Sostenía hace cinco minutos en el ricon de Speedy que la permanencia en los blogs es un bonito devenir entre la tozudería (pormisgüebosquenolodejo) y la desidia (chicotoestopaqué). Y es que ultimamente muchas de las cosas de las que vivo se columpian entre lo uno y lo otro. Uno va viendo la brevedad de lo cotidiano, lo efimero de lo importante y la trivialidad del titular impostado y te entran unas ganas tremendas de como Bartleby, negarte a todo con un "preferíría no hacerlo" y esconderte en un rincón a la espera de que escampe.
Me reprochaba, no sin falta de razón la Dtra Di, mi empeño absorvente en hacer un master que se me ha comido las horas del último semestre y que da tan solo migajas de satisfacción a mi ego avejentado. ¿De verdad te compensa? me pregunta también la nuera de la consuelo cuando me ve dedicarle mis escasas, humeantes y alcoholizadas neuronas al t de student y al chi cuadrado. Pues por mis güebos que sí. No voy a hacer solo las asignaturas que me resulten faciles. Si me he metido es para sacarlo todo. Y no se lo digais a nadie pero cuando al final me aprueban estas asignaturas (dios quiera) siento una extraña satisfacción de polvo cincuentón sin necesidad de pastillica azul (todavía).
Lo mismo en el trabajo... tras más de veinte años, de verdad son necesarias algunas cosas. Yo que soy especialista en aguantar tonterías, egos desmedidos, tontipijos venidos a más, yo que siempre he pensado que el agradecimeinto de mis usuarios compensa casi cualquier cosa... de un tiempo a esta parte miro con envidia a los prejubilados mentales y a los reyes del escaqueo a los que antes despreciaba. ¿no será mejor caer en la desidia laboral que retarte con empeños quijotescos que te desgastan sin contraprestación? mañana te da un jamacuco y a tomar pol culo. Le mandan tus pertenencias a tu viuda, poemas derogados a tus amantes y un mail informativo a tus enemigos por si quieren celebrarlo con una copa de champán y aquí paz y después gloria.
Fijate tú Domingo Villar, ahí estaba su último libro en mi mesilla desde hace un par de años sin leer. El otro día abro el periódico y veo que habia fallecido altobajo a mi edad, así de repente, y me dio una pena terrible, tanta pena que me he leido El último barco en tres dias (y son 700 páginas), no está mal pero me gustó más Ojos de agua, este es un poco como La playa de los ahogados publireportaje de Vigo pero un poco superficial. (Espero que si hacen pelicula del último barco sea mejor que la de los ahogados). No puedo evitar darle al magín con estas cosas, yo creo que si alguien tuviera pensado hacerme una putada, confiara en ello su empeño de los últimos meses y se muriera el día de antes a acuchillarme, aun así me daría pena. Entre el empeño y la desidia. Tanto pa qué.
Y qué hago ahora mismo desaguando mis insomnios a las tres de la mañana en un blog deshilado. Chico dejalo morir poco a poco y si eso escribes algo de tanto en tanto para espantar spams de curanderos y guarrillas rusas de instagram. Hablando de instagram, tengo una cuenta ideal en la que favoriteo solo cosas bonitas como paisajes montañosos o australianas de buen ver (puffffff Laura Dundovic y Natalie Roser), sin profundidad solo entretenimiento vacio. También frases en alemán de esas de calendario para refrescar un poco mi alemán olvidado en la punta del pie.
Bueno, pues eso, que vamos dejando correr la semana y los meses sin escribir y esto se desalienta. En cuanto que viene algo a la cocotera hay que sentarse a la tecka que luego se diluye. Tenía un post medio escrito sobre los libros que me recomendó Esther de Ernesto Calabuig. El de Frágiles Humanos me ha encantado, el de la playa y el tiempo también pero menos. A medio camino entre el cincuentismo y los recuerdos ochenteros, hay historias como la de los abuelos que se sientan en el parque a ver la luna roja que es sensacional. se agradece la recomendación.
Estoy cansado muy cansado. Una extraña sensación de vulnerabilidad. Como si la menor mirada me hiciera mella, como si a su vez, yo mismo provocara oleajes con mis chapoteos irrelevantes. Llegan tiempos de mudanzas laborales y convivo con la incertidumbre de guardarlo todo para coser recuerdos o tirarlo todo a la basura para que quede tan solo el humo mortecino del ascua sin fuego. ¿Dar importancia a las cosas o trivializarlas ya para siempre?. Un sentimiento a medio camino entre la desidia de dejarse ir y la tozudez de tirar pa lante.