miércoles, 25 de junio de 2025

Aliteración

Me doy cuenta

de que esta maquina de pensar

no es eterna sino fragil

muy fragil

y de repente se gripa

por sobrecalentamiento

o senectud

y no es que explote

y te lleve a lo oscuro

sino que colapsa en gris y en silencio.

Adios color

adios matiz

adios diferencia

y se difumina en borrón

como en los dias iguales que contaba Molinos

en su libro amarillo. 

Y buscas en la mochila pistolas

para matar fantasmas sin cadenas

y solo encuentras

un bocata de choped

y un lapiz sin afilar.

Escribes sin rima ripios en asonante

y comes sin hambre los restos de ayer.

Dormir, solo dormir.

Apagarse en forma de niebla

Llorar sin lágrimas

Dormir, solo dormir.

y debajo de la cama,

te das cuenta de que el vertigo

no es sino perspectiva

y que el miedo tiene cara de ignorancia.

Y te cantas una canción de cuna 

para no sentir, para no morir.

Y como siempre, llamo

a ese angel de la guarda

que me asiste en las vaguadas y las sombras

ese angel que mira recto

y tiene curvas de instagram.

Y cuando camino por el desasosiego

cual borracho en la deshora

me da su mano para volver al hogar.

"Va, venga, ya pasó

fue un momentito solo de bajada

que no pasa nada".



viernes, 23 de mayo de 2025

Penélope

Te espero,

como esperan los amarillos al otoño

los soles a los veranos 

mi desamor a tu ausencia.

 

Te espero

junto a la lumbre tediosa de los días

con el libro abierto

siempre en la página de tus recuerdos.

 

Te espero

en el anden oscuro de la estación del tiempo

donde ya no llegan trenes

solo tu silencio.




sábado, 29 de marzo de 2025

Adolescence Tenemos que hablar de Jamie

 

Creo que los padres nos damos demasiada importancia en cuanto a nuestra influencia en lo que nuestros hijos son, y quizá alguna importancia tenemos, excepto cuando las cosas nos salen mal y los niños nos salen unos bandarras que entonces, está claro, que la culpa la tiene el sistema y la escuela y sobre todo los malvados maestros que solo piensan en sus reivindicaciones laborales en lugar de desarrollar una educación en valores con nuestros polluelos (modo irónico off).

Y todo esto viene a cuento de la serie “que nadie puede dejar de ver” Adolescencia en el Netflix y que a mi me ha gustado tirando a poco. En estas cosas Kevin siempre está en nuestros recuerdos (Tenemos que hablar de Kevin Shriver, 2009 y la peli del 2011) y ese empeño en la narración materna que se hace allí para culpar (azotar) al padre en el descarrilamiento del churumbel.

Y como decía Serrat en la coplilla de niño deja ya de joder con la pelota, a menudo nuestros hijos se nos parecen (Serrat, 1984)… pero no siempre. Y quienes tenemos dos hijos que entre si se parecen como un güebo a una castaña nos hacemos la pregunta de qué he hecho con el uno que no haya hecho con el otro. Y es que nuestros locos bajitos tienen que cargar con nuestros dioses y nuestro idioma nuestros rencores y nuestro porvenir, les trasmitimos nuestras frustraciones y sobre todo nos empeñamos en dirigir sus vidas sin darnos cuenta de que con ello estamos limitando el desarrollo de su responsabilidad.

Y como en el nuevo credo social nadie es responsable de nada sino solo la sociedad que nos dirige y el papa estado que nos mima pues nuestros niños, que se aprenden la lección, se hacen especialistas en coleccionar excusas lejos de asumir alguna autoría sobre sus hechos y omisiones.

No seré yo quien diga que nada he tenido que ver, además de mi presunta aportación seminal, a la personalidad de mis herederos, pero desde luego me parece un poco excesivo el afectado interrogatorio de la psicóloga remontándose a la cuarta generación para buscar la causa de las cosas. ¿Tu sabes lo que es la muerte? Ahí si que da en la diana, ¿sabes las consecuencias que esto tiene para ti y tu familia y sobre todo para la niña fiambre tocapelotas que ya no tendrá la oportunidad de convertir su hijoputez en prometedora carrera política (si es que fuera preciso renunciar a lo uno para lo otro)?.

La serie de cuatro capítulos despelleja a profes y padres; despelleja a la poli que no se entera de la misa la media y pasa de puntillas “sobre las (des)ventajas de ser un marginado” (por cierto excelente peli Chbosky, 2012 y libro Lerman, 1999) para centrarse en el drama del zagal y sus papis. Se pasa de puntillas por las “adorables victimas” en las que según la poli pelirroja “nadie repara” y no confundo la explicación con la justificación (excusatio non petita...) pero algo habría que decir de ellas y siguiendo la teoría de la psicóloga de sus familias, digo yo.

Los "sabios del babelia" y las "tertulias del mireusted" están subrayando la genialidad formal de hacer un plano secuencia de cada capítulo. Pero a mi entender de comepipas, esto poco aporta a la narración más que hacerte espóiler porque si ya sabes que va a ser plano secuencia intuyes mucho de lo que puede pasar o al menos mostrarte. Que no digo que no te meta más en las sensaciones eso de verte con la cámara al hombro como los reporteros de tarde en antena3, pero tampoco es para tanto. Por cierto si os gusta lo de las secuencias únicas ved el capitulo de la cena de navidad en familia de “los años nuevos” excelente serie de Sorogoyen.

