Nadie me habrá escuchado nunca poner excusas, ni buscar justificaciones a los casi cinco años que me pegué opositando con escaso éxito para mi y gran éxito para la dignidad del mundo judicial. Ni me hicieron trampa, ni tuve mala suerte, ni me toco contra el cuñado de un juez del supremo, ni me dio un vahído justo antes de cantar con ejemplaridad los delitos sobre la protección de la flora y fauna (que entonces era el capitulo IV del titulo XVI del libro II y ahora no tengo ni puta idea, ni lo voy a mirar).
Suspendí porque no di el nivel, porque no estudie suficiente, porque estaba más preocupado de caer en el pecado que de estudiar las faltas y ya está, sin más. Muchas veces me imagino de juez de Mondoñedo y en ninguno de mis sueños esa ilusión mejora, ni de lejos, mi vida actual en esta ciudad rocera de nieblas,cervezas en jarra y caras conocidas. Pero que no eche culpa a nadie, no significa que no haga examen de conciencia.
Siempre me he disipado al estudiar, me escapo por los ladillos, busco temas, rebusco bibliografia al hilo de las citas, contradigo lo certero y armo pesados argumentos externos que confirmen lo controvertido. Nunca me he conformado con el texto, ni cuando estudiaba en el cole de bachiller enamoradizo, ni ahora de universitario tardío y cincuentón misionero. Y dándole vueltas he llegado a la conclusión de que esta manera caótica de aprender a veces hace gracia al profesor pero otras veces se le tienen que reir las tripas. Unas veces das imagen de alumno aplicado pero otras resultas un pesado gilipollas que se piensa que ha descubierto la rueda.
Cada tema de tres páginas no se pude convertir en cientodiez, ni cada alternativa en el debate en una obra pontificia sobre el bien y el mal. Tema, problema, objetivos e hipótesis; diseñas un investigación basada en tres preguntas likert y un bien y un mal. Da igual lo que preguntes ni lo que contesten; da igual que sea util o inutil. Sacas cuatro conclusiones invitas a cenar a tus amigos para que en un focus group las validen o las refuten, les grabas por supuesto antes de mamarse y le preguntas al Chatgpt la bibliografía sobre la ingestión de amanitas phalloides en las crisis de amor.
Qué mierdas estoy haciendo dándole desde hace ocho meses vueltas a un tema en el que modestia aparte llevo veinte años trabajando y ganádome el pan. A qué quiero aspirar o qué mentira me estoy contando para disiparme de nuevo como cuando hacía la oposición. Cómo puede ser posible que haya disfrutado tremendamente de un master dificil y además sacando buenas notas en cosas tan peregrinas para mi como los estadísticos paramétricos y la distribución normal y ahora sea incapaz de escribir cuarenta folios sobre cualquier gilipolllez que le pregunte a treinta colegas.
Otra vez, veinticinco años después, otra vez la misma historia. Que mala ostia se me pone.
Estoy en un grado de cabreo tal conmigo mismo, que hasta tengo que escribir un post vomitorio como este en el que no voy a colgar ni siquiera una foto para hacerlo agradable; paso de revisar acentos y comas. Céntrate de una puta vez coño!!
De dispersa a disperso, solo puedo decirte que te comprendo ¡no sabes cuantísimo! ; ) Solo que tú, admirablemente te entregas y eres muchísimo más perseverante y disciplinado que yo, por eso opositaste a judicaturas durante 5 años y yo solo uno y medio -enseguida me di cuenta, que aquello no era para mi- y por lo mismo, ni se me ha pasado por la cabeza meterme en un master, ya ves, a estas alturas de la vida, tras dejar aparcado el blog 5 años, he vuelto y me conformo con elucubrar aquí, por el puro placer de hacerlo y la satisfacción de aprender por aprender las cosas más variopintas, sin mas; ) ¿Sabes lo que creo? No se puede ir en contra de la naturaleza de uno mismo. Si te interesa algo por difícil e improductivo que sea, ahí te vas, si te hace sentir bien, quédate con eso, no te cuestiones el por qué, eres como eres y punto. Quizá esos 40 folios que a otros les salen fácilmente son el resultado de focalizar y no comerse la cabeza con nada más, cierto, pero tb porque -y esto te lo aseguro- sus mentes no disfrutan ni la mitad que la tuya cuando encuentras algo que te interesa de verdad. La frustración que te genera focalizarte en cosas que no resultan productivas a corto plazo, es el precio a pagar por el tiempo que le dedicas a disfrutar poniéndote a prueba a ti mismo. La misma adrenalina que se le genera a un escalador que hace cumbre ; ) A la mayoría de la gente -más pragmática que nosotros- ni sabe, ni le interesa aprender, por el mero placer de hacerlo, se conforman con producir ; ) veengaaa! No te cabrees. Me ha encantado tu entrada… si quieres montamos una asociación y hacemos como los alcohólicos... hola! Me llamo María y soy dispersa ; )
ResponderEliminarMuchos besos!
