De repente abres un ojo y la siesta de las siete se ha convertido en las cuatro y media de la madrugada. La luna tiene forma de limón partido o más bien de mordisco que un dios voraz ha dado al cielo. Me como los raviolis al pesto que han quedado de la comida y los tweets que han quedado viejos en el tablón de anuncios del día anterior. Leo un artículo sobre los 500 muertos de Bangladesh (Sí, la segunda noticia de todos los periódicos los días que las portadas traían que dos americanos habían muerto en Boston) os recomiendo que lo leáis. “Ciertamente es fácil caer en el moralismo y lamentarse sobre las inhumanas condiciones laborales de la clase obrera en Bangladesh, pidiendo un cambio de rumbo. Lo que es más difícil de recordar, sin embargo, es que esas mismas fábricas son probablemente lo mejor que le ha pasado a los pobres de Bangladesh en décadas…”
Recuerdo Era medianoche en Bhopal el libro que escribieron Javier Moro y Dominique Lapierre sobre el accidente (no sé si accidente es la palabra) de la Union Carbide con más de 100.000 afectados y unas cosas se van mezclando con otras en mi cabeza cruzando el puente que va de un día al siguiente.
Era medianoche en Benares, el hilo aleatorio de los pensamientos de madrugada me conducen al viaje que mi mujer y yo hicimos con la Fundación Vicente a la India hace siete años. Para los que no habéis estado allí, Benarés es un sueño, un laberinto de calles angostas que de distintas maneras siempre te llevan al ganges y a la pobreza extrema. La muerte comparte espacio con turistas, vacas y vendedores de cielos a diez rupias. Tiene la belleza cruel de las tragedias irremediables y el misterio que hace que volvamos la cara para ver los restos de un accidente.
Andábamos camino del hotel, cuando se nos acerco un señor en harapos, con barba oscura y una bici destartalada unida a un asiento, lo que viene siendo un rickshaw vamos, ofreciéndonos sus servicios. Aquello me parecía humillante le dije a mi mujer, que alguien me lleve a las costillas como si fuera mi esclavo por unas cuantas rupias. Recuerda, me dijo, lo que te contestó Dominique Lapierre cuando le preguntaste si no estamos fomentando un turismo de la pobreza como souvenir. “Esa realidad existe en parte por nuestra culpa, ahora tus rupias son la comida de ese hombre durante un día, si te parece poco dale más dinero, pero dáselo”
La explicación no sé si me convenció del todo, porque siguiendo el argumento apagógico de reducción al absurdo, se pueden llegar a conclusiones terribles, si le pago más le puedo hacer llevarme en brazos, le hago el mismo favor a la prostituta de 14 años a la que le doy 70 rupias (un euro) para que me la chupe… también le estoy salvando de un día de pobreza. ¿Está salvando el Corte Inglés o Mango a esos pobres dejándoles trabajar doce horas en condiciones infrahumanas por menos de un dólar al día (ósea un mamada)?
Mi amigo M. que negocia con productos chinos me contestó una vez en una conversación semejante: ¿estas dispuesto a pagar tres euros por la taza en la que te estás bebiendo el café? si quieres que esa taza cueste 0,50 quieres también que cueste 0,05 la mano de obra de fabricarla.
Finalmente nos subimos en el rickshaw, como Mango y El Corte Inglés se suben encima de los trabajadores asiáticos, y nos llevo callejeando en medio de la noche. Vimos a nuestro lado como bajaban los muertos a hombros para tirarlos al Ganges, como los quemaban en uno de lo Ghats, vimos a los niños que te cogen la mano por el simple hecho de hacerlo, porque los sin casta, los dalits, son intocables y ese acto es para ellos como una propina moral. (costumbre la de las castas que hay que respetar para no hacer colonialismo cultural ¿no?). Y me he ido montando un debate cara a cara entre el haz y el envés de mi culpa, la misma culpa que me ha llevado a sentarme a escribir este post.
Ya me diréis vuestra opinión y lo que os parece..
Y dulcemente va amaneciendo y las sombras se convierte en formas y las luces del alba tornan en realidades mundanas los pensamientos que han entretenido un despertar a destiempo.
PS-. El tweet que me ha traído hasta aquí es de HerhamoE , mis impresiones de Benarés las escribí aquí, casi al principio del blog todas las fotos de este post las hicimos allí.