Creemos lo que leemos y los historiadores reconstruyen la historia como un Patch Word o almazuela hecho con retales de verdades a medias. Luego el cortapega sin criterio, la cita sin referencia, y el hipertexto cruzado hacen el resto. Oímos opiniones de lo que pasó que convertimos en certezas, reconstruimos una historia sin memoria a fuerza de definir a los malos, que vaya casualidad casi siempre coinciden con los otros y nos vamos a la cama reafirmando lo que creíamos al despertar subrayado por razones expresadas por quienes no estuvieron y tertulianos de “mire usted”. Algún alumno holgazán escribirá una tesis y habrá doctorados que dicten su teoría a un director silente, cuando no seudoyacente al que han hecho el trabajo sucio de recopilar una falsa bibliografía que nadie va a contrastar para que pueda vender libros derogados a una editorial en quiebra y presentar ponencias en congresos de eruditos comecroquetas.
Corría abril de 1993, había dejado la pasantía (la verdad es que era un trabajo administrativo pero remunerado en un despacho amigo, en donde aprendí más que muchos pasantes de verdad en varios años de meretrizaje). El 23 de abril decidí celebrar mi último acto etílico previo al ingreso monacal que me condujera al fin de mis estudios (me quedaba casi todo cuarto y todo quinto y decidí como otras muchas veces en mi vida (pasada y futura) recuperar en cuatro meses el largo año que me había pasado tocándome la nariz).
Quedé con mi amigo N (que ya ha salido antes en estos post como coparticipe de diversos NHG) y como no había mejor cosa que hacer decidimos apuntarnos a una manifestación a favor del autogobierno, ¿o era contra el trasvase ? ¿o a favor del estatuto…? bueno una de esas con muchas banderitas cuatribarradas y canciones de Labordeta al terminar.
Pero tío ¿tu sabes aquí a favor de que estamos?
Ni idea, nosotros a favor de beber claro.
Entonces porque estamos con esta cuadrilla de patibularios que me están poniendo la cabeza como un tambor con sus monsergas y sus estandartes.
Pues tienes razón vámonos a echar una cerveza, anda.
Joder que guebos tienes, leete por lo menos los periódicos antes de quedar para una manifestación y así sabremos a favor o en contra de qué estamos
Yo pensaba que era como la que fuimos a Madrid que la gente se pondría a comer chorizo y a beber vino y nos pasaríamos un rato majico cantando jotas.
¿jotas? (una jarrita de cerveza y otra y otra…)
¿Y tu crees en esto del nacionalismo?
Pues yo creo que es un poco el opio del pueblo, mientras se levantan banderas los de izquierdas se olvidan que son de izquierdas y los de derechas se olvidan que son de derechas.
Pues yo creo que…
(una jarrita de cerveza y otra y otra…debate político de alto nivel)
En fin tío habrá que salir ahí fuera que nos estamos pillando un pedal de cuidado.
¿Y qué gritamos Aragón independiente?
Anda no me jodas, a mi me da igual gritar que sea independiente como que sea africano
¿No hay guebos? (lease NHG)
¿De qué?
De salir con una pancarta que ponga “Aragón africano Europa No”
¿Cómo que no? Una jarra con un plato de chorizo si hacemos una pancarta con ese lema y vamos los dos con ella por Independencia.
Hecho.
(una jarrita de cerveza y otra y otra…mientras elaborábamos con un rotulador el lema que nos haría pasar a los anales de la historia de nuestra patria)
Anduvimos entonando cánticos zulús, orgullosos de nuestra creativa ocurrencia despertando miradas cómplices de algunos ciudadanos, y reticencias en forma de menciones a nuestras madres por otros. Y esta fue la aventura de cómo una intoxicación etílica, acabó en un NHG político, muestra de nuestra tibieza de principios y levedad de fundamentos.
