¡No me basta el pasado!

¡No quiero que se pase!

Y el pasado me pisa y me posa
y al final me posee, como una amante religiosa.

También había un ángel inocente
saltando a la comba con una culebra.

Todo esto acabo de verlo
en el fondo del fondo
de la botella.


MARIO BENEDETTI

BODAS DE PERLAS 

Después de todo qué complicado es el amor breve
y en cambio qué sencillo el largo amor
digamos que éste no precisa barricadas
contra el tiempo ni contra el destiempo
ni se enreda en fervores a plazo fijo

el amor breve aún en aquellos tramos
en que ignora su proverbial urgencia
siempre guarda o esconde o disimula
semiadioses que anuncian la invasión del olvido
en cambio el largo amor no tiene cismas
ni soluciones de continuidad
más bien continuidad de soluciones

esto viene ligado a una historia la nuestra
quiero decir de mi mujer y mía
historia que hizo escala en treinta marzos
que a esta altura son como treinta puentes
como treinta provincias de la misma memoria
porque cada época de un largo amor
cada capítulo de una consecuente pareja
es una región con sus propios árboles y ecos
sus propios descampados sus tibias contraseñas

he aquí que mi mujer y yo somos lo que se llama
una pareja corriente y por tanto despareja
treinta años incluidos los ocho bisiestos
de vida en común y en extraordinario

alguien me informa que son bodas de perlas
y acaso lo sean ya que perla es secreto
y es brillo llanto fiesta hondura
y otras alegorías que aquí vienen de perlas

cuando la conocí
tenía apenas doce años y negras trenzas
y un perro atorrante
que a todos nos servía de felpudo
yo tenía catorce y ni siquiera perro
calculé mentalmente futuro y arrecifes
y supe que me estaba destinada
mejor dicho que yo era el destinado
todavía no se cuál es la diferencia

así y todo tardé seis años en decírselo
y ella un minuto y medio en aceptarlo

pasé una temporada en buenos aires
y le escribía poemas o pancartas de amor
que ella ni siquiera comentaba en contra
y yo sin advertir la grave situación
cada vez escribía más poemas más pancartas
realmente fue una época difícil

menos mal que decidí regresar
como un novio pródigo cualquiera
el hermano tenía bicicleta
claro me la prestó y en rapto de coraje
salí en bajada por la calle almería
ah lamentablemente el regreso era en repecho

ella me estaba esperando muy atenta
cansado como un perro aunque enhiesto y altivo
bajé de aquel siniestro rodado y de pronto
me desmayé en sus brazos providenciales
y aunque no se ha repuesto aún de la sorpresa
juro que no lo hice con premeditación

por entonces su madre nos vigilaba
desde las más increíbles atalayas
yo me sentía cancerbado y miserable
delincuente casi delicuescente

claro eran otros tiempos y montevideo
era una linda ciudad provinciana
sin capital a la que referirse
y con ese trauma no hay terapia posible
eso deja huellas en las plazoletas

era tan provinciana que el presidente
andaba sin capangas y hasta sin ministros

uno podía encontrarlo en un café
o comprándose corbatas en una tienda
la prensa extranjera destacaba ese rasgo
comparándonos con suiza y costa rica

siempre estábamos llenos de exilados
así se escribía en tiempos suaves
ahora en cambio somos exiliados
pero la diferencia no reside en la i

eran bolivianos paraguayos cariocas
y sobre todo eran porteños
a nosotros nos daba mucha pena
verlos en la calle nostalgiosos y pobres
vendiéndonos recuerdos y empanadas

es claro son antiguas coyunturas
sin embargo señalo a lectores muy jóvenes
que graham bell ya había inventado el teléfono
de aquí que yo me instalara puntualmente a las seis
en la cervecería de la calle yatay
y desde allí hacía mi llamada de novio
que me llevaba como media hora

a tal punto era insólito mi lungo metraje
que ciertos parroquianos rompebolas
me gritaban cachádome al unísono
dale anclao en parís

como ven el amor era dura faena
y en algunas vergüenzas
casi insdustria insalubre

para colmo comí abundantísima lechuga
que nadie había desinfectado con carrel
en resumidas cuentas contraje el tifus
no exactamente el exantemático
pero igual de alarmante y podrido
me daban agua de apio y jugo de sandía
yo por las dudas me dejé la barba
e impresionaba mucho a las visitas

una tarde ella vino hasta mi casa
y tuvo un proceder no tradicional
casi diría prohibido y antihigiénico
que a mi me pareció conmovedor
besó mis labios tíficos y cuarteados
conquistándome entonces para siempre
ya que hasta ese momento no creía
que ella fuese tierna inconsciente y osada

de modo que no bien logré recuperar
los catorce kilos perdidos en la fiebre
me afeité la barba que no era de apóstol
sino de bichicome o de ciruja
me dediqué a ahorrar y junté dos mil mangos
cuando el dólar estaba me parece a uno ochenta

además decidimos nuestras vocaciones
quiero decir vocaciones rentables
ella se hizo aduanera y yo taquígrafo

