Un cuento de malos en 1000 caracteres: El del traje a rayas.

14.50. Bajó del tren. Miró por última vez a la mujer de las piernas largas del asiento de delante. Indiscretamente evaluó su culo. De la primera llamada se quedó con una frase “Nosotros a lo nuestro, que hasta las 5 no llega mi marido”. Cuando sonó la segunda llamada, bajó la música del ipod para escucharla decir en un susurro “¿El rumano es de confianza verdad, no cantará al primer apretón de clavijas? En la tercera supo que hablaba con alguien extranjero, por esa manía de levantar la voz al hablar. Dio una dirección y le dijo “Tu objetivo irá de traje azul con rayas, tienes que ser rápido, la foto ya la tienes.” La miró sin ser visto.Se fijó en su cara fría, en sus ojos azules de hielo y en el  lunar sobre la boca. Era guapa.

El buscó la estación de metro. Ella buscó un taxi. Había quedado a comer en Madrid con una pareja desconocida por un negocio y le habían comentado que se incorporaría un tercer socio a lo largo de la tarde. Llegó al restaurante, ¿Sr Sánchez? Le espera esa pareja

En las presentaciones quedó petrificado mirando el lunar de ella y sus ojos trasparentes.!Joder, era la del tren! Durante la comida pensó en el rumano, en el pobre marido, y lo vio desangrándose en medio de la calle, mientras la mujer y su amante planificaban su vida futura juntos. Quizá hubiera sido mejor, que se hubiera dado cuenta de su propio traje azul a rayas y que la calle que había escuchado en el tren, coincidía con la del café donde le llevaron después de comer. Al rumano no llegó a verlo.