Vuelvo a casa, necesito escribir, volver a escribir a manos
llenas. Necesito rellenar con palabras renglones que tengo desde hace más de un
año sin terminar. Miro las suelas gastadas de mis zapatos estos meses, recuento
el largo camino recorrido y sin embargo veo las hojas de mi dietario lánguidas e
impares, vacías como si nada hubiera pasado. Quiero volver a escribir de nuevo
como sea. Quizá os tenga que vender como versos, ripios recosidos; quizás os
empalague con prosas dengues y retazos de realidades inventadas; otros días me
veréis vestido de surrealismo para no contar en claro pecados veniales
reconocibles por quienes los leen, pero quiero escribir, escribir otra vez sin
pausa, pase lo que pase.
Puede que construya canciones con los mares que llevo dentro, que
amase el aire que no inhalo y que haga crecer nubes de lluvia que embarren el
marjal de desidia y aburrimiento que me atenaza; pero lo que no quiero, bajo
ningún concepto, es volver a esconderme y esconder las palabras y los recuerdos
bajo montones de tierra sucia. Eso no. Plagiaré si es necesario versos
irreverentes de poetas argentinos, subiré si hace falta caminos de sirga río
arriba, copiaré canciones melosas de trovadoras cubanas o tomaré como mías,
diatribas en la orilla de narradores resentidos todavía de cuerpo presente; pero
os prometo desde ya, que no guardaré nunca más en carpetas azules bosquejos
añosos de la realidad que se va.
Tras la hojarasca que se ha llevado todo, necesito volver a
desaguar, escuchar el traqueteo de mi teclado como el tren que llegaba envuelto
en calor y polvo sucio a la estación vacía de los cuentos de Gabo. Yo también
recuerdo todavía como él, los andenes llenos de vida, los señores con copete que
negociaban paños de importación, niños cursis relamidos jugando con
pantaloncitos picajosos de perlé o esposas jóvenes con falda almidonada soñando
con adulterios improbables con guapos comerciantes de paso. Ahora sin embargo,
veo los gallinazos esconderse en la oscuridad, me molesta el ruido de su aleteo
torpe y desganado por los mismos pasillos que antes brillaban luminosos. Veo con
asco a los sicarios antes presuntuosos y ahora sumisos, plegando banderas viejas
empujadas al fondo de las baldas como si fueran harapos que les pudieran
comprometer. Veo de noche a las secretarias hacer fuego a escondidas con los
libros de actas que les recuerden las meretrices de postín que quisieron y que
nunca pudieron ser.
No quiero repintar en rosa la historia del pueblo viejo antes de
que lo inundaran las aguas para siempre. Quiero impedir que nadie idealice la
memoria cuando solo sea el recuerdo de un tiempo amortajado por telarañas de
niebla, quiero impedir que nadie se atreva a reformular con mentiras interesadas
la guerra que perdí y mucho menos las torturas que me infringieron en las
bodegas de sus cuarteles. No quiero una ley del olvido y del punto final, no
quiero.
Cuando crujieron al fin las vigas traveseras, las jácenas se
vinieron abajo y los muros se agrietaron como hojas rasgadas de papel, ya hacía
mucho tiempo que los causantes tenían firmadas sus últimas voluntades y
asegurada su salida. Se habían cuidado muy mucho de no preterir a sus hijos
ilegítimos, de repartir a su antojo legados generosos entre familiares y amigos
y asegurar el futuro de sus queridas de metisaca con pisitos amueblados a la
orilla del mar. Ahora que tengo la absurda encomienda de ser escribano de los
nuevos tiempos, juglar viejo, notario titular, cronista de lo que pasa, la única
dignidad que me queda es que no se olvide ya nada de lo que estoy viviendo, de
lo que vivi.
Y al final cuando también yo deje el pueblo, que será más pronto que tarde, que quede constancia por estas líneas de las hazañas miserables que proferimos y nos castigue con un presente vergonzoso hilvanado de futuros recuerdos.
He tenido una racha de vacas flacas. Me arrimaba a los bolis, a los teclados, y nada. Bajo ningún concepto.
ResponderEliminarEl domingo, en casa ajena, me desperté con tantas ganas de escribir que me tocó usar de urgencia el teléfono y una hoja de documentos de Drive.
Nunca me sentí tan feliz, tan llena, tan viva.
