sábado, 19 de mayo de 2012

Un cuento en mil caracteres: El último tren

Cuando el tren no paró en su estación, pensó que con las prisas igual se había equivocado de vía. Cuide no lo pierda, le dijo el hombre de la gorra de plato, es su último tren. Se había apresurado de tal manera, que había dejado olvidado en la barra de la cantina el libro de poesía con la foto de sus hijos y su mujer como separador.

Lo iba a lamentar, pero durante el viaje no tendría más lectura que las páginas naranjas de economía en inglés que se habría dejado olvidado en el asiento un caballero francés. Me bajaré en la próxima pensó y dio una cabezada mientras pasaban por la ventana y por su ausencia pueblos de nombres compuestos con estaciones sin parada. Al abrir los ojos se dio cuenta con desespero, que estaba todavía más lejos de su destino que de lo que estaba cuando había partido. Pero era el último tren no lo olviden, así que no perdió la esperanza de poder tomar a tiempo un taxi de regreso que le permitiera llegar a la cita inexcusable.

Como si alguien hubiera querido compensarle de tanta desgracia (obviamente involuntaria) se sentó frente a él una rubia de piernas insultantes que le amenizó la mirada sin que pudiera pensar en otra cosa en un buen rato, después llegaron unos jóvenes que se dirigían al partido de futbol por la imposible salvación y finalmente un cura progre que le vendió cuarto y mitad de cielo a cambio de que renunciara sin demora al sexo de obra pero sobre todo al de omisión. Ya en el colmo del despiste entabló conversación política con un joven prometedor de centro moderado que le expuso con radicalidad los planes de desarrollo en una coyuntura de incierto planeamiento local.

Cabreado como una mona de tanto entretenimiento inútil, le preguntó al revisor cuál era el puñetero destino del último tren. Ah, ¿nadie se lo ha dicho? es que el último tren no lleva a ninguna parte.

kuranda

8 comentarios:

  1. Como siempre, una delicia...

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  2. Entonces...¿no hay que coger el último tren?.

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  3. Gracias Anita,
    ha sido una rabieta contra el mito del "ultimo tren" es como si a la gente le diera por empeñarse que sea la ultima oportunidad para todo.
    La última oportunidad para salvarnos economicamente, para encontrar novia, la última oportunidad para encontrar el trabajo de tu vida...
    Y tu te empeñas en cogerlo, dejas todo por subirte a ese último tren. Y luego te van entreteniendo con milongas para que no te des cuenta de a dónde lleva ese último tren: a ninguna parte.

    Pseudo ya sé que te debo el de Vicente Ferrer y el de MIchael Jackson... a ver si me templo y escribo.

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  4. Una duda? El hecho de que no lleve a ninguna parte implica que no para???? Me estoy agobiando solo de pensar que no me puedo bajar!!!
    Me ha gustado. Un beso

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  5. Pero mara que haces tu por aqui...si yo te hacia por los eh eh uh uh?????

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  6. Si vas a http://www.myspace.com/losmodoszaragoza encontrarás un tema que se llama así :-D

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  7. Hans, me gustaria escucharlo y contestarte pero el myspace me hace el vacio y no me deja.

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