Es una cosica mia, pero cuando veo estas pelis sociales británicas siempre me viene Ken Loach a la cabeza y su inapelable militancia en imágenes. Al bueno de Loach, ya lo conocemos y sabemos de sus posicionamientos y le queremos (a mi me gusta mucho) en lo que vale, sabemos que ser de barrio es así (San José askatuta), pero tampoco conviene cebarse en la cosa como si esto solo pasara en los coles suburbanos y no pasara en los coles pijipogres de zona residencial.

Desgraciadamente, o inevitablemente, los adolescentes están sin hornear, esto es y será así, va en el concepto, pero a diferencia de nuestra adolescencia ochentera en donde las influencias y relaciones estaban más identificadas (no digo controladas) ahora, creo, que vivimos en una complejidad social inabarcable. Incluso (o más) “en nuestro cuarto propio conectado” del que hablaba Remedios Zafra (2010).

La autoestima tiene que bregar en microbatallas de poder y relación con los demás en lindes difíciles de discernir; grupos (guasaperos y unopuntoceros) en los que participamos y en los que muchas veces jugamos doble rol de agresores y agredidos a un tiempo, micromachistas y ofendiditos según toca, la vida escolar, la vida laboral en sí.

Y es en donde los padres tenemos que luchar para ayudar a que nuestros hijos se vean responsables de sus actos (y omisiones), se construyan su identidad, tomen compromiso con aquello en lo que creen (si es personal y socialmente ético, mucho mejor, claro) y que, como en el boxeo aprendan que saber encajar es muchas veces mejor que el croché a la mandíbula del adversario y la violencia.

No sé qué pensareis, pero ser adolescente hoy día me parece dificilísimo, estoy en contra del “vosotros que lo tenéis todo” y en esta serie, en mi opinión, igual se simplifica demasiado. Pero vedla y opináis.

PD-. El doblaje y la traducción terroríficos de malos, hasta intenté verla en original pero se me antojo imposible. No entendía un pijo.

martes, 4 de febrero de 2025

Así pasan los dias esperando marzo. Libros y pelis de hibernación.

 

Todavía tenemos el frio guardado en los bolsillos para unas cuantas semanas y eso es cosa importante en esta tierra en la que nos escondemos entre las bufandas la mitad del año para desnudarnos en pelota viva la otra media. Son tiempos, los de febrero, de poco paseo y viento gélido del noroeste; tiempos en los que se aprecia más un rincón tibio de carajillo que mil mañanas de escarcha.

Leer, como vicio particular para procastinar suspensos y ausencias. Libros que van hilvanando las tardes de siesta de un viernes con los insomnios de sábado. Empecé casi sin querer Panza de burro que recomendó pseudo en su blog enjuto y hambriento de letras. Es un libro especial, casi desde antes de empezar, cuando la editora regala el making of tan bonito como el propio libro. Raro, muy raro, escrito en una voz personal, sin pulir, no sé si de manera consciente o inconsciente, insular, poligonera, rural, hablando de esa edad iniciática que los british llaman teens y aquí de manera más bonita llamamos adolescencia de tanto como duele.

Leyendo reseñas dicen que Panza de burro de Andrea Abreu es un libro impostado, mal escrito pero a mi me ha encantado. Te lleva de la mano desde lo doloroso a lo hilarante, desde lo familiar a lo solitario, desde la historia personal al ahora mismo. Cada época tiene su libro adolescente: El Jarama de nuestros padres, Edad prohibida de Torcuato, Los ochenta son nuestros y también aunque menos famoso Agosto, octubre del grandiosamente irregular Andres Barba. Quizá demasiado sórdido o igual es que la vida es así y quienes vivimos a este lado de la frontera no nos damos cuenta. Por cierto, y sobre lo mismo, también he leído Agostino de Moravia, buen libro.

De repente y a sobresalto me vi un Garci You´re the One una película que se cae de lenta, en blanco y negro, con una foto de mujer guapa como solo sabe sacar Garci. (Victoira Vera en asignatura aprobada; Paula Echeverria en Luz de Domingo ; la Pataki de Ninette y por supuesto Faltoyano de asignatura pendiente o Santana en La herida Luminosa) La cámara se encandila con una Lidia Bosh guapísima, pero mejorable en lo artístico (no es una gran actriz) y es que nunca ha estado más guapa ni ha actuado mejor que en Mi hermano del alma. Considerar You are the one como una película solo para adictos.

En el cine me he visto Cónclave (que quiere ser Sorrentino, pero no le llega a la suela del zapato, perdón de la sandalia del pescador) y a Sorrentino en Parthenope que quiere ser él mismo en La gran belleza, pero eso es complicado. Es un poco más el Ripley de la preciosa y gaseosa serie del Netflix que te engatusa en su bonitismo etereo sin nada debajo pero muy agradable de ver.

Y si queréis ver un peliculón. La casa en llamas por supuesto vedla en catalán; no me conozco los actores, pero es imperdonable no ver la actuación de la madre en original. Hasta mi mujer tan reacia a los lenguajes orientales sucumbió a la evidencia de verla con letrericos. Divertida lindando con lo dramático; realista del verbo constumbrista, o sea familiar; estéticamente impecable y perfectamente ordenada en lo argumental. Muy bien.

Y así pasan los días esperando marzo.

PD-. Por cierto la estupenda actriz de casa en llamas es Emma Vilarasau de la que podría mentiros pero no tenía ni idea de su existencia hasta esta peli.