viernes, 31 de diciembre de 2021

El último post del año 2021 a capela.

Hasta ahí podríamos llegar, que el último post del año fuera un escrito enrejado. Vosotros no lo sabeis, y a lo mejor me estoy pasando de lenguaraz, pero los reyes magos me han soplado al oido que este va a ser un año cojonudo para todos, pero que no se lo conteis a nadie porque quieren que sea una sorpresa.

Me han dicho que basta ya de volcanes y de bichitos, de chinos hijos de puta y de sonrisas en apagón; que no os acochineis a los cincuenta (siempre recuerdo una entrevista a la Sartorius, la princesa preterida, que decía que sus mejores polvos se los había echado a sus cincuentena) y si teneis menos no os acochineis que todo es susceptible de empeorar.

Leed mucho, muchísimo, pero solo lo que os sume; no digo que leais cosas buenas, a veces leed malo, también lo malo suma para saber lo que no teneis que volver a leer, pero que nada  os deje indiferentes. La indiferencia es la madre de la desidia y la desidia la madre de la idiotez complaciente.

No penseis que hay una mente maligna y global que todo lo controla para espiaros en vuestra alcoba vuestros pecadillos mañaneros, vuestras cuentas secretas de facebook y vuestras coplillas de marisol del spotify. Más bien existen pequeños idiotas que en su ignorancia, como no quieren demostrar su incompetencia, se dedican a prohibir. No dejeis que os prohiban, que os nieguen el derecho a la discrepancia que aduzcan bienes sociales imaginarios para derogar vuestros derechos individuales. No les deis más importancia, no son grandes cerebros malignos, son pequeños idiotas insignificantes que cuando pillan el altavoz parecen que gritan más alto


 

Sed obedientes, pero no idiotas. No aparqueis en doble fila, salvo para algún polvete en rapidillo con vuestros amantes que os hagan olvidar a vuestros maridos misioneros. Vacunaos, no jodais con friquismos rebeldes. Para que se fastidien todos me machaco los cojones que decía mi difunto abuelo.Si les quereis fastidiar, pillaros una Lugen como la que le dió su padre a Arvin y voladles los sesos tras la misa de 12 o tras la reunión del comité (que para el caso es lo mismo), pero no os pongais vosotros en peligro. 

Joder, que no os he hablado de Arvín. Arvin es el protagonista de El diablo a todas horas un libro sensacional, maligno y pernicioso de Ray Pollock uno más de los cientos de libros que me recomendó mi querido y sabio Sr NaN y que le debía antes de  terminar este año en el que se largó para vigilar mis querencias liberales desde lejos. Las personas que se quedan en el recuerdo y que recomiendan libros sensacionales no mueren nunca. Larga vida amigo, nos debemos un güisqui más por los Malasaña de los cielos que seguro que los hay y en el siguiente viaje a los madriles prometo tomarme un vinito a tu salud por los Tipos infames donde nos conocimos en persona.


El diablo a todas horas ha sido el 40 de los libros de este año. Os dejo el enlace para que los consulteis. Ha sido un año lector sin protuberancias. Como mas destacable El largo adios que me recomendo Carmen por aquellos años en los que los blogs ardian en recomenadciones y lecturas cruzadas. No me gustaría llamarlo año de relleno porque he leido libros muy destacables como La isla de los pelicanos de Galar, Beber de cine de Garci o Ser de lejanias de Umbral, también he terminado libros pendientes como Nueva York de Mendoza o Juan Martinez de Chavez Nogales pero bueno... aun tengo a Paso y su carlota y a Bolaño y sus detectives salvajes esperando en la mesilla para concluir los top de la lista de los mejores del siglo pasado.

Es mentira que los blogs estemos adormecidos, lo que pasa es que nos hemos quedado los mejores y eso a los listillos del pajarico y los posturitas del instagram les jode (sí, tengo cuentas en ambas no faltaría más. Yo siempre critico lo que hago). Hubo un momento en este año que me pasé al ordenadoyescondido incluso al del gafotas, pero siempre regreso a mi casa que es esta del chicodelaconsuelo donde voy descalzo y en calzoncillos sin complejos (disculpen la imagen visual).

Sigo vigilando a la Dtra Di y sus chapas divagantes, a la supertop molinos (ahora ejecutiva mass media), a spidi y sus perplejidades sevillanas y a Laura a la que tengo siempre de poemarío de cabeceera. Todo eso sin olvidar a mi decadente favorito  que me hace comprar en papel todos los libros no vaya a ser que le dé la turuntela y apague el blog como el Monico de Güeska (joder vuelve). Hecho de menos a 112, a NoE (tenemos jarra pendiente por la uni), al Diablo, a Tita y sus recetas, a Saramaga (a todos ellos nunca es tarde para volver); también a Abalorios que se fue por los caminos procelosos del bien común dejandonos un poco huérfanos a sus seguidores que además nos tenemos que esconder cuando le vemos en la vida real. Sin embargo han vuelto históricas como Lili con quien de siempre me he reido mucho.Como seguimiento habitual de este año incluyo a Fran y sus pelis que rara vez he visto y siempre me sirve de recomendación. Y a la Hierbaroja con la que suelo coincidir en criterio lector.

