Hoy hemos hablado de libros y de narraciones, de oralidad y de escritura; hemos hablado de lenguas minoritarias y de lenguas importadas, de convivencia y de inconveniencia y sobre todo de literatura. Estos profesores que comparten más que imparten siempre ven las redondeces sociales a las esquinas de las calles donde vivo.
Hablan de cambio social, de
integración y de inclusión, de didáctica y docencia y además lo hacen con
palabras hermosas. Comparten con los niños la bella inocencia infantil, incluso
a veces les ganan en nubes y sueños de algodón. Yo creo que son los conceptos
puros, sin barro, problemas con solución, teoremas que reposan en la duda sin
inconveniente. Las hipótesis aguardan entre las paredes lisas y limpias a la
espera de implementación, dilemas que divagan de la mano a la espera de
síntesis que las concluya. Y qué quereis que os diga, yo estoy encantado escuchándoles.
Mientras tanto octubre languidece afuera; octubre en mi pueblo, ya lo sabéis, se lleva el otoño en volandas, a penas sin haberlo visto. Pronto caerá ese frio vestido de naranja y niebla que hace escocer las miradas arrebujadas en las noches de invierno. Emboscaremos los gestos todavía tras las máscaras impregnadas de recuerdos dolorosos. Los políticos alargarán los signos externos cuanto puedan como banderas de advertencia contra las sonrisas porque para ellos es más cómodo vivir sin gestos.
Se empañarán las gafas, que es el invento del mundo que más admiro porque sin ellas no podría escribir, ni leer, ni reconocer las caras de mis compañeras de clase insultantes de juventud; me acercaría el móvil hasta que se me pegaran los emoticonos de animales en la frente y pondría en los guasap mensajes equívocos como una frase de cabrera infante, sedientos de lucha como la prosa de montero glez, evocadores de historias del fin del mundo recitadas por sepulveda.Que delicia poder vivir siempre en la escuela. O todavía mejor estar siempre haciendo tercero de BUP. Solo con letras y frases; nada de números que describan lo poco o lo mucho como si fuera bastante. Solo libros y autores, épocas y predicados; declinar el rosa rosae y deleitarse por siempre en las vidrieras de la catedral de León. Mirar por la ventana en las atardecidas de octubre y ver caer la noche pintada de violeta tras el cabezo y mi futuro sin hacer. Cuantas poesías se quedaron en las hojas impares de mis cuadernos de inglés.
Las sillas se van quedando vacías también en el lugar donde trabajo, porque el destino es un hijodeputa que se juega a la oca borracha nuestro porvenir al azar. A usted le ha tocado premio y saldrá de esta caja de piedra transparente la semana que viene, usted tiene pares de unos y se va al hospital; usted se queda dos turnos sin tirar y se le comerá la desidia hasta la década que viene. Y usted, sí usted el que escribe, que lleva de oca en oca toda la partida rezará para no caer en la calavera que le regrese a la casilla inicial justo cuando parecía que llegaba al final.
Ayer ví El buen patrón y te das cuenta de que la justicia social es una mierda que se inventaron los ganadores. Id a verla y disfrutad de Bardem, un tipo que me cae del culo, pero que es de lo mejorcito como actor. A la altura de su No es país para viejos o de Biutiful para que os hagais una idea. Igual es que tiene suerte de que le dirijan tantos buenos directores. En este caso, León de Aranoa, que vuelve a la crítica social irónica que es desde Familia lo que mejor se le da.
Leo a trompicones historias de ficción, entre textos y artículos de investigación. Me he acabado un libro raro de Gironella, Los fantasmas de mi cerebro, que es un libro desgarrador contado desde su depresión, desde dentro del volcán, vomitando lava desordenada y candente todavía en un rio de palabras que parece no tener final. Me ha gustado, aunque no sé si gustar es el verbo que debo utilizar. Porque las palabras se manchan por el uso por mucho que se las envuelva de tul. Hoy en la escuela hemos hablado de libros y de narraciones, de oralidad y de escritura, pero como dice la canción el diario parecía no hablar de ti ni de mi.