miércoles, 27 de febrero de 2019

Mi gripe mortal, mi familia y el visvaporús. Mis hipocondrias.


Llevo tres días enfermito a más no poder con una gripe que me ha mantenido en la cama con más firmeza que si la misma Heidi Klum me hubiera anunciado su visita. Y es que, la querencia de primavera me puede y en cuanto veo dos rayos de sol, arrojo mi abrigo al rio y salgo lozano y feliz en mangas de camisa retando al mundo y bebiéndome a tragos el mes de marzo como si no hubiera un mañana. También contribuye que la noche zaragozana es muy traicionera y uno empieza un vermú de viernes a las tres de la tarde y una cosa lleva a la otra y te encuentras de repente a las dos de la madrugada alegre pero desarropado y con un cierzo tardío disfrazado de relente que te deja helado el espinazo.
Analizadas las causas y como ya os esperáis la parroquia con trienios de este blog, nos conduciremos hacia los terrenos de mis hipocondrías y consultas médicas que tantas chanzas genera en el personal, tanto seguidores al blog y tanto sufrimiento en el que suscribe.
Lo primero es saber identificar la gripe a tiempo y no confundir los dolores de cabeza con otras circunstancias concurrentes. El pasado domingo, día agradable y soleado, mi adorada suegra cumplía sus ochenta años. Cuando sentados en el establecimiento que nos daría de comer escuché su famosa frase “tú que eres abogado ven por aquí y siéntate a mi lado que te tengo que preguntar unas cuantas cosas” (yo no soy abogado) “déjate de pamplinas y siéntate aquí”. Y es que como soy un yerno ejemplar no sé decir que no, y me senté a su lado y fueron lloviendo sobre mi blanda sesera todo tipo de cuestiones referidas a deslindes, servidumbres de luces y vistas, aparcerías rurales, legados, usucapios, usufructos, apropiaciones indebidas, malversaciones, anotaciones registrales y otros varios jurídicos en torrente y desorden solo interrumpido por el canto del cumpleaños feliz y que generó en mi efectos indeterminados entre la confusión y la pérdida de espíritu, acompañados de dolores en gran parte de mi testuz que me hizo achacar injustamente a mi mama política lo que era propio del malvado virus.
Derrotado al finalizar el día por las distintas circunstancias me desplomé en la cama mientras era objeto de todo tipo de chanzas por mis herederos legales y mi mancomunada. “Dejad a papa que está moribundo”, “¿Papa como estás tan grave para no incordiarte podemos jugar a la play?” y cosas semejantes que demuestran que la familia es el marco del amor.
Y es en estos momentos en el que sientes el dolor atraparte cuando te vienen a la cabeza las cuestiones importantes de la vida: ¿lo que quita la fiebre es el ibuprofeno o el paracetamol? ¿Eran 1000 o 600 cada 8 horas? ¿Cuántos puntos le harían falta al Zaragoza para conseguir la promoción? y como de costumbre me lance sobre el móvil para lanzar un SOS a mi equipo médico habitual. El Dr F (ya conocido en este blog por el episodio de la desigualdad) me mandó desde Londres el siguiente guasap (sic) “1 gramo de paracetamol cada 6h, un ibuprofeno 600 cada 8, stopcold cada 12 y sobre todo NO TE AUTOMEDIQUES” …tarde ya me había hinchado a frenadoles que es mi droga química más consumida salteada por ibuprofenos en cantidades indeterminadas.

Y entré en barrena: el ibuprofeno fastidia el estomago, luego me tengo que tomar el esomeprazol (pa dentro) , pero un día me dijo 112, que mal usado te fastidiaba el hígado que es justo lo mismo que sucede si te pasas con el frenadol… (y con las jarras de cerveza), adios hígado y me fui al armario donde tengo las pastillas de alcachofa con diente de león (gallexier se llaman) y me zampe unas cuantas y qué mierda es eso del stopcold que tiene nombre de neumáticos de nieve, yo eso no me lo tomo, bueno igual sí. Y tenia tos y para eso hay un jarabe de yerbas que venden a precio de cubata que se llama grinTuss y trago que me zampé.
Al anochecer mi mujer constatando que aun respiraba mandó a los chicos con la consuelo y ella se preparó para ir a currar a punto de mañana con la frase de si te encuentras mal llama (si me encuentro mal no podré llamarrrrr estaré muerto) y yo ya me veía solo y de cuerpo presente con todas las cajas de medicamentos sobre mi mesa y F mi amigo el medico detenido como el galeno de Michael Jackson por sobreprescripción, y Michael junto a sanpedro riéndose a carcajadas por todos los cachondeos de mis post sobre él. Bueno eran los delirios de los 39 de fiebre pero la verdad es que estaba mu mal.
Mai guaif previendo como así fue, mi incomparecencia laboral, mandó un mensaje a primera hora a mis compañeras anunciando mi más que probable ausencia ya que me había ABANDONADO a las cinco seminconsciente, dopado con drogas abundantes y desconocidas y delirante, un poco más de lo normal, sin viso alguno de recuperación estimada. Todos pensareis que mis adoradas compañeras llorarían amargadas por tan terrible falta, solo os voy a detallar un listado de guasaps que me encontré al despertar:
Compañera 1 ¿Cómo vas? Extremaunción o amputación?
Compañera 2 Estás mayor te veo vacunándote en grupo de riesgo para el próximo año
Compañera 3 Gripe con fiebre. Ahora darás el estirón!!
Es cierto que junto a estos tétricos mensajes había miles de caritas con corazones, risas y palmas que me reconfortaron en el dolor.