Acabé la carrera en agosto no se si demostrando más mi trabajo de cuatro meses o mi desidia del año y medio anterior. Luego pasó el tiempo, corrieron varios otoños y unas pocas primaveras y una tarde de domingo, a la hora en que los apuntes subrayados se deshacen como relojes de Dalí, me puse a leer como entretenimiento la historia de Aragón que había editado un medio de comunicación local (en un tomo de casi 1000 páginas. Desde el pleistoceno a nuestros días. ¿Por qué la hagiografía nacionalista necesita ensalzar sus desvaríos remontándolos a la prehistoria? … ) y pagineaba y pagineaba cuando de repente se me paró la mirada en una pormenorizada retahíla de opiniones de eruditos historiadores sobre aquella manifestación “aragonesista” de 1993.
“…este año no ha asistido tanta gente del pueblo. También me han chocado las pancartas en contra del PSOE y otras en las que se leía “Aragón africano Europa no” que demuestra que se vuelve a caer en lo de las dos españas…”
Si amiguitos El chico de la Consuelo sale en la historia de Aragón…
(pulsar en la imagen para ver en grande.Salimos en el de abajo a la derecha)
Llamé a N
Tio no te lo vas a creer salimos en la historia de Aragón
Si muy bien, y me has jodido la siesta para esto, ¿Tu quien eras Agustina de Aragón y yo Palafox? Venga chaval deja las oposiciones que te vas de la olla,
Que es verdad, ¿Qué te juegas?
Una jarra
Hecho.
Tienes más razón que un santo. La última manifestación a la que fui me volví a casa cabreada porque allí cada uno aprovechaba para protestar y poner verde lo que le parecía sin tener en cuenta la convocatoria.
ResponderEliminarAh! Primer y enhorabuena por formar parte de la historia.
ResponderEliminarohhhh, yo había comentado.
ResponderEliminarEl resumen era:
¡ECDC en la historia por la puerta del Bar!
Anda carallo, que había dejado el comentario en Ca la Annie. Estoy fatal. Decía así:
ResponderEliminarAnda y que no tiene razón el Alfaro ese: la españa que bebe espiritosos y la que no.
Es lo bueno de la democracia, que no tenemos que liarnos a tiros por las cosas sagradas.
Un amigo y yo, que hasta hace poco íbamos juntos a las manis, nos jugábamos los vinos de después contando a los "Y de lo mío qué". Son esos que en una mani de sanidad llevan una pancarta que dice: "Por la liberación de los presos políticos de Gambia".
Tu pancarta me habría dado un impar, que era los números que me permitían tomar vinos gratis.
¡ECDC en la Historia, sí señor!
Que grande era Emilio Alfaro...que por cierto vio "pancartaS", a ver si es que el también iba cargadillo...
ResponderEliminar¡Así se escribe la historia!
ResponderEliminarjajajaja, me parto, no puede serrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, tiene que ser trola!!!!!!!!!! Así que eráis vosotros los de la pancarta ganadora del concurso "¿Y qué hay de lo mío?! XDDDDDDDDDD
ResponderEliminarEmilio ALfaro fue el padrino de mi promoción, no se si de paso de ecuador o de finde. No fue también una vez de Rey Mago?
ResponderEliminarPues sí amiguitos/tas estoy en la historia de aragón.
ResponderEliminarPobre emilio alfaro, el hombre tampoco tenía la culpa de que un par de descerebrados hiciera la gracia. Este señor fue concejal de acción social y tenía un cierto prestigio en el mundo de la cultura.
Lo malo es intentar dar explicación a todo bajo nuestros prejuicios (en este caso guerracivilistas),es como buscarle formas a las nubes, que no es que la tengan es que tu se la das cuando las miras.
¿Spidi, no dudes de lo que te cuento haz un trabajo de investigación con tus superpoderes y verás que es totalmente verdad?
Di no sé si sería rey mago pero como adivino no se ganaría el pan.
Muy buena la anécdota.Me pasma las lecturas que te metes entre pecho y espalda.
ResponderEliminarDisiento: las nubes llegan ya con la forma que les da el Dios de los Vientos. Eolo, para más señas.
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