íbamos a casarnos por la iglesia
y no tanto por dios padre y mayúsculo
como por el minúsculo jesús entre ladrones
con quien siempre me sentí solidario
pero el cura además de católico apostólico
era también romano y algo tronco
de ahí que exigiera no sé qué boleta
de bautismo o tal vez de nacimiento

si de algo estoy seguro es que he nacido
por lo tanto nos mudamos a otra iglesia
donde un simpático pastor luterano
que no jodía con los documentos
sucintamente nos casó y nosotros
dijimos sí como dándonos ánimo
y en la foto salimos espantosos

nuestra luna y su miel se llevaron a cabo
con una praxis semejante a la de hoy
ya que la humanidad ha innovado poco
en este punto realmente cardinal

fue allá por marzo del cuarenta y seis
meses después que daddy truman
conmovido generoso sensible expeditivo
convirtiera a hiroshima en ciudad cadáver
en inmóvil guiñapo en no ciudad

muy poco antes o muy poco después
en brasil adolphe berk embajador de usa
apoyaba qué raro el golpe contra vargas
en honduras las inversiones yanquis
ascendían a trescientos millones de dólares
paraguay y uruguay en intrépido ay
declaraban la guerra a alemania
sin provocar por cierto grandes conmociones
en chile allende era elegido senador
y en haití los estudiantes iban a la huelga
en martinica aimé cesaire el poeta
pasaba a ser alcalde en fort de france
en santo domingo el PCD
se transformaba en PSP
y en méxico el PRM
se transformaba en PRI
en bolivia no hubo cambios de siglas
pero faltaban tres meses solamente
para que lo colgaran a villarroel
argentina empezaba a generalizar
y casi de inmediato a coronelizar

nosotros dos nos fuimos a colonia suiza
ajenos al destino que se incubaba
ella con un chaleco verde que siempre me gustó
y yo con tres camisas blancas

en fin después hubo que trabajar
y trabajamos treinta años
al principio éramos jóvenes pero no lo sabíamos
cuando nos dimos cuenta ya no éramos jóvenes
si ahora todo parece tan remoto será
porque allí una familia era algo importante
y hoy es de una importancia reventada

cuando quisimos acordar el paisito
que había vivido una paz no ganada
empezó lentamente a trepidar
pero antes anduvimos muy campantes
por otras paces y trepidaciones
combinábamos las idas y las vueltas
la rutina nacional con la morriña allá lejos
viajamos tanto y con tantos rumbos
que nos cruzábamos con nosotros mismos
unos eran viajes de imaginación qué baratos
y otros qué lata con pasaporte y vacuna

miro nuestras fotos de venecia de innsbruck
y también de malvín
del balneario solís o el philosophenweg
estábamos estamos estaremos juntos
pero cómo ha cambiado el alrededor
no me refiero al fondo con mugrientos canales
ni al de dunas limpias y solitarias
ni al hotel chajá ni al balcón de goethe
ni al contorno de muros y enredaderas
sino a los ojos crueles que nos miran ahora

algo ocurrió en nuestra partícula de mundo
que hizo de algunos hombres maquinarias de horror
estábamos estamos estaremos juntos
pero qué rodeados de ausencias y mutaciones
qué malheridos de sangre hermana
qué enceguecidos por la hoguera maldita

ahora nuestro amor tiene como el de todos
inevitables zonas de tristeza y presagios
paréntesis de miedo incorregibles lejanías
culpas que quisiéramos inventar de una vez
para liquidarlas definitivamente

la conocida sombra de nuestros cuerpos
ya no acaba en nosotros
sigue por cualquier suelo cualquier orilla
hasta alcanzar lo real escandaloso
y lamer con lealtad los restos de silencio
que también integran nuestro largo amor

hasta las menudencias cotidianas
se vuelven gigantescos promontorios
la suma de corazón y corazón
es una suasoria paz que quema
los labios empiezan a moverse
detrás del doble cristal sordomudo
por eso estoy obligado a imaginar
lo que ella imagina y viceversa

estábamos estamos estaremos juntos
a pedazos a ratos a párpados a sueños
soledad norte más soledad sur
para tomarle una mano nada más
ese primario gesto de la pareja
debí extender mi brazo por encima
de un continente intrincado y vastísimo
y es difícil no sólo porque mi brazo es corto
siempre tienen que ajustarme las mangas
sino porque debo pasar estirándome
sobre las torres de petróleo en maracaibo
los inocentes cocodrilos del amazonas
los tiras orientales de livramento

