Soplaba un viento templado, tierno e
inusual. Tenía una hora de espera por delante, abrí el libro. Pedí una primera jarra de cerveza fría, pausada y dominical al principio de la tarde. Alrededor del bar, abuelos desbordados de historias, se sentaban en los bancos, con tres euros en la cartera y muchas ganas de hablar más por eludir vacíos que por llenar silencios.
En la mesa de al lado un grupo de nicaragüenses añoraban sus ciudades (en algunas de las que nombraban había estado yo hace quince años) hablaban y hablaban sobre su país y lo que bebían y desbarraban algunos de sus compadres aquí los domingos por la tarde. Ellos bajitos y fuertes. Ellas jóvenes, sonrientes, guapas a su estilo, tenían a penas treinta años y mil días por soñar en esta
España pordiosera de mentiras y promesas. Me fui pegando a sus historias, sin quererlo
y olvidando mis desasosiegos de corchopán mientras intentaba leer en diagonal el libro de impostados policias de Silva y
Trujillo.
"Señor, se le ha caido el separador del libro, si hubiera
sido un billete de cincuenta ya se hubiera enterado ya. Jajaja" me dijo un octagonario de gorra y bastón. Somarda.
Voy a hacer
ochenta y cuatro igual soy más mayor que usted, le decía presumido a un colega de bancada. Por ahí ando. Pero
usted está fenomenal veinte años hace yo que tengo azúcar y operado de
la próstata. ¿Su chica qué tal? ¿Mi nieta? Idiota perdida. Se emparejo con
un imbecil que la saco de estudiar y ahora nada hace, ni
cuidar viejos como nosotros sabe.
Joven, es tan amable de quitar esa silla, que me voy a
sentar en el banco de los pobres. Es que en las mesas hay que tomar algo.
¿Quiere una caña o un café señor? a mi no me molesta que se siente aquí mientras estoy leyendo. No hijo mio, gracias, que me siento aquí todas
las tardes y si no me haré ilusión. Más somardismo en estado puro.
Hola
buenas tardes, me pones otra jarra fría por favor. La china me miró sorprendida
de tanta educación. tenía la cara limpia, la sonrisa asumida y un
español sin matices. Me conocía de algo, me dijo, no supimos de qué. Llamadme depravado, pero me gustó en esa sencillez plana y sin curvas. Tenía cara de cansada. No leí.
Ha resultado mucho más lucrativo para nosotros que no leyeras, no sé para ti. Más que una entrada, está tan bien escrito que parece el inicio de una novela, deberías intentarlo, al menos yo la compraría seguro ; ) y no, no eres ningún depravado, los depravados nunca se ven así, a sí mismos ; ) Besooos.. no dejes de escribir, incluso sin ganas, hazlo!
ResponderEliminarTe agradezco tus palabras, yo creo que una novela son palabras mayores. Con dificultad encadeno dos páginas en 15 días como para escribir 200.
EliminarA ver si consigo volver a la escritura habitual y a dedicar un rato a leer blogs.
Mil besos
Difícil leer en un bar, es fácil que siempre haya algo que de distraiga. Me ha gustado
ResponderEliminarSpeedy
Mil gracias
Eliminardisculpa la ausencia, estaba respirando.
Bss
Una gran narración. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarQue buena pinta tu blog de frases
A ver si saco un rato y me lo leo.
Bssss
Me encanta la expresión "desasosiegos de corchopán". :)
ResponderEliminarTe la vendó de titulo para tu próximo libro ;)
EliminarYa sabes q soy barato. Con jarra y pincho de tortilla me considero pagado.
Abraaaaazos