Algunas noches, las sombras venden al menudeo novelas de polis sin culpable. Son esas noches en las que los hombres con gabán y sombrero decaído dejan escuchar sus tacones sobre los adoquines mojados. Siempre llueve en las noches negras o para decirlo mejor, siempre ha llovido, y siempre hay un inspector Cifuentes que apura su guisqui en vaso de chupito corto y sin hielo en el último bar abierto. Las camareras tienen cincuenta y tantos y las suficientes historias vividas como para saber que Cifuentes va a acabar mal la novela de la que aun no sabe que será protagonista.
-Daría la vida entera porque me dejaras dormir esta noche entre tus pechos, chiquilla.
-No me jodas Joaquín, bébete eso rápido y no me toques los guebos.
Salió a la calle y se imaginó cuántas parejas estarían follando en aquel momento, vio las luces entre los visillos de las casas y dibujó con pinturas de cera esbozos de sus vidas cotidianas: sus cenas contándose trivialidades del día, los niños recién acostados, ella en pijama cómodo y él casi dormido en el sofá viendo la última serie de moda.
A Joaquín como a los policías veteranos ya le pesaba la pistola en la chaqueta. Porque hay noches, no sé si os lo he dicho, en las que la muerte sale al encuentro como los fantasmas viejos y los recuerdos. Sale al encuentro sin llamarla, sin más animo que molestar, sin pretensiones y en esas noches hay que tener cuidado si vas armado.
Aquel idiota no lo sabia, cuando abofeteo a la morenita a la salida del club. No sabía que a Joaquín le dolía la soledad como una operación a vida o muerte, no sabía que hay noches en las que se acumulan las madrugadas y se aletargan las tristezas. Escuchó la segunda bofetada y ni siquiera miró. Joaquín se metió la mano bajo el abrigo y tocó su reglamentaria y un trozo de su corazón. Se la llevó de los pelos arrastrándola por la calle y al pasar a su lado le espetó ¿Tu que miras gilipollas?
Miró su cara, la de ella, apostó a que cobraba no más de cuarenta por una felación y setenta por un completo y quizá que como él, también daría su vida por ser la mujer que en pijama cómodo veía el último capítulo de farmacia de guardia. Fue un segundo, instintivo, le puso la pipa en la oreja y el índice en el gatillo. No me gustan las noches lluviosas ni los pavos con ricitos en la nuca que pegan a las mujeres a las que pagan, le dijo con el resuello de una frase redonda. No lo vio llegar a su espalda. Entre sombras apareció el hombre con gabán y sombrero decaído, típico de estas historias y del que os hablé al principio.
Amigo, no lo haga, no llene de sangre este cuento que le está quedando bastante bien así.
Joaquín levantó la pistola con la mirada vidriosa que deja la ira contra el mundo y la resaca de vidas gastadas. El pavo aprovechó y salió corriendo, aun le dio tiempo para girarse y llamarle gilipollas a lo lejos El hombre del gabán siguió andando como si la noche no fuera con él y no supiera por descontado que su foto sería portada de esta historia.
Chiquilla, ¿a ti te gustaría ver conmigo el último capitulo de farmacia de guardia?
Vale, ya he leído la primera entrega. Para cuando la segunda, tercera y sucesivas... ?
ResponderEliminarEl personaje de la mujer del bar está tan lograda con solo esas frases, que he sido capaz de imaginármela con lujo de detalles.
Plas, plas, plas, plas y plas
ResponderEliminar¡Muy bien!
ResponderEliminarMMNN gracias mil... bueno si te gusta el personaje de la señora del bar le damos vida en el proximo arrebato cuentista. aqui a mandar!!
ResponderEliminarGracias anijol... que poco frecuentas ya estos lares snifff snifff
Anonimo: si eres un anonimo conocido manifiéstate, si eres un anonimo desconocido bienvenido y en cualquier caso muuuuuuuchas gracias!!!!!
Al principio me ha costado entrar, pero la verdad es que me ha gustado un montón, y está muy bien escrito.
ResponderEliminarQué cruel la primera chiquilla ¿verdad? casi tanto como mi Katerina!!
Espero que la morenita se vaya con él a ver Farmacia de Guardia...
mmmmmm un aire Carvalho... nos ha gustado... ainsssss quiero decir: me ha gustado, coño! es que con tu manía de hacernos una ya tengo un lío cerebral increíble.
ResponderEliminarPrimero bienvenidos a los de Teruel como seguidores. Mis cuatro yayos,mi padre y mi suegro son turolenses... algo se me pegará!!
ResponderEliminarTita ya veo que habrá que hacer un spin off con la camarera.
Solo me he leido uno de carvalho...el de los mares del sur querida sinco...uy no perdona salamandra!!
well done.
ResponderEliminarBravo. Últimamente estoy tan agobiado que se me había olvidado pasar por aquí, y casi me lo pierdo.
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ResponderEliminares muy negro oscuro, pero me gusta te añadire a favoritos
Gracias Pseudo, hermanoE no preocuparse vivimos atraopados en las prisas!!!
ResponderEliminarAnonimo bienvenido, espero verte mas por aqui. Cuentos solo escribo de vez en cuando, pero tienes un post resumen con enlaces a todos (los que huelen a muerto son más oscurillos que veo que te gustan).
http://elchicodelaconsuelo.blogspot.com.es/2013/07/que-cuento-tienes-38-cuentos-poco.html