Bienvenido, bienhallado :**
(Adoro el vocabulario que usas en esta entrada, sábelo)
"Quizá os tenga que vender como versos, ripios recosidos; quizás os empalague con prosas dengues y retazos de realidades inventadas; otros días me veréis vestido de surrealismo para no contar en claro pecados veniales"
ResponderEliminar¡Venga con ello!
¿Tú te has leído como escribes? Si es que es para denunciar que no lo hagas...
Debería ser delito que dejaras de escribir! Fantástico, de verdad...
ResponderEliminarRegálame a mi parte de tus ganas, que estoy en plena huída y no encuentro el camino de regreso.
Un beso.
Ratifico todo lo que dicen las personas de arriba. Escribes con una belleza arrolladora, pero no solo, uno sé qué me fascina más si la belleza o la profundidad. No dejes de escribir nunca. Me alegro de haberme apuntado a tu blog.
ResponderEliminarPor cierto, a mi me pasa lo que a ti.
Ojalá publiques libros, si no lo has hecho ya, por ahí hay carroña que ya quisiera tu nivel, y ahí están forrándose algunos.
Un abrazo desde Viena
Pues vas por buen camino!!
ResponderEliminarTe espero, venga. Esas montañas te han sentado bien (¿conoces "Puerca tierra", de Berger?).
ResponderEliminarUn abrazo
Pues wellcome back! A darle a la tecla! ;P
ResponderEliminarHoooooooola compañeros/as feliz regreso del fondo estival de la blogosfera!!!!!!
ResponderEliminarMuuuuuuchas gracias por vuestros arrullos en estos momentos turbios.
Ana maria pues podrías escribir de los cuadros que te gustan a mi me encanta leerte cuando hablas de arte. probablemente porque te dedicas a eso ¿no?
Algunas de las palabras del texto estan repescadas y refritas de libros que me han gustado En la Orilla de Chirves, Camino de Sirga de Moncada y cualquiera de Garcia Marquez, entre otros.
Muchas gracias Tita, no puedo decir más.
Pues si Palabricas ya te echo de menos con lo enganchado que estaba yo a tus historias "afectivas", creo que la mejor manera de volver a escribir es escribiendo, lo que sea, pero escribiendo.
Vielen Dank für Ihre freundlichen Worte. O algo así ¿no? que ya tengo mi aleman del ebro totalmente adormecido desde hace años sin usarlo. Solo escribo mis peliculicas en este blog. DFe nuevo bienvenida.
Que alegria papa cangrejo verte por aqui. A ver si me doy un garbeo por tu blog que hace tiempo que no lo hago.
Puffff Jose Luis llevo una semana de curro y ya casi se me han olvidado. No conozco ese libro bueno o lo que sea voy a mirarlo.
Abrazuchos speedy, ¿qué tal tiempo os ha hecho este verano por sevilla? me dicen que os han cortado el puente sobre el guadalquivir, dos meses y medio es verdad????
Muaksss
Pues juntemos tu necesidad de escribir con la mia de leer y está.
ResponderEliminarPero como tu blog me tiene manía y no me deja comentar desde el tf, pues va a ser complicado escribirte lo que me sugieren tus post en tiempo real, pero sabes que te leo.
Feliz vuelta.
112 que alegria verte aparecer... que a tus fieles seguidores nos tienes con el corazón en un puño!!!!!
ResponderEliminarY mi blog no te deja comentar y los demás si???¿!!? habrá que mirarlo.
Leete el de garcia montero de Mañana no será lo que dios quiera que es una preciosidad de libro.
Pero tampoco seas vagueta y echate unos versos de vez en cuando en tu blosssss que no te cuesta nada.
Muakssssss
Sera el tf entonces.
ResponderEliminarBUscaré el de Garcia Montero, porque necesito leer algo bueno (a parte ti, obviamente).
Me cuesta escribir, hasta copiar, porque donde tenia tiempo (que es en el trabajo) no puedo. Y porque no tengo humor, ni ganas, ni ideas. De momento vivo para sobrevivir y eso da poco juego para otras cosas.
Ya te digo que aunque no de noticias si te leo y busco si has escrito y enlazo desde tu blog otros y me gusta, como siempre.
Besos
Da igual de lo que escribas. A veces cinco frases sirven más que un medico (jejeje)
ResponderEliminarBueno mucho animo, muchas gracias y si el silencio te hace mas bien que las palabras a respetarlo
Bss