Fue aquel año noventa y uno en aquel hotel del paso de ecuador en un país lejano en el que descubrí que uno puede ser causante y víctima del sufrimiento a la vez. Un sufrimiento veinteañero lo suficientemente intenso para dejar huella y lo suficientemente trivial para no llegar más lejos.
Mira- me dijiste desde lo profundo de esos ojos negros que aun conservas- me iría contigo a tu habitación, pero no lo voy a hacer; me gustas y creo que yo a ti también, incluso puede ser que llegáramos a más; pero en esta vida hay que andar con cuidado para no ir haciendo daño gratuitamente sea de manera voluntaria o no. Así me lo dijiste.
- ¿En serio te dije eso?, jajaja, vaya petarda de tía que estaba hecha. Pero vamos que me acuerdo que me daba mucha pena Isa que estaba locamente colada por ti y tú lo sabías y ¿sabes qué era lo que más me fastidiaba?
- Ni idea, yo era un pardillo que no me daba cuenta de nada.
- Precisamente eso. Que eras un pardillo que no te dabas cuenta, bueno no es que no te dieras cuenta, sino que no sabias hasta que punto algunas cosas podían afectar a los demás.
- Tampoco creo que hiciera nada especialmente malo con ella, simplemente hablábamos y hablábamos en tardes interminables, echábamos muchos cafés entre estudio y estudio, estábamos muy a gusto, sin más.
- Eso es sin más. Y entonces, tu empezaste aquella relación rara con aquella mujer casada y pensabas que Isa no se iba a enterar o que le daría igual. Y luego rompiste con la casada o te mandó a la mierda y rompíais y volvíais de esa manera tan extraña en la que nunca se termina de romper. Y a la pobre Isa le dabas pena y te escuchaba tus tonterías de perrito derrotado.
- Yo lo pasé mal muy mal, ya te lo conté cuando hablamos en el lobie del hotel. ¿te acuerdas?
- Claro, hablamos mucho aquella noche hasta que amaneció, nos bebimos la botella de aquel guisqui venenoso, tu a palo seco y yo con cocacola. Las conversaciones en los bares de hotel de madrugada son muy peligrosas ¿igual pensabas que iba a caer derrotada en tus brazos a pesar de las primeras calabazas?
- Estaba seguro de que no, pero también que ha sido una de las conversaciones más eróticas que he tenido nunca con nadie sabiendo que no iba a pasar nada. Ahora, cuando alguna vez te veo por los periódicos de mujer importante me acuerdo.
- Desde entonces no nos habíamos
vuelto a ver, treinta años nada menos. Te he conocido nada más verte a pesar de
esas canas de cincuentón serio y carca.
- Jajaja pues yo a ti te veo muy bien, pero no te he reconocido, la verdad, hasta que me has saludado.
- Anda ve a comprar una botella de güisqui malo que tenemos que ponernos al día. ¿Estás en este hotel no?
- Hasta mañana a las seis que sale mi vuelo.
Hola chico!
ResponderEliminarEsto podría ser el arranque para un buen guion...jeje
Saludos!
Gracias Fran, a veces lo mejor de las historias no es el principio ni el final, sino la sugerencia del medio, imaginar sin tener certeza de lo precedente ni de lo que vendrá
EliminarAbrazooos
Si no es autofiográfico te diría como FRAN, el principio de algo que promete. Ahora bien, y te voy a hacer de Pepita grilla, como sea autobiográfico jaja espero que no hayas comprado esa botella de whiski, porque acudir a esa cita es de lo más peligroso y me vería obligada a visar a la nuera de la Consuelo, que su amorcito está tentando por segunda vez la suerte y después no vas a poderle ir a llorarle a Isa tus venturas y desventuras que ahora ya no eres un pardillo, quedas avisado ; ) en la blogosfera tenemos que ser solidarios con la familia, compréndeme ; )
ResponderEliminarBesoooossS!
; )
Los cuentos suelen ser una recreacion de lo autobiográfico. Un punto peligroso entre lo que sueñas y lo que vives. Pillar personas reales para hacerlos imaginarios y ponerle caras de personas a los personajes de tus sueños.
EliminarSe agradece la preocupación ;););)
pero ya soy un animalillo inofensivo y vetusto casi sin ferocidad.
Besicos
Me gusta mucho lo que te ha dicho María en su comentario, y comparto totalmente su opinión.
ResponderEliminarBesos.
Todas las mujeres son hermanas entre sí, aunque no lo sepais.
EliminarJajaja
Eso nos pasa a muchos, no nos enteramos de nada. No sé si es por muy sutil o porque nos falta agudeza
ResponderEliminarLa verdad es q yo pa estas cosas de la seduccion nunca he sido un lumbreras. Como decían esos filosofos llamados hombres g "ni mucho ni poco ni para comerse el coco, yo ya te digo una cosa normal"
ResponderEliminarAbrazos amigo
Great blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarLa noche promete... eh! jajaja pero ten cuidado con el güisqui peleón que después pasa lo que pasa. Besos.
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