es cierto que treinta años de oleaje
nos dan un inconfundible aire salitroso
y gracias a él nos reconocemos
por encima de acechanzas y destrucciones

la vida íntima de dos
esa historia mundial en livre de poche
es tal vez un cantar de los cantares
más el eclesiastés y sin apocalipsis
una extraña geografía con torrentes
ensenadas praderas y calmas chichas

no podemos quejarnos
en treinta años la vida
nos ha llevado recio y traído suave
nos ha tenido tan pero tan ocupados
que siempre nos deja algo para descubrirnos
a veces nos separa y nos necesitamos
cuando uno necesita se siente vivo
entonces nos acerca y nos necesitamos

es bueno tener a mi mujer aquí
aunque estemos silenciosos y sin mirarnos
ella leyendo su séptimo círculo
y adivinando siempre quién es el asesino
yo escuchando noticias de onda corta
con el auricular para no molestarla
y sabiendo también quién es el asesino

la vida de pareja en treinta años
es una colección inimitable
de tangos diccionarios angustias mejorías
aeropuertos camas recompensas condenas
pero siempre hay un llanto finísimo
casi un hilo que nos atraviesa
y va enhebrando una estación con otra
borda aplazamientos y triunfos
le cose los botones al desorden
y hasta recomienda melancolías

siempre hay un finísimo llanto un placer
que a veces ni siquiera tiene lágrimas
y es la parábola de esta historia mixta
la vida a cuatro manos el desvelo
o la alegría en que nos apoyamos
cada vez más seguros casi como
dos equilibristas sobre su alambre
de otro modo no habríamos llegado a saber
qué significa el brindis que ahora sigue
y que lógicamente no vamos a hacer público


ANGEL GONZALEZ

DICIEMBRE

Diciembre

Diciembre vino silenciosamente,
estirando las noches hasta casi
juntarlas:
el alba a pocas horas de distancia
del crepúsculo lleno de tristeza,
y un mediodía sin sol,
un mediodía
de pájaros ocultos y apagados
ruidos,
con bajas nubes grises recibiendo
el sucio impacto de las chimeneas.

Diciembre vino así, como lo cuento
aquel año de gracia del que hablo,
el año aquel de gracia y sueño, leve
soplo de luces y de días,
encrucijada luminosa
de lunas hondas y de estrellas altas,
de mañanas de sol, de tardes tibias
que por el aire se sucedían lentas
como globos brillantes y solemnes.

Pero diciembre vino de ese modo
y cubrió todo aquello de ceniza:
lluvia turbia y menuda,
niebla densa,
opaca luz borrando los perfiles,
espeso frío tenaz que vaciaba
las calles de muchachas
y de música, que asesinaba pájaros y mármoles
en la ciudad sin hojas del invierno.

Pájaros muertos, barro, nieve sucia,
lanzó diciembre sobre el año, y todos
abandonamos en silencio
su ámbito feliz, pisando indiferentes
los restos consumidos de sus cosas,
el envoltorio de sus alegrías,
dejándolo cubierto de papeles
y rota luces,
oquedad sumergida
en decepción y desfallecimiento,
como la sala de un teatro, cuando
el telón cae, finalizado el drama.

De esa forma dejamos aquel año,
sórdido
recinto
manchado de recuerdos derribados
y deseos oscuros
y nostalgia
-y por qué no también remordimiento-
sin mirar para atrás,
sin querer enterarnos
de su agonía lívida a las puertas de enero.

 

LUIS GARCIA MONTERO

Una forma de resistencia  La correspondencia

 Los abismos existen tambien en las ditancias cortas. 

Muchos ciudadanos, en vez de buscar los mares del sur 

o los paisajes exóticos de la lejanía, 

utilizan las vacaciones para encontrarse a sí mismos.


JUAN RAMON JIMENEZ

Diario de un poeta recién casado

Puerto

Las seis del agua. El silencio como un enorme color único parece inmenso y se siente con los ojos, pero en los oidos siguen, en insistente confusión, las sirenas, los remaches de aire comprimido, las bocinas, como sonandoen un cuadro.

jueves, 10 de marzo de 2022

Roberto Carlos, Kadir Nelson, Silvia Perez Cruz y otros sueños primaverales

Voy dejando entrar el aire, poco a poco mientras la primavera se agazapa por las esquinas con ganas de darnos un susto. Todavía no leo. El tiempo apresura al tiempo con la obligación de meterlo todo en la maleta como si mañana hubiera que salir corriendo.

