Es una mentira eso de que hay tiempo para todo, en este año tercero de pandemia el tiempo se me ha comprimido, como el aire en el metro en hora punta, hasta casi dejarme sin respirar. Estudiar con la obligación del examen, trabajar con la obligación del sueldo y del deber autoimpuesto; ser padre con la obligación de enseñar libertad que es la asignatura optativa frente al mandato. Y dejar un poco de tiempo para la privacidad compartida, el amor en la edad madura y el pensamiento escrito. Una sensación extraña de tener que estar en otro sitio mientras estas haciendo lo que deseas. El metapensamiento que yere. Una ansia absurda de transcendencia que te priva de disfrutar de lo cotidiano. El trabajo como un charco de brea que mancha todo de intrascendencia retribuida. La sensacion permanente de premura y de andar huyendo. Y aun así, y aun con todo, la extraña satisfacción de ir saliendo, de cubrir etapas, de ganarle la partida a la desidia.
Estos años tienen la curiosa caracteristica de mezclarse unos con otros en el recuerdo. Este ha sido el año del master, todavía pendiente del descabello tras varios bajonazos finales. Y es que la humildad es siempre mejor receta que el triunfalismo. Decía que se me mezclan en la cabeza libros y series; peliculas y teatros de un año con otro. Imposible no recordar a Juan Diego Botto en Una noche sin luna sin que se mezcle en el recuerdo con El Brujo. Imposible no recordar Antidisturbios de Sorogoyen que se mezcla con Mare of Easttown; a los Pearson bebidos a trago, sentidos a raudales en su cotidiana convivencia, mezclados con la juventud en el limite psicotrópico de Euphoria.
En lo musical descubrí Guerrera de Valeria Castro una mañana fria de Febrero todavía en mi coche que tras veintidos años a mi lado decidió una tarde de mayo largarse para siempre al cielo de los coches. Guerrera es una canción triste de homenaje, una canción casi a capela, que ensalza a las madres luchadoras como la mia, que da título a este blog y que cada día se nos hace más moza y más cansada. Y se mezcla la canción favorita de este año con las del año pasado Al norte de Silvana, Rayito de Borneo o Landslide en la voz de Stacey Kent.
Y es que se me va quedando cara de abuelito cebolleta cuando descubro que mi hijo mayor, del mismo que hace cuatro dias ponía fotos en el zoo, acaba de empezar la universidad y te saca un palmo por arriba. Se murió Milanes y su Yolanda; Ratizinger que tanto me hizo repensar la teología de la liberación demostrando ser sin duda el más inteligente y profundo pontifice ante la superficilidad woytiliana y franciscana.
Poesía, mucha poesía: la de Garcia Montero tan triste sin Almudena, la de Pedro Andreu pidiendo a gritos la voz que la enfermedad le ha robado (Pedro, soy de los privilegiados que he conseguido tu magnifico Cherokee tras tres meses de lucha por parte de mi hermana que casi es tan tozuda como yo) y que me hizo pintar el posts que más me gusta de este año (poema country para una noche de otoño). Y poesía de los visceralistas a los que en este año 22 dediqué mi verano en esa relación de amor odio que me une con Bolaño.He visto en directo otra vez a Toquinho, he escuchado por primera vez a Travis Birds y a Liuba maria hevia (sensacionales) y he visto irse a Ixo Rai que tantos conciertos a saltos me ha regalado a lo largo de mi vida.
Este 2022 por fin un viaje de novios otra vez, aunque sea a Madrid, hoy que se cumplen veinte años de nuestro viaje con los canguros y a la polinesia y diecisiete de haber compartido en Agra el año nuevo con Vicente Ferrer. Viajar es la mejor manera de estar juntos y acercarse. No dejo de dar gracias por la suerte que he tenido en mi vida viendo y disfrutando de paises lejanos.
¿Y el blog? lánguido, a estirones, cansado, pero por fin y con este post, llegando aunque parezca increible al post 30 que me había propuesto, post al que llego in extremis tres minutos antes de ir a poner la mesa de nochevieja con la familia que sigue siendo lo que me construye y me sostiene.
Colgado queda, objetivo cumplido, mañana como a todo le daremos un repaso.
Feliz 2023 a todos.