Hace mucho tiempo, en los entreactos culturetas de aquel viaje a la India en el que algunos occidentales levitaban por Benarés y otros caían en el pozo profundo de la intensidad mística, una amable señora catalana me recomendó leer a Joseph Campbell : todos los dioses, me dijo, son el mismo dios, todos pensamos con los mismos símbolos que definen lo humano; como define lo humano tener dos piernas, dos brazos y una cabeza sobre los hombros. Recuerda, todos utilizamos los mismos símbolos para soñar.
Después de semejante alharaca,me compre no sin esfuerzo de búsqueda (era la época pre iberlibro) el Héroe de las mil caras. Y aunque nunca he conseguido leerlo del todo, sentí una cierta inclinación por conocer a Jung, los arquetipos y el camino del héroe… cuestión esta, que como casi todas las neoreligiones laicas se me pasó enseguida.
De todo esto me acordaba en mi aleatoria unión neuronal, al ver la película “Hugo” de Martín Scorsese. Y me acordaba porque para mi la peli es un decorado de estética pulcrísima y apabullante, cuyo contenido no es otro que una colección de aquellos arquetipos que todos hemos imaginado alguna vez. Un cuento lleno de lugares comunes a nuestros sueños, pero también a nuestros miedos…¿de qué otra forma se rellenan nuestras ilusiones y nuestras pesadillas?
Los trenes, el engranaje, la vida y los relojes,el subsuelo, el fuego, el cine, el paso del tiempo... la peli es una preciosidad formal, yo la vi en 3D, que no es exactamente cine pero se le parece bastante. Y los diez primeros minutos te arroja dentro sin apenas haber dado tiempo de engullir el primer puñado de palomitas. No es una obra maestra, no lo es en el contenido pero la forma es de una genialidad cuidada al milímetro.
Luego, Scorsese se permite ya, jugar con nuestro subconsciente, divertirse con esos símbolos y lugares comunes de nuestra imaginación y que yo ahora ordeno en diez puntos como divertimento bloguero:.
1-.Dickens siempre presente y el común del pobre guerfanito.
2-.El engranaje que hace girar el mundo y se encuentra escondido en el subsuelo, en la pared de atrás. A la que solo se tiene acceso a través del espejo.
3-.La vida en el tren. El tren como fuente de símbolos, la vida, el descarrilamiento, morir en las vías. la vida que pasa, la vida que se espera en la estación.
4-.El doberman y el poder contra el amor y la flor.
5-.Toda la vida es cine. Todos los recuerdos son películas. Las clásicas escenas de las viejas películas que hacen encaje de bolillos en el mundillo de nuestro soñar.
6-.El fuego que todo lo quema, hasta los recuerdos, hasta los padres.
7-.La vida como un engranaje, la vida que se para, la búsqueda de la vieja pieza necesaria para que vuelva a andar.
8-.La vieja biblioteca, el cementerio de los libros, el libro añoso que los duendecillos de las bibliotecas ponen sobre tus manos como una revelación sin saber porqué. Abrir el armario cerrado en el viejo desván.
9-.El reloj que marca el transcurrir del tiempo, la niñez, la senectud, la vida que ya no vuelve, las saetas que se descuelgan.
10-.El símbolo del juguete roto, el éxito perdido.
La película es bonita, muy bonita, pero al final te queda esa sensación de que ya la habías visto… quizá, porque como me decía la señora catalana de la india, solo exista una película,un cuento, con mil caras, con mil argumentos, un mismo mito con mil nombres de dios. Lo de siempre, repetido de una forma nueva.