martes, 18 de junio de 2024

Sé mía. Richard Ford. Opinión y Critica El penúltimo viaje de Frank Bascombe

 “Cuando acabas un libro ¿cómo sabes que lo has acabado? Nada de lo que he hecho ha tenido nunca un final” le dice Eddie a Frank en Francamente Frank. Bascombe le responde: “Me pregunto si tengo algo más que decir”. Yo creo que Frank todavía tiene bastante que decir para dar por terminada esta saga de 5 libros y casi 2500 páginas.

Y es que el mundo, el mundo estadounidense especialmente, está lleno de periodistas deportivos, compradores de casas en Wyoming como logro de sus vidas e hijos de puta que en cualquier momento pueden reventarte la cabeza para robarte un mierda coche.

Tras Día de la independencia y Acción de gracias la tercera onomástica pudiera haber sido “El día de san valentín” la efeméride más cercana al evento deportivo, los regalos por compromiso, la alegría de anuncio de televisión, el amor de neón, el frio febrero en Dakota del Sur tras visitar la clínica Mayo con tu hijo con ELA y haber dejado en el camino setenta y pico años de vida.

El evento deportivo como paradigma de la superficialidad llevada a la  trascendencia. Las casas como alegoría del sueño americano. La casa junto a la costa que representa la estabilidad, el “haber llegado” y que, sin embargo, se lleva por delante, el día menos pensado, el Huracán Sandy cuando creías que habías llegado al Periodo de estabilidad de tu vida allá por los cincuenta y pico.

El viejo desván de la casa en venta con recuerdos personales de los viejos propietarios que pensaban residir allí para siempre. El regreso a la casa de tus padres donde construiste tu infancia y que tuviste que abandonar sin posibilidad de retorno después de los disparos. Estas preparada para unirte con tu Dios, le dice en la primera página (Acción de gracias) el asesino a la profesora a la que va a reventar la cabeza de un tiro. Es que esto es todo amigos.

Sé mía cierra el ciclo, la vuelta al Periodista deportivo, vivir como sobrevivir sin más, (digo nada menos); la vida como una cadena de eventos sin buscar grandes razones a lo que nos pasa, sin la mística del destino, sin la utopía de los cielos “la manera en que se nos escapa la vida es la vida” dice Frank en el Día de la independencia, en ese otro viaje que nos contó con Paul adolescente.

Algo tan ridículo como ir a visitar Rushmore fuera de temporada con tu hijo enfermo terminal. El descubrimiento del camino, no para confesarse grandes verdades sino para reiterar la manera de ser de cada uno en esa extraña relación que ya nos contaron en El día de la Independencia. La cara de los cuatro presidentes americanos expresión de lo grandilocuente sin fondo como objetivo ridículo de un viaje profundo y también símbolo de ese pensar "made in iuesei" ya un poco derogado (o no).

Richard Ford vuelve al road movie, a la conversación en la cabina, al viaje sin sentido que da lugar a la conversación larga y profunda (interna y externa) como en el Día de la independencia. Llevarle una almohada a tu ex con parkinson ya le había dictado a Bascombe páginas de una intensidad apasionante en Francamente Frank. (Para mi unas de las mejores páginas del personaje.) Cuando Ann quiere buscar la causa, la esencia de una vida absurda y superficial ya en la residencia y Frank renuncia a buscar las causalidades de las desgracias sino sobrevivir a ellas. Un majareta con escopeta, algo tan inexplicable como un ELA, la casa en la que fundiste tus esfuerzos y tus renuncias y que se lleva la tormenta.” La felicidad es lo que no es infelicidad”

La felicidad como el arte de ser consciente de lo eventual de ir viviendo, de disfrutar de la irrelevancia sin buscar permanentemente la causalidad o el argumento mitológico o religioso que subraye. “La vida como arte de convivir con las desgracias. La capacidad de olvidar, junto a la capacidad de sentirme bien cuando no hay nada bueno que sentir es un talento que tengo” dice Frank en Sé mía.

