jueves, 13 de julio de 2023

Un poco de fiebre

Se agacho a coger su ojo, luego su oreja y finalmente un trozo de pasado con pinta de poema; se tocó el pelo y se llegó hasta los sesos que estaban llenos de cenizas y palabras; se acordó de los cuerpos secados en la azotea en la novela Datrebil de Pedro Andreu cuando las moscas acudían a sus vísceras llenas de letras  putrefactas.

Se tocó la cara ardiendo, acomodó su ojo en la cuenca hasta entonces vacía y empezó a ver las cosas teñidas de gris como en la horrorosa distopía La carretera de Cormac McCarthy y que tan poco le gustó.Se pensó roto y montado al azar por un Gepeto borracho que a falta de serrín le había llenado la cabeza de esquirlas de aluminio que se rozaban entre sí produciendo ruidos que daban dentera de solo pensarlo.

Intentaba difuminar los pensamientos para que no le mordieran y solo se recreaba imaginando de manera lúbrica a alguna mujer desnuda de más de cuarenta con la que se cruzaba de mañana. Esa mezcla de pecado, placer y culpa le desviaba de monstruos con piel de melocotón. Oía voces chirriantes como las del clarión rayando la pizarra. No penséis en representaciones pornográficas de polvos imposibles, sino solo la desnudez, una desnudez adulta, realista, vivida que nada tenía que envidiar a las modelos jóvenes y ficticias de instagram.

Se reajustó la mano izquierda que había quedado tirada sobre la mesa para poder escribir en el teclado sin letra x, sí, la letra x se había soltado un verano en un viaje a la playa y ningún técnico había sido capaz de recolocarla. No le importaba por no poder escribir sexo, sin embargo no soportada la idea de no escribir xilofón o expareja.

Su mujer y sus hijos se lo iban a encontrar distinto, deconstruido, reconstruido y con grietas rellenadas de chicle viejo de fresa ácida masticada. Cómo reinventarse con esa guisa de puzle mal montado, como sería la vida a partir de ahora. Y se agarró la cabeza pidiéndole clemencia a gritos a un dios imposible al que solo acudía de manera egoísta en tiempos de hojarasca. 

Se escuchó rechinar los dientes, lo que solo sucedía en los duermevelas que hacían de puente entre pesadillas; sintió que una voz conocida le decía cosas tiernas, la escuchó mejor "vaya nochecica que me estás dando, anda tomate un frenadol a ver si te entra el sueño y se te pasa la fiebre que mañana tengo que currar". Me levanté perplejo, toqué mis partes recompuestas y no sé porqué me puse una canción de Yoly Saa tumbado en el sofá del salón.





domingo, 2 de julio de 2023

El viaje del anarquista. Elifio Feliz de vargas Opinión y crítica

Me da pena que se me vaya diluyendo El viaje del anarquista de Elifio Feliz de Vargas antes de escribir un post con aclamaciones. Rasmia es una editorial en la que de habitual me paro en las ferias del libro; casi siempre compro algo y casi siempre echo la charradeta con los editores de la caseta que mal que bien me asesoran, sabiendo obviamente que es una asesoría interesada y complaciente, pero de la que me he llevado a casa verdaderas joyas. También este año. “Llévate este libro que seguro que no te arrepentirás”. No me he arrepentido.

El viaje del anarquista está a medio camino entre la insularidad rural y la abierta Barcelona revolucionaria industrial de principios de siglo, la ciudad de los prodigios de Mendoza y As bestas en un microcosmos cerrado; a medio camino entre el realismo mágico y el costumbrismo.

Cómo explicar lo que supone el anarquismo incipiente en esa lucha entre lo intelectual, lo delictivo, lo sindical; la hoz y la pólvora. El pueblo excluido frente al estado liberal falsario; el idealismo, la imposibilidad de jugar a demócrata en una partida con las cartas marcadas. Cómo explicar la infancia naciente de una ideología que luego se convertirá en depravación, gansterismo colaboracionismo y vergüenza en esa Cataluña en el centro de España. Qué respeto a los viejos anarquistas como Pestaña.

Y al mismo tiempo la vida rural de interior, la mujer rural y el deseo que revienta las puertas cerradas con siete llaves y aldaba. Ese otro mundo que contaban Simón en Alcarrás o Sorogoyen en sus bestas. Esa mujer rural que reivindica aire e identidad. La hija del italiano de Elena Laseca. Camino de sirga de Moncada. Y por supuesto y siempre Pólvora negra del maestro Montero Glez como retrato de ese anarquismo idealista de casa bien de Morral y Ferrer. La bomba orsini como herramienta filosófica de reivindicación intelectual.

El viaje del anarquista es una novela corta, intensa, histórica (de cuando la semana trágica de Barcelona en 1909), es una novela negra (con malos muy malos que tienen algo de bueno como el Mendez de Gonzalez Ledesma en el barrio gótico) es una novela costumbrista como Luz de Domingo de Jose Luis Garci (ved esta peli y no hagáis caso a los idiotas etiquetadores) y es una preciosa novela de amor.

Un pueblo perdido de Teruel en 1900 del que se escapa la gente para ir a la Barcelona, de pícaros y lazarillos; de boticarios y casas de lenocinio. La Barcelona pija y derechona de casa bien, la burguesía catalana a resguardo y el niño que nos sale político y además rojo, como entonces, como ahora, como siempre. Me he imaginado a mi abuelo,  turolense de cuencas mineras, con trece años saliendo del metro de Barcelona sin saber leer ni sumar. Amasando pan a las cuatro de la mañana en la pastelería de un tio suyo que lo rescata . La vida por delante, las desilusiones por construir. Y al mismo tiempo el sobrinico libertario del boticario que cae en un pueblo de Teruel de apenas 200 habitantes. En contrapunto, a la inversa, o quizá no tanto.

Y construir la trama y usar un lenguaje perfecto pulido abarrocado al estilo de Marquez en Macondo (no tanto, claro, pero en esa línea) y las piezas que encajan y lo real que engarza sin estridencias con lo mágico, como que así tuviera que ser y la polifonía de voces, de espacios, de líneas narrativas. Una maravilla. Leedla tan solo por el gusto de leer. Tan corta, tan intensa.

Ni que decir tiene, que no tenía ni idea del escritor: Elifio Feliz de Vargas, buscaré más de él. Leedlo, hacedme caso. Le he puesto un 5 en mi lista de 2023, no digo más.