Hago punto y parrafo aparte para AlmaBaires y Pseudo a las que las cosas del ir viviendo les han hecho estos meses mas angostos pero a las que estoy seguro de que este 2022 les traeran buenas noticias. (Ya os he contado lo que me han soplado los reyes de que el 2022 será cojonudo. Y estos tios son colegas, sobre todo Baltasar que me ha enseñado cosas que por recato os debo ocultar; claro que baltasar es baltasar y los demás jugamos con pistolillas).

Mi vida 3D está vagando por una incertidumbre de funambulista pero empiezo a pensar que esa es la manera de vivir de los últimos años, por eso creo que lo mejor es no darse importancia y seguir para adelante. Si uno trabaja en construcción corre el riesgo de caer al vacio, si es minero que se quede sin aire en la mina y en mi caso esta especie de convivencia con la inutilidad fatua y pomposa de gente que quiere ser sin ser. Menos mal que me quedan mis usuarios que dan sentido a lo que hago. Os dejo un poema que le regalé a un negocio que se ha llevado la hojarasca por delante.

Precisamente por eso, por dar sentido a lo que hago, he querido pasar de la autoreflexion crítica y protestona a la acción investigadora de dar un sentido a mi actividad (que mandan güebos a mi edad). Mitad presunción pensando que tenía algún interés mi trabajo, mitad humildad de saber que no lo tiene. Mitad negarme a que todo se evapore como lágrimas en la lluvia (que decía el portero de Tannhäuser) mitad para tener excusa para regresar a la universidad que tanto disfruté y de la que nunca debí salir.

Y como decia el abuelo Labordeta, por lo demás siempre lo mismo, con unos años más; más pesimismo. A mi ya me ves de casa a la oficina y luego por las calles a ver como se pierde el tiempo en las esquinas.

Abrazos hermanos, buen año y acordaos de no decaer en el desaliento que si no mi amigo Gaspar, que tiene pinta de borracho del erasmus, os irá a visitar para animaros.


jueves, 23 de diciembre de 2021

Entre rejas

No sé si os pasa también a vosotros pero a mi, estos dos últimos años se me mezclan. Yo que siempre tengo un esquema exacto de las épocas y sus edades, de cada suceso con su tiempo, estos dos últimos años me parecen lo mismo. No es que hayan dejado de pasar cosas, que desde aquella cinco marzada del 20 han pasado muchas, pero es que, como los libros en digital, se pierden portadas y texturas y todos me parecen el mismo.

Tendría que mirar la fecha para ver qué fotos son de cada año, que páginas leidas, que desidias vividas, que angustias lloradas. Desde octubre, al menos, asocio lo que pasa con el master. Pero me temo que en breve también caerá indiferenciado entre páginas y estrecheces laborales.

Escribo en directo, sin borrador, para que no pasen los dias sin publicar y que éste, se convierta en el año que menos post he escrito desde que tengo blog. Cómo dejar ágrafo un año con tantas historias, con tantas imágenes, con tanta primera persona del singular.

Pues nada os dejo un montón de pies, manos y rejas, casi todas desenfocadas como los tiempos que corren.

Si no nos vemos antes, feliz dia de navidad. Celebremos al dios que renace humano.








domingo, 12 de diciembre de 2021

Extrañeza, complejidad y perplejidad


¿Qué sucede puertas adentro en esa privacidad solo a veces compartida de nuestro cuarto oscuro? ¿Qué sucede en nuestra intimidad, cabeza adentro, de los diálogos con nuestro ángel de la guarda que nos dicta la interpretación de lo que nos pasa ¿Qué metapensamiento, para pensar sobre cómo pensamos, nos sirve de manual de uso para nuestras elucubraciones?

¿Qué narración de nuestra vida somos capaces de inventarnos para dar coherencia a los puntos deshilvanados (a veces avergonzados) de nuestro pasado de manera que hagan creíble nuestro presente? ¿Qué expectativas soportan todavía nuestros sueños y escriben el guion tirano de lo que nos gustaría ser?