Escucho a Roberto Carlos, como siempre, desde siempre, en una canción preciosa con jlo, ejemplo de mujer que me gusta y se me atraganta a la vez. Un poco como ver a Pe en Madres Paralelas, que está tremenda en su madurez entre fondos de colores del genio Almodovar. Otros dos que me entusiasman y me repelen. Es adoración lo que tengo por las imagenes perfectamente cuadradas de Almodovar y encima Penelope que siempre debería ser personaje y nunca persona puffffffff.


Hablando de mujeres cercanas a los cincuenta, me quedo con Rebeca Pearson, con lo blandengue y lo pija que ha sido toda su vida, cuando se queda viuda (cuarenta y ocho años tiene), adquiere una tristeza fuerte y atractiva, una madurez serena con esos tres petardos de hijos que a esa edad son cansinos hasta decir basta puffffffff. La quinta temporada de This is Us me ha parecido un poco sosaina. Los unicos que crecen son Beth y Kevin (que una vez más me hace salir mi lado confuso de color pastel ). El resto de la quinta blandy blue total. Que maaaaaaal me ha caido Randall esta temporada.

 



Me dan pena las cabinas telefónicas, quizás porque los coches con el parabrisas salpicados de lluvia siempre me recuerdan canciones tristes y me parecen cabinas telefónicas como la que se llevaban a jose luis lopez vazquez a un hangar de seres humanos olvidados y desesperanzados. ¿Y por qué viene esto? pues no lo sé, pero Mercero consiguió llenarme los miedos de cabinas telefónicas ahora que las quitan. Cómo me gustan las versiones raras de canciones bonitas. ponedla por el medio y vereis a dos tipos que mno conozco y cantan esta canción con el maestro.

 


También veo la nueva temporada de Euphoria, que araña los sentimientos paternos como piedra sobre encerado. Y estudio, estoy estudiando mucho, porque ¿de que sirve matricularse si luego no estudias?. Y el trabajo se escapa por el sumidero de la poza del fregadero. Y en esta noche de canciones que me envuelven me acuerdo de la que canta sobre mi mar Serrat y Silvia Perez Cruz y que ya no puede pasar ni un año más sin ir a verla a donde sea. Por que hay cantantes a las que hay que ir a escuchar sea donde sea y aunque luego te defrauden, como me defraudó Ismael Serrano el otro dia en mi pueblo. quien lo hubiera dicho, cuando fui a verlo.


Y si algo entendía se me ha borrado en estos tiempos de rarezas y guerras por televisión. Y no leo, porque todo el tiempo me parece poco para estudiar. Y la incertidumbre roba el presente. Y la prensa se diluye y al final uno se queda congelado como los niños de Kadir Nelson en la portada del newyorker mirando al cielo. Nueva York esa ciudad a la que estoy dejando de querer ir para seguir soñándola. Y hablando de soñar me voy a dormir que ya se va haciendo tarde. ¿A qué dios miraran que tanto pensamiento causa?



martes, 1 de marzo de 2022

Un febrero sobrante

Se va sin despedirse este febrero sobrante. Me abandona con una intensidad desmedida, con una presión para mí desconocida en donde lo trascendente y lo trivial se han unido para desbordar el vaso con una indiferencia ofensiva ante la valoración de la importancia de las cosas.

Porque todo suma para hacerse mucho; gota a gota, derramando el rebose que encharca. Sensaciones incontroladas, obligaciones autoimpuestas y la muerte como advertencia de levedad en donde es igual la hijoputez que las bonhomía porque todo se resume a una lápida fria y sin epitafio o una frase lánguida de un cura viejo al final del sepelio.

Dos años ya de este parentesis sin cerrar, de este relativo sin referente, estos años o anos sin virgulilla que nos hacen ir de puto culo sin saber a dónde. Qué cansancio correr sin destino. Qué acumulación de eventos sin aliento, que continuo sin reposo ni fundamento. 

Lo mucho que reta al vacio, lo intenso que reta al sinsentido. El cambio que nada cambia. Las batallas en las que muchos apostaron sus dias laborales y hoy quedan como anécdotas sin consecuencia en una derrota rumiada en un rincón. Cuanta disculpa de fogueo. Cuanta ira gastada en balde. Cuánto tiempo apurado en tanto plazo irrelevante que nos ha robado el aliento. 

Cuando el recipiente limita al lleno da igual que lo último sea un grifo o una gota. Importante o sin importancia porque ya todo es  mucho. Cuando los sueños se embarran con lo cotidiano no hay descanso y la noche se acumula al día como una madrugada sin despertador. No leo, no escribo y todo se queda dentro en frases agusanadas en parrafos sin interlineado. Qué sed de mar, que resaca de paisaje, que hambre de primavera