Dejadme escribir intenso
en esta
noche de domingo y vigilia,
dejadme salir del tunel,
dejadme olvidar esta semana
de lecturas viejas
dejadme añorar tranquilo
silencios sin desenlace.
El martes me dolían los parpados y estaba tan cansado que no
podía dormir. Entre sombras se me apareció Maria Iribarne dejando una carta
sobre mi mesilla, no sé si os acordáis, esa carta en la que cuenta que vivir
consiste en construir futuros recuerdos.
Cuando conocí a Maria, yo ejercía, por entonces, de amante a escondidas de una mujer de la que ahora tan solo
recuerdo su manera de reír y sus besos húmedos. Su marido supo de lo nuestro y
yo le recomendé, mientras nos comíamos un
cucurucho de limón, que siguiera con él y que olvidara esa idea peregrina de
hacernos pareja oficial.
Una de las últimas veces que la
llamé, andaba yo muy borracho viendo la ceremonia de inauguración de los juegos
de Barcelona. Recuerdo ese día, no tanto por la figura del abanderado y los
mocos de la infanta, sino porque estaba leyendo Tierra sin mar y como siempre
que leía a Labordeta, me dejaba un poso de soledad de esos que solo se pueden
rellenar con llamadas a ex novias y enviando cartas de amor a direcciones inventadas, como hacían los amigos de cass con las violetas.
El miércoles me
cité con Maria Iribarne en el Café de la Granota, y le inquirí de manera vehemente
a que me dijera por qué narices aparecía ahora en mi vida sin avisar devolviéndome recuerdos en este futuro de ayer
que ahora vivo. Me pidió disculpas por
ir y venir de mi vida como hacían la niña mala y el traductor. Me dijo también que no lo podía evitar, ya que hay personajes de libros,
que como algunos polvos profundos y culpables, vagan por la memoria y nunca acaban de dejarte del todo.
El jueves tuve
que viajar a Barcelona por trabajo. Allí conocí al Sr Moncada y allí anduvimos
negociando con un abogado de nombre Cañas, del que me dijeron que había sido
defensor del Zarco, un viejo y afamado delincuente de Gerona que acabo sus días
comido por la heroína. También me presentaron a una amiga del Sr Moncada con la
que estuvimos cenando y que amablemente al terminar me llevo hasta el hotel.
Le invité a
tomar la última pero acabamos tomando demasiados martinis con cocacola y algún porro. Acabamos muy
borrachos y así las cosas nos fuimos haciendo confidencias de esas que te salen
a 80 euros de psicólogo y que sin embargo se escuchan gratis llegadas
determinadas horas de la madrugada.
Yo le conté que me acababa de separar y que tenía este blog, y ella
me dijo que trabajaba en una entidad financiera, que escribía en un blog
simulando ser varias personas distintas, y que hacia un mes había decidido
ponerle los cuernos a su marido por razones que no me quiso contar ni yo le
pregunté.
Me dijo que le
encantaba escuchar a un grupo de Zaragoza de los 80 del que no recordaba su
nombre hasta que le aclaré que eran mas birras. Yo le dije que me gustaba escribir
versos en catalán y leer a Margarit.
De repente nos
callamos, quizá fue entonces cuando le escuché decirme al oído los versos del
poeta: com m'estimo aquest profund silenci, quan tot resta suspès però tranquil i
sense desitjar cap desenllaç.
Los dos nos mentimos.
Si tienen que pasar muchos días entre una entrada y otra en este blog para que escribas así...hazlo!
ResponderEliminarHacía tiempo que no leía algo tan bueno.
Hostias, me has puesto tierna!
Mola.
ResponderEliminarPero a mi no me has puesto tierno
Por mi mente últimamente también se pasean fantasmas del pasado...
ResponderEliminarUn besazo
Brutal
ResponderEliminarAnónima NO
Kitty me vas a sacar los colores que unno es mu vergonzoso (MENTIRA soy un egocentrico y me encantan los piropos)
ResponderEliminarFeliz cumple desde el blog Gonzalito... lo de que estas en paises lejanos para no invitar a los amigos me parece una excusa de lo mas cutre.
MMNN a mi me sucede como, en este cuento, que los personajes de los libros que leo me saltan al otro lado y se me camuflan en mis siestas.
Gracias No... Lo que faltaba no actualizas y encima te camuflas en el aNOnimato??? ers tú verdad!
Esto es ficción¿no?.
ResponderEliminarPseudo ningún cuento es absolutamente ficción ni ninguna vida absolutamente real.
ResponderEliminarTodo en este blog es una ficción real
Soy yo desde el trabajo, que es que como tengo abiertas tantas cuentas de google, me es más práctico firmar sin meterme en la mia.
ResponderEliminarUn besoooooo
Anónima NO
Me ha gustado, ciertamente.
ResponderEliminarQué maravilla de texto ¡Bravo!
ResponderEliminarGracias Hans, gracias Livia y bienvenida a este rincon que sirve de desagüe a mis majaderías.
ResponderEliminarNoE ya lo sabía que eras tú...tendré que hablar con tu jefe para que te deje veinte minutos de desahogo laboral para que puedas meterte en los post y sobre todo !!!que escribas!!!!!!
Me voy a preparar un Gin Tonic, que no me atrevo a leer su post "en frío".
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