Sostiene Viveiro Ruiz dentro de
su nueva dedicación como trol en grupos conservadores de guasap que estamos
atrapados por una lacra social que es el Hechicerismo. Esto es, que determinadas
profesiones se han arrogado un halo de misticismo, exigiendo a los demás
pleitesía y obediencia en cualquier tema del que hablen, deslegitimando al
resto de profesiones para poderles siquiera contradecir.
Estos iluminados, como los hechiceros
de las tribus antiguas, han logrado ubicarse al lado de los jefes como sus asesores áulicos investidos de poderes y privilegios
especiales dado su carácter de gurú de confianza de la autoridad. Por otra parte, el jefe de la
tribu encuentra en ellos la excusa perfecta para exonerarse de toda responsabilidad
política achacando la decisión a la sabiduría incontrovertible de un grupo de
expertos seleccionados, perdón del grupo de hechiceros.
Si bien su diagnóstico (el de Viveiro) afecta a
varias profesiones, diremos que la diana de sus dardos está mayoritariamente dirigida
a los hechiceros del colectivo médico (Que
los excelentes galenos de este blog me y le perdonen). Y sobre todo referidas a
afirmaciones en temas de los que, sostiene el de los viernes, no tienen ni
puñetera idea por estar fuera de su ámbito de estudio.
Es cierto que mi amigo Viveiro, en defensa de su curriculum,
parte de una posición veterinarista de la vida y la salud que se resume en que no
existe problema que no pueda solucionarse con el sacrificio del animal. Y que la
visión del éxito de una actuación se mide en la unidad de medida granja y nunca
en la unidad de medida individuo. O sea que si para salvar la comunidad de
vecinos hay que sacrificar a la vecina del tercero C se tiene que hacer. Teoría
radical pero que en lo que refiere a las comunidades de propietarios
encontraría más de un defensor.
Viveiro, lo ha enfocado, no sé si con razón o no, contra el podólogo que como médico que es , se pone a opinar de epidemiología general “tras su bata blanca de hechicero”. Y que no admite la opinión de los expertos veterinarios que llevan lidiando con epidemias, pandemias y similares toda su vida y a los que ahora los hechiceros no dejan ni hablar, cuando podrían decir muchas cosas.
Y mirad, un servidor como pensador
de todo y experto en nada que soy, me he puesto a darle un par de vueltas sobre el hechicerismo y los
Hechiceros que te puedes encontrar en las empresas. Veo a determinados informáticos,
algunos de prevención, y técnicos de calidad variados… que no es que sean expertos en algo, sino que son "los expertos" en general: igual son eruditos
sobre la extrusión del polietileno en granza que sobre la
parcelación agraria en la segunda república porque de todo saben y todo está
bajo su ámbito de conocimiento.
Ellos nunca están en un rango de
jerarquía sino que están de colaterales de la gran jefatura a la que asesoran “desde lo
técnico” por supuesto. Luego se cobijan en la ley (como los hechiceros lo hacían
en pócimas o alquimias). Tal cosa no sé puede hacer porque lo dice la ley de
prevención, tal cosa no se puede hacer porque lo dice la ley de protección de datos...
bueno, vale pues si lo dice la ley algo tendremos que decir los los juristas y si es sobre los
procedimientos lo harán los ingenieros ¿no? Pues no.
- “Oye que yo soy un experto
sobre eso" (y sobre todo) y además tengo el informe de una consultoría externa”
- Yyyy bien? Puede que tengan y tengas razón, pero ¿podré ponerlo en cuestión no?
- Eso díselo al
jefe, dile que sus consultores externos
son una mierda. Eso guapo lo has dicho tú, lo que yo digo es precisamente que
ya que me están cobrando y son muy buenos me tendrán (me tendreis) que dar argumentos. (Los consultores llaman los viernes).
En el grupo de amigos, lo somos
desde los siete años o antes, ya nos conocemos tirando a mucho y de normal las teorías de Viveiro
y las de los demás la verdad les hacemos un caso… vamos a decir que relativo y ponderado. Lo que no impide
que en ocasiones (y a escondidas) reconozcamos que algo de razón puede tener
como en este caso el albéitar de los viernes.
PD-. Ruego disculpas a todas las profesiones aludidas incluso a los informáticos que me permiten teletrabajar.