miércoles, 31 de julio de 2024

En medio del mar cotidiano

Cada tarde es distinta aunque parezca la misma,

todo parece profundo aunque te encuentres en la orilla. 

El atardecer suave hecho de viento tibio se disfraza de postal repetida

y sin quererlo se hace cotidiano, como sin importancia.

Qué sorprendente la hermosa rutina de irse el sol cada día en naranja y añil y volver al día siguiente.

Amanece, que no es poco.

Quiero conservar la capacidad de asombro cada atardecer al ver apagarse el sol naranja junto al mar. Resistirme a hacer cotidiano lo extraordinario como el que vive frente a la catedral.





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