Querida dispersa estoy a tu lado pero esto se me está haciendo pelota.
EliminarLa verdad que me lo paso bien estudiando cosas distintas.Lo que no quita que viva cabreado por no centrarme y acabar de una p. vez
Beeeeesis
He pasado 3 años muy mal en mi trabajo, con un jefe que me hacía la vida imposible (pero del que ya no quiero hablar más porque al final lo han despedido). Cuando peor lo estaba pasando decidí hacer algo y me apunté a las primeras oposiciones que salieron, como es lógico no aprobé (aunque me quedé en puertas) porque el temario era un tostón y no me motivaba lo suficiente. Pero lo intenté. Nunca fui buena estudiante, me gustaban más otras cosas y hacer novillos... y me di cuenta que volver a estudiar después de 25 años sin hacer nada era un esfuerzo enorme. Ni se tiene la cabeza despejada, ni la memoria intacta, ni las mismas ganas.
ResponderEliminarSolo me presenté una vez y sigo en el mismo trabajo desde hace 19 años.
No te agobies más de la cuenta, si trabajas en lo que te gusta, tienes resuelta la papeleta.
Beso grande.
Te gano yo van para 23 en el mio. Estudio, yo siempre estudio, el problema es el orden. La oposición fue más por inercia que por querencia, uno empieza y no sabe como parar
Eliminarlo conté un día por aquí
http://elchicodelaconsuelo.blogspot.com/2019/02/cuando-hay-que-dejar-las-oposiciones.html
A veces son necesarios estos desahogos para centrarse, y si aun así no te has centrado, pues no pasa nada. Ser disperso es una forma de ser como otra cualquiera.
ResponderEliminarBesos.
Me gusta estudiar todo y de todo. Y ademas siempre he creido q la mejor manera de aprender es para tenerlo que explicar
EliminarAbrazuchos
Hola chico!
ResponderEliminarA mi me pasaba algo parecido si bien era un entorno académico diferente, tenia tendencia a desviarme del tema principal una vez estudiaba y buscaba datos y demás contrastes. Al leer lo del "juez de Mondoñedo" me ha saltado el automático y me ha venido a la memoria la película "El clavo" (1944) de Rafael Gil.
Estoy seguro de que esas cenas entre amigos tienen que dar unas buenas sobremesas...
Saludos y feliz semana!
¿Mondoñedo? Alvaro Cunqueiro, se me ocurre.
ResponderEliminarEl tema estudio y exámenes es algo en lo que siempre he reflexionado mucho... será que siempre he aspirado a una utopía y que cuando ejercía como docente (el poco tiempo que lo hice) me gustaba que mis alumnos entendieran que lo primero que se debería aprender es a liberarse de ciertos conceptos... como "estudiar"; esto no es sólo pasársela arriba de un libro o repetir ejercicios hasta que se te cae la mano... como comprender que "estudios" y "cultura" no son sinónimos, ni tampoco "estudios" e "inteligencia"... que las calificaciones no determinan quién sos y mucho menos dónde podrías llegar... y así, muchas cosas más; pero bueno esto sería para charlarlo café de por medio.
ResponderEliminarUn beso.
La fuerza del lado oscuro de la dispersión poderosa es, joven pàdawan y sufrimos la muchos. ¡Valor y que la fuerza te acompañe en el centramiento! ;P
ResponderEliminarSpeedy
El tema oposiciones es otro mundo. Yo recuerdo lo que pasó mamacangreja bufff
ResponderEliminar