La traducción de Sé mia me ha parecido floja, no tanto por la traslación sino por la escritura en español (empezando por el título que no he entendido, "San Valentin" hubiera estado mejor). Nada que ver con el buen español de Zulaika en Canada o Incendios o Antolín Rato en el día de la Independencia. Pero es que no es fácil traducir y editar estos libros, si se hace bien. ¿Cómo transmitir al lector español los matices de cada referencia anclada en lo estadounidense? Podría ponerse al final un listado de notas con las explicaciones, pero haría imposible la lectura. Quizá sí sea posible en un futuro, una relectura o una edición especial.

No nos engañemos, no es un libro redondo como Acción de Gracias o El día de la independencia; a veces se disipa, otras se ensortija en viejas fobias pseudopolíticas, tampoco destila lo esencial de Bascombe como he leído en alguna crítica de corta-pega. Para mi “la nueva normalidad” en Francamente Frank expone la esencia del personaje mucho mejor que aquí. Pero llegados a este punto, tampoco queremos otra cosa que reencontrarnos con el personaje, con el viejo amigo. El amigo al que tanto denosté al principio confundiendo su filosofía vital frente a la desgracia con su indiferencia por las cosas.

Tendría que escribirle otra carta a Frank como desagravio por la que le mandé en 2010 cuando la afamada Molinos me introdujo en el mundo fascinante de Richard Ford. Qué días aquellos de 2010 cuando yo tenía una edad parecida al Bascombe del Periodista deportivo y no ahora, que estoy, o casi, en las puertas de Acción de gracias. Otro recuerdo para NaN que abrió aquí interesantísimos debates al hilo de Bascombe enriqueciendo como siempre los blogs que leía.

Pues eso, que a mi me parece que esto no puede acabar aquí como parece decir todo el mundo (incluido el autor). El “Periodo por defecto” “lo que nos queda” puede  significar “lo que nos queda tras lo vivido” pero también “lo que nos queda por vivir”. Yo seguiré esperando, al menos, un par de cuentos más de Richard Ford, digo de Frank Bascombe.

Otros post que he escrito de Frank Bascombe 

El periodista deportivo

El dia de la independencia

Acción de Gracias

5 comentarios:

  1. Qué jovenes eramos cuando conocimos a Frank... y que mayores somos ahora que se despide. Efectivamente no es un libro redondo pero ¿lo seremos nosotros a los 74 años? Viajando con ellos por esas carreteras absurdos a un lugar sin sentido en una fecha ridícula me sentía al borde de la despedida, de un final...me ha dado pena.

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    1. Molinos!!! Que honor!!!! ;);) Pues si, maña. Es curioso pero yo tengo post como hitos y referentes del año en los q los escribí. Que quince años no es nada. Donde quedaron aquellos post de la Puri en los vestuarios.
      Releo el post del periodista depottivo y tus comentarios y ya casi estamos en accion de gracias.
      Besicos y abrazos apretujaos. Tenemos quedada pendoentes con las divas y el peda así q apuntate. Solo comeremos sesos y vísceras.

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    2. Darlingssss... quedada nostálgica chez txelos! (tanto q los dos nos hemos acordado de Nán en los últimos posts... ) y yo también volví a vuestras entradas del "sportswriter" cuando lo leí el verano pasado-empezamos a tener una database... :).

      Hugs

      di

      PS. Estoy contigo, no me gustan mucho sus títulos, el sportswriter no lo hubiera leído si no lo hubiérais recomendado y "be mine" tampoco me gusta.

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  2. Pues habrá que leerlo.

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    1. A Bascombe hay que tratarlo poco a poco y en su orden, q si no empalaga.
      Te recomiendo tambien Incendios. No es de Bascombe pero esta muy bien.
      Beeeesos

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