Y bueno tras estos tres días de duro sufrimiento, fiebre y sudor, parece que vamos superando el pico de la enfermedad y ya solo queda alguna decimilla y el rescoldo mal apagado de una tos bronquítica y persistente a lo largo del dia de hoy. Cuestión que he comunicado a mi amada esposa con los siguientes resultados:
Llamada por la tarde. Mi mujer: Acabo de comer con mi amiga farmaceútica y me ha dicho que vayas al médico que muchas veces la gripe mal curada es la puerta de una neumonía y ya sabes que yo tengo un sueño que me despierto con una mosca que vuele.
Acto seguido llama mi adorable suegra: Ya me ha dicho tu mujer que estabas con una tos horrible hazme caso ponte “visvaporús” detrás de la oreja porque ahí tenemos un ganglio que es el que controla todo, que yo lo sé. Mi hija te dirá que no me hagas caso, pero tu póntelo donde te digo y debajo de la nariz; por cierto el otro día me quedaron algunas cosas que preguntarte sobre los campos del pueblo a ver si sacas un rato”. (Te tengo que colgar que me llaman al móvil…)
Era mi madre. Osea que se te ha quedado en tos crónica. (Mujer ¿crónica?, ayer estaba con gripe, hoy toso, no sé lo normal) Tu haz el tonto el aparato del oxígeno le tuvieron que poner a tu abuelo (Sí, a los 95 años (...) mi suegra me ha dicho que me ponga visvaporus detrás de la oreja). El “visvaporús” es lo mejor que hay, pero lo bueno es ponérselo en la planta de los pies con unos calcetines y un orinal con cebollas cortadas debajo de la cama. (Pero que tendrá que ver la tos con las plantas de los pies. Pues mucho. Espera que me llama mi mujer. Luego me cuentas lo de la cebolla).
Hola cariño seguro que te ha llamado tu madre con una historia sobre el visvaporús en la planta de los pies, solo te voy a decir una cosa: como me llenes el suelo con la grasa de la mierda esa, lo recoges con la lengua. ¿te ha bajado la fiebre de 38 verdad? Pues airea todo que no me haría ninguna gracia que me contagies tus virus en vísperas de puente. Te quiero.
Que dura es la enfermedad en mi casa.

PS-.Llega de mi mujer mientras escribo. Bueno ya estás con la tontada del blog, así que veo que vas levantando cabeza.

Si quereis leer otras terroríficas historias de mis hipocondrias y mis médicos:
Podeis leer Sufro de desigualdad con el doctor F
Mi visita al cardiologo con una Opresión con el doctor P
 

martes, 19 de febrero de 2019

¿Cuándo hay que dejar las oposiciones?


Yo estuve sentado en esa sala y si no es justamente en esa sala, que creo que sí, lo sería en otra parecida del Tribunal Supremo. Hubo un momento en el que empecé a tener claro que aquello no podía seguir y sin embargo, había algo en todo aquello que me subyugaba con la belleza inútil de la inercia. Ahora que está de moda el edificio del Tribunal Supremo por el juicio contra el golpe de estado de primero de octubre (que querencia y qué casualidad desde los GRAPO por esa fecha), digo que ahora, se me agolpan en la cabeza recuerdos que, como todos los recuerdos, vienen de la mano de sensaciones poco controlables y a veces lacerantes para mí.