Vivimos tres realidades irreales: Nuestra escasa vida personal encerrada en nuestras vivencias particulares: “la mejor tortilla de España la hacen debajo de mi casa” dice el que no conoce más allá de la calle donde vive. La televisión de la realidad vivida como si fuera la realidad misma y no me refiero a los debates ficticios de Telecinco que la mayoría de los televidentes vivimos como si fueran reales y no una mera teatralización para el espectáculo, sino que me refiero también a los telediarios “el diario no hablaba de ti ni de mi” cantaba Sabina y en tercer lugar la realidad virtual de la autoconfirmación donde los algoritmos nos regalan justamente lo que queremos leer, nos proponen de amigos a los que piensan como nosotros para que nos llenen de likes y sobre todo nos envían propuestas comerciales navideñas (jejeje que buenos somos con los eufemismos) que no nos contradigan y se adecuen a nuestro perfil.

Si a esto añadimos que pudiendo descargarnos todo leemos tirando a poco, que nos han quitado el pasaporte para viajar y la puerta de los bares para conversar nos da la imagen de aislamiento personal que nos está conduciendo a la radicalidad porque no hay nada más radical que escucharse todo el rato a uno mismo. La radicalidad que nos va a llevar a inmolarnos como sociedad pensante dando protagonismo a tanto idiota con bandera sea de yugos o de hoces que solo desea robarnos nuestra vida normal, cotidiana y discrepante.

 


No sé investigar, solo sé contar tecleando lo que bulle y se me escapa, meter la cámara silenciosa en mi vida que se derrama a veces en la de los demás. Leo un libro de etnografía de Fernando Sabirón que da método para investigar lo fluido y lo complejo de la vida; me gusta como escribe además de lo que escribe, investigación participante en esa lucha contradictoria de investigar sin distorsionar, método y etnografía en una relación permanente de amor-odio.

Veo en youtube un reportaje de Lapassade que dice provocar la lucha y la crisis para luego analizarla en aquellos años setenteros y ochenteros en la que ya muchos habían descubierto que bajo la arena de playa volvía a haber suelo asfaltado. Lapassade que deconstruye para luego querer reconstruir en su afán de destripar las instituciones e investigar las vísceras de esta sociedad descarnada. Lucha creadora, inestabilidad, crisis, incertidumbre, discrepantes, disconformes, desviados, marginalidad, a fin de cuentas, cuando marginalidad significa vivir en los márgenes y no en el centro de la hoja pautada.

Todavía alguien nos tiene que contar que la vida en equilibro es una farsa, una utopía bonita e irreal como el desarrollo, el amor mundial y la salvación eterna; algo nos tenía que pasar para quemar en la apacible chimenea hibernal todas las normas ISO que como catecismos modernos nos han estructurado la vida en procesos auditables, disconformidades y pecados desde hace ya varios años.

Limpio de hollín mi francés gastado para entender el reportaje, más que para traducirlo; escucho y descubro con satisfacción que he entendido todo sin necesidad de traducir lo concreto de cada frase y quizás es eso precisamente a lo que este modo de ciencia aspira: a entender la vida (las vidas) sin verse obligada a analizar cada parte. Ya que estamos con Sabirón tengo subrayada su frase en clase que hace, en mi opinión, de clave de arco “No puedo romper el fenómeno aislando las variables” para explicar la complejidad que precisamente hace homofonía con perplejidad. Qué raro me parece todo lo que vivo, todo lo que estamos viviendo.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Arpegios, lagrimas, algoritmos y silencios.

 

Solo tengo un poco de idea de las cosas que me retan

no puedo hablar de universos, ni de lo que las cosas son en general

sino solo de mi pequeño mundo que me rodea y me perpleja

me asombra cada mañana cuando paso por encima del Ebro 

porque un señor aprendió a construir puentes sin que se caigan.

 

Que deliciosa ingeniería que me deja ver el templo tras la bruma

la religión sedante en sus distintos colores de cielo

cuando la tarde otoña para hibernar hasta mañana.

Que dulce autoengaño

que me permite rezar un padrenuestro en sus diez frases

que me serenan cuando la incertidumbre me zozobra

como si existiera dios. 


Y de repente una canción que paraliza el tiempo

qué ingeniero puede deconstruir la canción

qué sicologo puede unir la emocion 

de un arpegio simple de tres cuerdas y bajo

para que me salten las lágrimas

como a un niño cuando lo escucho.


Qué estupidez embriaga a un adulto

llorando solo en un coche cuando escucha esta canción,

qué algoritmo une los acordes con los recuerdos

la voz intima de Valeria Castro,

que de nada conocía,

con el sentimiento profundo de mi intimidad

incomunicable.


Madres, abuelas guerreras en un feminismo de intimidad

sin conceptos. Amor e invierno

cuantos misterios inexplicables se esconden tras las sumas y los versos

que álgebra por descubrir explicará mis lágrimas

de un jueves cualquiera yendo a currar.

 

Qué preciosidad de canción. Me la ha invitado espotifai a las ocho de la mañana

y ya la he escuchado no menos de veinte veces.