Las personas, incluso las humanas, tenemos como herramienta fundamental para la supervivencia la capacidad del autoengaño. Todos somos capaces de construirnos una narración bella y épica de nuestro pasado que haga digerible, desde una posición de presente, nuestros ridículos y frustraciones de entonces. El porqué de que, con veintitrés años, alguien como yo se pusiera a estudiar oposiciones para juez, tiene algo de chocante y mucho de temerario. No era un estudiante malo, nunca lo he sido, pero la brillantez de mi bachiller con sobresalientes y matriculas no desembocó ni mucho menos en una carrera de menciones cum laude sino más bien en una notable comodidad de bon vivant más inclinado a las relaciones humanas que a las fieles relaciones con los libros.
Fue una tarde tibia en una sidrería de la calle Arenal, correría el 99 o algo así. Estaba sentado en precario, inestable y no sé cómo me fui hacia atrás de la banqueta, quizás empujado por las excesivas escancias y no suficientes viandas y caí al vacío (de un metro) sin asidero posible. Ese fue el momento. Mis casi cien kilos de entonces resonaron en el bar con el peso del desencanto y la evidencia del fracaso. Salió de los excusados mi acompañante, tan rubia, tan brillante, tan amiga como para venir desde Zaragoza a la primera llamada en demanda de auxilio. (De hecho, esa misma noche nos casamos en la fuente que estaba cerca del Almendro, el bar en el que Ismael Serrano escribía canciones tristes; también lo hicimos varios años después con cura y monaguillo, pero esa es otra historia). ¿Te has caído? Me preguntó entre carcajadas. No, ya llevo bastantes meses en el suelo.
Desde entonces he renunciado a poner excusas a aquellos años, a buscar razón más allá de mi falta de capacidad o de trabajo (o las dos juntas) para no superar aquellas oposiciones. He renunciado a tenerlo como un paréntesis en mi vida, más bien lo contrario, fueron años de una intensidad intelectual y afectiva difícilmente repetible que he integrado en lo que soy. A veces sueño con aquellos pasillos del Supremo, aquellas salas preciosas, aquel recargamiento y postureo estético que admiraba con embeleso a la vez que balbuceaba temas mal aprendidos.
Es cierto, que hasta hoy la vida laboral no me ha ido mal del todo y eso ayuda a ver el pasado más edulcorado. Sin embargo, soy de la opinión, ahora en desuso, de que la capacidad de superar el fracaso y de superar el aburrimiento son virtudes todavía poco reconocidas y precisamente fracasar y aburrirse es una de las cuestiones con las que más se convive mientras opositas durante años. Mentiría si dijera que las horas de estudio no me robaron pedazos de mis veintitantos, pero también sería incierto si desestimara todo lo bueno que me trajo.
 Es precisamente cuando veáis que ya no os aporta nada cuando lo mejor es dejarlo.Sobre todo, antes de verte tirado por los suelos piojo de sidra en el Madrid de los Austrias. “Si es que te tenía que haber dejado allí tirado, lo que me hubiera ahorrado” Dice todavía hoy mi todavía mujer.

miércoles, 13 de febrero de 2019

MIs 25 cuentos favoritos

He encargado a tres personas la cruel tarea de valorar los cuentos que he venido escribiendo desde que tengo el blog. Doble crueldad: una por tener que leerse todos (que ya son ganas) y en segundo lugar por tener que ser objetivamente crueles conmigo, pobrecico de mi con lo güenos y sensible que soy.

El critico 1 basicamente ha señalado los que le gustaban y luego en otra lista ha puesto los que le parecian nefastos, a todo el resto les ha puesto pasables y a correr.
El critico 2 se ha empeñado en valorarlos de 1 a 10 con un criterio bastante generoso, sea dicho de paso. Pero como con tanto número era un galimatias le he pedido que los agrupe en tres niveles: los que le parecían mejores, después los que tienen un nivel 7 u 8 y luego ya todo el resto van al pozo.
El critico 3 solo ha señalado los que le gustan el resto nada de nada.

Después he hecho un filtro y aqui teneis el resultado. Si quereis ver la valoración de la totalidad teneis TODOS EN ESTE ENLACE

Por supuesto no so pido que los leais todos, tengo misericordia de vosotros fieles seguidores, pero si de alguno por la razón que sea os acordais, os agradecería con un sugus de fresa y un danone de piña vuestro comentario.
Abrazos mil.




CUENTOS EN UN FOLIO Y PICO
Critico 1
Critico 2
Critico 3
Bueno
8
OK
Bueno
8

Bueno
6
OK
Bueno
8
OK
Bueno
9

Pasable
9

Bueno
8

Bueno
8
OK
Pasable
8

Bueno
9
OK
Critico 1
Critico 2
Critico 3
Bueno
9
OK
Bueno
9


Bueno
9
OK
Bueno
9
OK
Critico 1
Critico 2
Critico 3
Pasable
8
OK
Bueno
8


Bueno
8
OK
Bueno
8


Bueno
8


Critico 1
Critico 2
Critico 3
Bueno
8
OK
Pasable
9
OK
Pasable
9
OK
Bueno
9
OK
Pasable
7
OK
Pasable
9
OK